Jugar la fase de ascenso, nadie lo duda, la va a jugar, pero
no se la ha ganado sobre el terreno de juego, y eso es lo
más lamentable.
Empezó en casa mal y ha terminado peor, ahora, a sacar lo
que se pueda de Águilas y luego a rezar para que nos toque
un equipo al que podamos hacer frente.
Más domino pero nulidad ante el gol
Mentiríamos si no dijéramos que dominó más el Ceuta. Eso es
cierto, pero mentiríamos doblemente si no reconociéramos que
este Ceuta tiene la pólvora mojada, desde el comienzo de
temporada, y que no es capaz de ganar los partidos serios de
verdad.
En el partido del domingo, en los primeros veinte minutos,
el Ceuta llegó con peligro en cuatro ocasiones, pero Martins
en el minuto 1 falló un gol que no lo fallan los juveniles y
luego ni Modeste, ni ningún otro en jugada del propio
Modeste, supieron sacar tajada de ese dominio y de esas
llegadas claras ante Dorronsoro.
Con todo, la ocasión más clara de esos primeros 20 minutos
la tuvo el visitante Oller en un mano a mano con Ramón, pero
Oller tiró el balón fuera.
Desde el minuto 20 las ocasiones más claras fueron del
Melilla, minuto 38, trallazo de Carlos Ruiz rozando el
travesaño y minuto 43, cuando Oller no acierta a marcar de
cabeza.
El segundo tiempo reflejó lo que hay
La segunda mitad mostró, perfectamente, lo que es el Ceuta,
a lo largo de la temporada, que quiere, pero no puedo o no
sabe.
A los dos minutos de juego, Javi Navarro, uno de los pocos
que se salvaron, marcó y a partir de aquí le quemaba el
balón en los pies al Ceuta.
El Melilla no tenía más que “arrimarse” un poco y a los 19
minutos llegó el 1-1, con tanto de Migui en el que Ramón no
anduvo demasiado fino.
A partir de aquí, había que volver a empezar y a esperar que
las cosas salieran de cara.
Aparentemente dominaba más el Ceuta. Creaba ocasiones, pero
en primer lugar el meta Dorronsoro con sus intervenciones y
luego Raúl Martín, que sigue con “el freno de mano echado”,
impidieron que el Ceuta lograra el tanto que necesitaba.
A falta de diez minutos para el final, otra cantada de la
cobertura local, un rechace de jugadores del patio de un
colegio y Yagüe que no tuvo más que marcar lo que sería el
1-2.
Los puntos se habían ido, porque el Melilla sabía jugar con
el tiempo y el Ceuta no.
Lanzamiento de objetos
No cabe duda de que la decepción había sido grande para
aquellos que habían sido invitados y no terminaron de
comerse la tarta.
Lo que parece es que algunos de esos que habían ido, gratis
total, no sabían que se les había regalado la entrada para
animar al equipo, no para tirar objetos al campo, con lo que
eso va a suponer.
La directiva, que me consta que tenía ilusión en que la
gente apoyara, se habrá dado cuenta de que no es la mejor
manera de apoyar al Ceuta, porque lo que no cuesta no se
valora, y si no son capaces de atraer público ante un
encuentro de máxima rivalidad, pero pagando, es que a esos
no les interesa el fútbol, sin más.
¿Y ahora qué?
En principio, hay las mismas posibilidades que había antes.
Pero no consiste sólo en ganar al Águilas, en lo que
consiste es en demostrar que hay equipo, cosa que todavía no
se ha visto, y estamos al final del campeonato.
Antes del partido yo fui con Antonio García Gaona. Me llevó
en su coche hasta Alfonso Murube y estaba ilusionado con
ganar ese partido, pero no lanzaba las campanas al vuelo. Él
sabe de sobra lo que hay en la plantilla y lo que se cuece
alrededor, en la propia directiva, como lo sabemos los
demás. Y no es que me dijera nada de esto Antonio, pero ya
el hecho de que hubiera cambios en el banquillo y sus
inmediaciones, da idea de lo que ahí se cuece, les guste o
no a cualquiera de los dos delegados, de equipo y de campo.
Por ejemplo.
El campo perfecto
Por lo menos podemos decir algo bueno, para que ahora nadie
culpe al empedrado. El campo estaba perfecto, el césped
estaba mejor cuidado que en muchos campos de primera
división.
Y es que las personas que están ahí, día a día, saben lo que
hacen, no regatean esfuerzos para que al final de la
temporada eso sea una alfombra, aunque ni con eso han
logrado jugar bien. Y es que de donde no hay no se puede
sacar y la mediocridad se viene demostrando.
Así son las cosas antes de ir a Águilas “en busca del punto
que falta”.
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