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OPINIÓN - SÁBADO, 8 DE MAYO DE 2010

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Las Cruces de Mayo
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Supongo en que coincidimos en extasiarnos con la belleza casi sobrecogedora que caracteriza nuestras festividades religiosas. Para los cristianos el sacar el arte a las calles constituye parte de nuestra idiosincrasia. Y las Cruces de Mayo que, cada año, cobran una mayor fuerza y presencia son claro exponente de que somos artistas, con esa leche nos parieron y no lo podemos evitar.

Cosa curiosa. Que tan solo se explica por las peculiares características de esta raza celtíbera de cuyo ADN mamamos, porque en medio del furor del integrismo laicista y de los ataques a la religión (me refiero a la cristiana con los islámicos no se atreven porque les da canguele y de los chinos pasan) en medio de las persecuciones solapadas que les lleva a desmontar la maravillosa escultura de la virgen, obra de Juan de Ávalos, del Valle de los Caídos, en medio de tanta oscuridad impuesta por el pensamiento único, el pueblo soberano pasa de los draculines que nos gobiernan y sacan las flores a las esquinas para esculpir cruces de claveles reventones, de rosas fragantes, de risueñas gitanillas y guirnaldas de buganvillas que parecen estrellas de fresa… Apuesten cualquier cosa a que, Obama y su Obamesa se chalarían por retratarse con sus dos lindas niñas junto a una Cruz de Mayo, nada de sayones negros y posado en plan “familia Adams” para escalofrío de aprensión del personal, sino cromatismo gozoso de primavera.

Aunque no todas las cruces son hermosas obras de arte, sino que las hay simbólicas, como la amarga cruz con la que tuvieron que cargar los desdichados sindicalistas que convocaron en Madrid la gran manifestación del 1º de mayo. Aquello en lugar de un recorrido parecía una vía dolorosa, con cuatro gatos tras las pancartas, vamos, que los trabajadores pasaron. Y acudieron en basquilla los que reciben subvenciones y los cientos de sindicalistas liberados. Que en nada representan a la España que no trabaja y pasa fatigas, ¿ven la luminosa estrategia? Para que los de los sindicatos no porculeen se les pone sueldos a todos, se les dan subvenciones a ellos y a sus fundaciones y así, festejando el jornal fijo, hacen oídos sordos a los estómagos hambrientos de los casi cinco millones de desempleados. Por cierto ¿dejará el Gobierno del PP, tan cercano, de dar jornal a los sindicatos? Eso sí, si los sindicatos son independientes y subsisten malamente con las cuotas de los afiliados y pasando más cuitas que los leones del circo de Angel Cristo, que en paz descanse, entonces tienen talante para armar huelgas generales y sacar a los millones de “esmayáos” a las calles.

¿Qué dicen con esas muecas pretendidamente irónicas? ¿Qué el PP tiene a Rodrigo Rato que es el mejor economista de España y que no hay riesgo de acabar como Grecia? Razón tienen, pero de aquí a que lleguen por fin los peperos acumularemos casi un millón de criaturas más sin trabajo, con el riesgo de que, el plan actual de austeridad socialista que parece consistir en eliminar altos cargos del cargo para recolocarles en otro cargo, las soluciones de ZP pasen por apretar las tuercas al pueblo y adelantar la ruina total.

Eso sí, como somos tan solidarios con los griegos presentamos con ellos el dudoso mérito de ser los dos únicos países de la UE que se encuentran en recesión. Francamente ¿alguien duda lo acuciante que resulta un adelanto electoral? Por mucho que los sindicatos pagados contengan a los trabajadores para que no la líen y se vayan a la huelga. ¿Dónde la moción de censura del PP? ¿A que ustedes y yo presentaríamos una moción de censura al Gobierno cada setenta y dos horas? Los españoles tenemos este mes de mayo dos cruces: la de claveles reventones y la de la estulticia de nuestros políticos. Porque ni pactos, ni acuerdos, ni componendas, los socialistas han demostrado ampliamente que no saben gestionar la economía del país y la reunión de ZP con Rajoy no busca más que “la foto del consenso” de hecho, si los socialistas tuvieran intenciones honradas, su oferta de acuerdo pasaría por pedir “prestados” al PP a Rato y a sus cerebritos y en el lote el maestro Ramiro Calle que es el enseña las asanas y el pranayama a Rato y a los suyos, por eso están tan serenos y son tan sagaces.

¿Qué hablan ahora, por tal de no callarse y alargarse a por tabaco? ¿Qué si “los nuestros” solventarían el desastre? Sí. Porque son expertos. Y encima se emocionan con nuestras Cruces de Mayo callejeras y perfumadas. ¿Qué quien me lo ha dicho? Yo, que lo sé.
 

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