A lo largo del pasado año 2008 un total de 455 melillenses
(252 hombres y 203 mujeres) fallecieron en la ciudad. Según
el Instituto Nacional de Estadística, de ese total destacan
que104 fueron como consecuencia del desarrollo de un tumor
maligno y en otros 143 por enfermedades del sistema
circulatorio. El informe del INE también recoge que en el
año de referencia, se produjeron en la ciudad siete
suicidios, tres de ellos por ahorcamiento. En su último
estudio sobre "Defunciones y las causas de muerte"
correspondiente al año 2008 elaborado por el Instituto
Nacional de Estadística (INE), se constata que las
enfermedades circulatorias y los tumores, tuvieron una
incidencia relevante en Melilla, dado que de los 455
fallecimientos ocurridos en el año (de los que 252
correspondieron a hombres y 203 a mujeres), 247 se debieron
a este tipo de patologías. Entrando en detalle, 18 muertes
de las ocurridas en el año del estudio de referencia se
debieron a enfermedades infecciosas y parasitarias. De los
104 fallecimientos por tumores, 63 eran hombres y 41
mujeres. A esta cifra hay que sumar otros 23 óbitos por
tumores malignos respiratorios. Otra cifra destacada es que
143 muertes se debieron a enfermedades del sistema
circulatorio. Los padecimientos de corazón también tuvieron
una especial incidencia, y es que hubo 20 muertes por
infarto, 23 por enfermedad isquémica, 22 por insuficiencia
cardiaca, y 20 más por otras enfermedades del principal
motor del cuerpo. Por enfermedades cerebro vasculares se
produjeron 29 óbitos, 46 por enfermedades del sistema
respiratorio y 29 por causas desconocidas. Asimismo se
apunta que se produjeron 6 defunciones de niños menores de
un año por distintas causas, principalmente por trastornos
durante la gestión o malformaciones. El estudio recoge otras
causas de muerte ajenas a razones médicas, como dos por
accidentes de tráfico y un homicidio. Asimismo se reseña que
se produjeron en el año siete suicidios: uno por
envenenamiento por drogas, tres por lesiones autoinflingidas,
uno por humo o fuego, uno por objeto cortante y otro por
arrojarse delante de un objeto en movimiento.
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