Los ceutíes debemos congratularnos
con la puesta en marcha definitiva de las nuevas
instalaciones del Hospital Universitario de Ceuta; amplias,
modernas y equipadas tecnológicamente con los mejores medios
materiales existentes en el mercado, que deberían mejorar
ostensiblemente un servicio básico para la ciudadanía. Un
centro hospitalario, que además reúne en sus 57.000 metros
cuadrados todas las consultas externas en beneficio de los
pacientes y del propio personal sanitario. Atrás, quedarán
para el recuerdo los 42 años de historia del antiguo
hospital civil repleto de experiencias tanto, para el
personal como, para los miles de usuarios de las antiguas
instalaciones de la Cruz Roja en Marina Española y del
Centro de Consultas Externas de las Puertas del Campo.
Una vez puestas en marcha las nuevas instalaciones, es el
momento de ejercitar un recurso tan práctico como el de
nuestra memoria histórica, retrocediendo en nuestro pasado
más reciente y recordando a los lectores de esta columna,
algunas cuestiones fundamentales al objeto de evitar
posibles manipulaciones provenientes desde algunos sectores
de la sociedad caballa. Los gobiernos socialistas de Felipe
González, con el actual Director Provincial al frente, eran
partidarios de reformar el antiguo centro hospitalario,
apartando definitivamente la idea, que posteriormente fue
programada, planificada, presupuestada e iniciada por el
primer Gobierno del Partido Popular de José María Aznar, la
construcción de un nuevo hospital para Ceuta. Una decisión
trascendente para el futuro de nuestra ciudad, que significó
emprender trabajos complejos que se alargaron en el tiempo
por tanto, los ceutíes debemos un doble agradecimiento, a
quienes planificaron, presupuestaron e iniciaron esta
infraestructura y a los actuales dirigentes políticos, entre
los cuales también debo incluir a su director actual, Jesús
Lopera, quienes continuaron acertadamente con una obra
iniciada por el Gobierno anterior.
No obstante, esta puesta en marcha, ha dejado al descubierto
algunas deficiencias importantes entre las cuales, debo
destacar por su relevancia, la falta de personal. Resulta
obvio afirmar, que el incremento considerable en las
dimensiones de las nuevas instalaciones, más de 57.000
metros cuadrados de superficie, los nuevos servicios creados
y el incremento en la presión asistencial proveniente del
país vecino , junto con las políticas restrictivas en
relación a la contratación de personal puesto que, a fecha
de hoy aún se mantiene el mismo número de efectivos que el
existente en las antiguas instalaciones de la Marina
Española, esta provocando una importante carencia en los
recursos humanos. Circunstancia puesta en evidencia tanto,
por los miembros de la Junta de Personal del Ingesa en
representación de todo el personal como, por un considerable
número de usuarios que comprueban desde su inauguración unas
limitaciones que provocan deficiencias en el servicio.
Por tanto, los ceutíes deberíamos exigir con firmeza a los
actuales dirigentes sanitarios el reconocimiento de una
problemática, que afecta directamente a la calidad de los
servicios que se prestan en las nuevas instalaciones de Loma
Colmenar como consecuencia de la escasez en el número del
personal sanitario que allí desempeñan sus funciones.
Deficiencia detectada tanto, por la representación sindical
de los trabajadores como, por los usuarios de los diferentes
servicios. En definitiva, una situación lamentable, que
debería ser reconsiderada en la mayor brevedad posible, al
objeto de mejorar el trabajo de unos excelentes
profesionales de la sanidad ceutí y con ello, conseguir una
mejora sustancial en la atención al paciente. Sin ninguna
duda, todos agradeceríamos esta decisión.
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