En los últimos días los ceutíes
hemos pasado del entusiasmo a la frustración en cuestión de
horas como consecuencia de las diferentes informaciones
publicada a través de diferentes medios de comunicación en
relación a la probable participación de la AD. Ceuta en la
que sería su segunda liguilla de ascenso a la categoría de
plata en las últimas cuatro temporadas. Debo recordar antes
de iniciar mi reflexión de hoy, que esta problemática pudo
no haber existido si nuestro equipo hubiera conseguido los
puntos necesarios para alcanzar la cuarta posición por
méritos propios.
Sin ninguna duda, la AD Ceuta ha desarrollado una temporada
irregular que ha propiciado casi con total seguridad, que no
podamos participar en la mencionada liguilla aunque, no es
momento de críticas, no es momento de culpabilizar a la
Junta Directiva actual o pasada, no es momento de ensañarnos
con una plantilla que tan solo ha seguido las directrices
marcadas por quienes han dirigido el banquillo blanco y
tampoco es cuestión de censurar las recomendaciones y
asesoramientos de quienes decidieron apoyar económicamente
al primer equipo de la ciudad.
No obstante, sí es momento de reflexionar en profundidad en
relación al futuro de un proyecto que ha fracasado
estrepitosamente en los últimos años al no conseguir
alcanzar el objetivo propuesto. Quizás, es momento de
emprender una nuevo diseño basado en el relanzamiento del
fútbol base ofreciendo la posibilidad a nuestros jóvenes
valores de formarse durante la próxima temporada en una
categoría superior, recuperando para ello a una nutrida
representación de futbolistas afincados en otras tierras
integrándolos en el primer equipo de la ciudad.
Ahora, más que nunca, es momento de iniciar este proyecto
argumentado también en la actual situación de crisis que
atenaza a la sociedad española y por tanto, a la sociedad
ceutí, es el momento de reducir significativamente las
subvenciones públicas al primer equipo de la ciudad
racionalizando los recursos y los objetivos del mismo. Los
ceutíes debemos concienciarnos de las restricciones de una
ciudad limitada en muchos aspectos pero, fundamentalmente en
esta materia al carecer de empresas de envergadura que
pudieran ofrecer el patrocinio necesario para afianzar los
presupuestos del primer equipo de la ciudad al margen de las
ayudas públicas que pudiera recibir en estos momentos.
En definitiva, es momento de reconocer la labor, el
entusiasmo, la entrega y el esfuerzo que directivos,
técnicos, jugadores y afición han ofrecido en los últimos
años pero, también es momento de evolucionar presentando un
proyecto ilusionante a los amantes del deporte y del fútbol
en particular a través, del apoyo expreso y real a nuestros
jóvenes futbolistas, que sin ninguna duda apreciarán en
mayor medida los colores de su equipo al igual que sucediera
en otras épocas de nuestro pasado futbolístico más reciente.
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