El tiempo ha pasado, la sociedad ha cambiado y los paisajes
han sido remodelados. Pero el recuerdo de la tierna
infancia, de las tardes en las plazuelas, de las travesuras
de la adolescencia, no escapan de la memoria.
Hacía más de 40 años que no regresaban a su ciudad natal, ni
siquiera se conocían, hasta que por caprichos del destino y
la genialidad de las redes sociales, los hizo encontrarse a
través de internet y concretar una fecha para reencontrarse
con la inocente niñez. “El último destino donde viví fue
Algeciras ya que era concejal pero hace dos años dejé la
política y me marché a Asturias. Un día me metí en un blog
de Ceuta en internet y conocí a un hombre que quería
contactos ceutíes porque hacía 40 años que no regresaba. Ya
nos conocimos los tres y comprobamos que nos habíamos criado
en 200 metros”, relataban José Alos, Manuel Domínguez y
Antonio Lago, quienes el jueves dejarán la ciudad autónoma
después de una semana de experiencias maravillosas.
Lago, además, fue el fundador de la Casa de Ceuta en el
Campo de Gibraltar y promotor de esta visita a la nostalgia,
describiendo la sensación de sus amigos como “niños pequeños
con traje nuevo”. Han paseado por los rincones más
recónditos de la ciudad donde, cuando eran pequeños,
“perseguían a las chicas”; han viajado al pasado para volver
a reírse de aquellos tiempos en los que hasta el autobús era
un privilegio, y lo mejor es que han visto un sueño
cumplido. “Le dije a mi mujer que no quería morir sin ver
Ceuta otra vez ya que estuve aquí entre los 10 y los 20
años, que es la época más importante en cuanto a la
formación de la personalidad de tu vida. La viví en tres
casas diferentes y están ocupadas actualmente; cuando las
hemos visitado, nos hemos dado cuenta de que compartimos
allí la misma infancia y ha sido muy bonito. Aunque la Ceuta
de entonces no tiene nada que ver con la de ahora; es mucho
más bonita, han construido la Gran Vía, el Parque
Mediterráneo, está muy limpia y muy segura. Lo que no ha
cambiado es que siempre fue una ciudad muy andaluz y
española”, confesaba Alos.
Experiencia totalmente contraria a la de José ha sido la de
Manuel, que vivió en dos zonas diferentes y en ninguna de
ellas las casas siguen en pie. “Yo residía justo encima de
los baños árabes y luego en Voz del Rayo ya que llegué en
los años 50. He visitado mucho Andalucía pero no había
cruzado. Ahora veo muchas playas, lagos, cuando antes Ceuta
era alargada con muchos desagües. La han transformado y todo
eso lo ha conseguido la Asamblea, por lo que estamos muy
agradecidos al presidente de la Ciudad. Además, como
anécdota nos ha sorprendido que a pesar de que vaya en ropa
de deporte, los chicos jóvenes al volante lo saludan desde
el coche y eso no se ve en la mayoría de las ciudades”,
revelaron. Y todas estas buenas experiencias de los últimos
días podrían volver a repetirse ya que queda un deseo por
cumplir: “Quiero organizar una visita con los que fueron mis
compañeros de Bachillerato en el Avila”, confesaba Alos, con
emoción.
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