Doce inquilinos del edificio de la calle Real sobre el que
se desplomó el jueves una perforadora de la empresa Africana
de Contratas y Construcciones (AECC) permanecerán realojados
en el hotel Ulises mientras que dicha empresa repara el
edificio. Fuentes de la misma aseguraron hacerse cargo del
alojamiento y las pensiones alimenticias de los afectados,
que podrían regresar a sus hogares el lunes. Sin embargo, la
intranquilidad y el desafortunado incidente aún permanece en
sus sentidos ya que todo transcurrió en cuestión de
segundos. Para muchos, la primera impresión fue como “la
explosión de una bomba”.
El hotel Ulises será el hogar provisional de 12 inquilinos
del edificio de la calle Real sobre el que se desplomó el
jueves una perforadora de la empresa Africana de Contratas y
Construcciones (ACC), la cual se hará cargo del alojamiento
y las pensiones alimenticias de los perjudicados por el
desafortunado incidente. Fuentes de dicha empresa aseguraron
ayer que el suceso estuvo motivado por una mala maniobra del
conductor de la perforadora al subir por un montículo
resbaladizo y que en ningún momento se produjo movimiento de
tierra alguno. Además del alojamiento de estos doce
inquilinos, la empresa ha facilitado al propietario del
vehículo destrozado por la maquinaria un turismo de alquiler
mientras se tasan los daños y se esclarecen los hechos. Las
mismas fuentes de la ACC aseguraron que la maniobra no ha
afectado a los pilares del edificio sino a los rellenos de
las paredes por lo que la reparación podría estar finalizada
el lunes aunque, al tratarse del fin de semana, los trabajos
podrían ralentizarse.
Por su parte, los realojados aún mantienen la intranquilidad
después del suceso ya que muchos de ellos sufrieron ataques
de ansiedad. “De repente escuchamos un ruido y pensamos que
era una bomba aunque lo primero que sentimos fue un golpe,
el temblor de las paredes y la luz reventó por la tensión.
Nuestro compañero nos avisó de la presencia de la
perforadora y salimos del edificio. Llamamos a los vecinos,
sacamos a los de la primera planta porque había personas
mayores, que fueron los que más sufrieron el accidente. Fue
algo instantáneo”, argumentó un joven militar en régimen de
alquiler en una de las viviendas.
El hijo de esta pareja de mayores también señaló el estado
de ansiedad en el que se encontraban ayer los mismos por “el
susto” aunque reconoció que “en todo momento nos han
atendido, tanto por parte de la Ciudad, como la Policía
Local y los responsables de la empresa”. Otro de los
habitantes del edificio lamentó el accidente ya que sólo
llevaba 15 días en la ciudad y justamente, iba a celebrar su
cumpleaños en la nueva vivienda. “Venía de Barcelona para
trabajar como militar y es la primera vez que me emancipaba.
La verdad es que me quedé sorprendido porque todo fue muy
rápido”, advirtió otro joven militar. Pese a no señalar
responsabilidades jurídicas puesto que “se están portando
muy bien con nosotros”, algunos inquilinos interpusieron
ayer una denuncia por daños y perjuicios civiles.
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