El Gobierno de Melilla está estudiando la posibilidad de
interponer sanciones por los últimos cortes que se han
producido, seis en el último mes, a consecuencia de
problemas ocurridos en la central generadora de
electricidad, propiedad de la compañía Endesa.
El consejero de Medio Ambiente, Ramón Gavilán, ha señalado
ayer a los periodistas que cada vez que hay una interrupción
en el suministro se produce una apertura de expediente
informativo para determinar si se deben asumir
responsabilidades.
Según Gavilán, “no se pueden permitir” estos cortes de luz,
aunque apenas duren diez minutos, tal y como ha venido
ocurriendo recientemente, sino que hay que tratar de
evitarlos.
El responsable de Medio Ambiente ha apuntado que, a
diferencia de otros años, la reposición del suministro se
hace en menos tiempo, aunque eso no impide que se cause un
perjuicio a los usuarios.
En opinión de Gavilán, el hecho de que duren menos tiempo no
quiere decir que sea algo admisible, ya que se siguen
causando inconvenientes.
En concreto, ha dicho que una de las cuestiones derivadas de
este hecho que más le preocupan es cómo afectan estos cortes
a la planta desalinizadora de agua, ya que una interrupción
de diez minutos sin luz puede suponer siete u ocho horas sin
actividad de la misma.
Eso supone que durante ese tiempo no se genera agua
desalinizada, por lo que hay que completar el consumo a
través de agua de los pozos, con lo que se reduce la calidad
de la misma.
“No es admisible que tengamos esos cortes”, ha reiterado el
consejero, quien ha aseverado que “si hay que sancionar, se
sancionará conforme a la ley”.
Gavilán ha descartado que estos fallos puedan deberse a una
falta de potencia, ya que Endesa tiene capacidad para
generar hasta 80 megavatios, cuando el consumo punta en la
ciudad ronda los 36.
Para el consejero, se puede entender que haya algún corte,
pero ha insistido en que lo que debe conseguirse es que haya
una recuperación del suministro “de forma inmediata”.
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