Dicen que “no hay más sordo que el
que no quiere oír, ni más ciego que el que no quiere ver”. Y
uno, la verdad, en su más que demostrada inocencia, quiere
oír y ver cuanto se dice o cuanto pasa a mi alrededor.
No es por nada es, simple y llanamente, para poder estar al
día de lo que se cuece en este mundo mundial que nos ha
tocado vivir. Bueno, tampoco hay que exagerar, ir tirando lo
mejor que se pueda, en el hipotético caso de que se pueda
tirar.
Cuando nuestra economía no pasa por sus mejores momentos y
el Gobierno trata, por todos los medios a su alcance, de
buscar una solución y tomar medidas para sacarnos de la
crisis. Resulta que surgen acontecimientos que nos llevan a
tener que buscar más dinero, de nuestra maltrecha economía,
para pagar a unos intérpretes en el Senado, que sean capaces
y suficientes para ir traduciendo las intervenciones de los
nacionalistas que quieren hablar e su lengua materna.
El PSOE respaldó una iniciativa de ERC, esos que el próximo
congreso lo van a realizar en una cabina telefónica, para
hacer obligatoria la traducción simultánea a cuatro idiomas,
sólo cooficiales en algunas comunidades autónomas, en lugar
del uso obligatorio de la lenguas de todos los españoles a
los que representan cada uno de los senadores.
La medida adoptada es, sin duda alguna, un avance de vital
importancia para poder salir de la crisis que estamos
atravesando y, por supuesto, la creación de puestos de
trabajo de lo que estamos tan necesitados.
Hay que aplaudir, guste o deje de gustar, esta “genial”
medida que nos llevará a dar un paso más hacia adelante para
salir de la crisis y conseguir la creación de empleo.
Desde aquí y desde ya, mi más sincera felicitación por esa
gran medida que, aunque algunos lo duden, siempre hay
quienes ponen pega a todo por el gusto de ponerla, que nos
llevará a un futuro, no muy lejano, a convertir el Senado en
una pequeña Torre de Babel, donde cada uno al hablar en su
lengua, habrán conseguido dar el paso más importante de su
historia para sacarnos de la crisis.
Como siempre, para que nada nos falte, el Partido Popular
habrá ido contra esta maravillosa e inconmensurable
iniciativa que tan prometedor futuro dará a los más de
cuatro millones de parados que tenemos, en cuanto decidan,
todos ellos, hablar varias lenguas y meterse a interpretes.
Insisto, esta gente del Partido Popular, el ponen pega a
todas las geniales iniciativas. Ellos son así, no lo pueden
remediar, todo consiste en llevar la contraria a cuantos
maravillosos y geniales proyectos puedan venir del lado
contrario.
En el Senado se supone que están todos los representantes
del pueblo español, y que si todos ellos conocen
perfectamente la lengua de Cervantes, lo mínimo que se les
puede pedir es que hablen en español que es la lengua de
todos los españoles que ellos representan.
El día que entre de senador mi amigo, el gitano Juan, se van
a tener que buscar un intérprete que hable en caló, para
defender los “gabrieles” de la raza gitana.
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