Los funcionarios andan atiborrados
de mosqueo. Porque tocarles el sueldo es para ellos peor que
si le mentaran a su madre. Los funcionarios de Ceuta no
conciben que deban ser sometidos a rebajas salariales de
ningún tipo. Y ya han empezado a largar por la rúe.
El jueves hallé a un funcionario de carrera y no tuvo el
menor inconveniente en decirme que cómo es posible tocarles
el sueldo a ellos cuando los políticos despilfarran el
dinero a manos llenas. Y el hombre, que no podía disimular
su enorme cabreo, me puso al tanto de algo que me pareció
disparatado.
El funcionario de carrera, y que, según me dijeron, es de
mucho fiar, me contó que Juan Vivas andaba pensando
en que le habiliten un piso entre las cuatro paredes del
edificio municipal para vivir mejor protegido contra
cualquier ataque terrorista.
Comentario que me viene muy bien para hacer la columna pero
que considero un macutazo excesivamente fantasioso. Aunque,
como comprenderán ustedes, estoy obligado a contarlo. De no
hacerlo, el funcionario de carrera podría considerar que
escribo en periódicos para defender solamente los intereses
del alcalde. Cuando éste, créanme, siempre se ha distinguido
por llevarme la contraria.
De manera que jamás se me ocurriría decirle a Vivas, por
ejemplo, quién debería regir cuanto antes los destinos de la
Asociación Deportiva Ceuta. Porque si lo hiciera, a buen
seguro que el recomendado caería en desgracia.
En desgracia parece ser que han caído todos los directivos
del primer equipo local. Y de ese estado no les libra ni el
sursum corda. Ni siquiera, y ya es decir, una decisión
favorable por parte del CEDD en lo tocante a la posible
alineación indebida del Polideportivo Ejido.
La directiva de la ADC está gastada. Más bien quemada. Total
y absolutamente achicharrada. Hasta el punto de que el
director deportivo del Polideportivo Ejido, Antonio
Castillo, se permitió el lujo de decir que los
directivos del Ceuta parecían serlo de un equipo de barrio.
Por más que el tal Castillo terminara negando sus
declaraciones. Quizá asustado por la vehemencia que
Cecilio Castillo saca a relucir cuando le toca defender
el honor del equipo ceutí.
Dicen que Cecilio Castillo es el directivo que más chanela
de fútbol en el club. Que sus conocimientos futbolísticos
están por encima de los demás componentes de la directiva.
Y, desde luego, se le reconoce como un gran acierto, entre
otros muchos, la contratación de Fernando Abad:
director deportivo que ha realizado una tarea encomiable.
Entre sus méritos, los del director deportivo, priman los
fichajes de varios porteros y de jugadores repetidos. Y,
sobre todo, lo que más ha calado en la afición, sin duda, ha
sido verle trabajar en Ceuta. Sin tomarse el menor respiro.
Ni siquiera quiso ausentarse de la ciudad durante las
vacaciones navideñas.
Miedo me da realzar la labor de Fernando Abad. Y la razón es
bien sencilla: por temor a que quien más manda en la ciudad
decida llevarme la contraria y no le renueve el contrato. Y
lo que yo menos deseo es que por tal motivo la ADC se quede
sin el concurso de un director deportivo que ha sentado
cátedra de bien hacer en esta ciudad.
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