A pesar de la sobre abundancia de recursos acuíferos que
caracteriza en este estiaje a los pantanos de Ceuta, la
Ciudad está optando por ahorrarlos y sólo está bombeando
entre 3.500 y 4.000 metros cúbicos diarios de los embalses
para satisfacer las necesidades de la red de abastecimiento.
Las autoridades se están mostrando cautelosas ante el
previsible aumento del consumo en el inminente periodo
estival.
Los pantanos de la ciudad sólo tienen que aportar en la
actualidad entre 3.500 y 4.000 metros cúbicos de agua
diarios a la red de abastecimiento, habida cuenta de que el
mayor control sobre las fugas de agua ha permitido reducir
la demanda hasta los 26.000 metros cúbicos diarios.
El embalse del Renegado se encontraba a 3 de mayo con
1.583.497 metros cúbicos y el Infierno acumulaba 639.388. En
total, 2.222.885 metros cúbicos, lo que supone que se
encuentran al 97,8 por ciento de su capacidad máxima. Es
decir, que ha perdido apenas poco más de dos puntos
porcentuales desde que comenzara el estiaje y empezaran a
amainar las lluvias. Eso sí, los pantanos de Ceuta han
dejado ya de evacuar agua sobrante al mar, aproximadamente
desde el día 20 del pasado mes de abril.
Si a ello se suma la producción de la planta desalinizadora,
cuyos cuatro bastidores han seguido funcionando con alguna
interrupción puntual a causa de las obras para la
construcción del quinto módulo, se puede considerar que los
hogares, empresas y servicios públicos ceutíes tienen ya
garantizados el suministro durante todo el año.
Este año parece que las autoridades han actuado con cautela
y, a pesar de la sobre abundancia de recursos hídricos que
almacenan los pantanos, no se ha decidido parar la
desaladora en previsión de que aumente el consumo durante el
verano. De hecho, la aportación de los pantanos se redujo a
la mitad en marzo.
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