El pacto de Estado por la
Educación, parece, por fin, que ya ha entrado en su fase
decisiva. Su texto, compuesto por doce objetivos con 148
medidas para lograrlos. Para el próximo día 6 de Mayo, se
sabrá si hay o no pacto.
Entre las novedades destaca una, referida a la enseñanza del
castellano (español), cuya garantía era una de las
reivindicaciones irrenunciables para el Partido Popular. El
Gobierno ha optado por una decisión genérica, considerando
la competencia lingüística como la clave para el desarrollo
personal, profesional y social, instando a “poner las
medidas necesarias para que, al acabar la enseñanza
obligatoria, todos hablen y escriban correctamente el
español. Con esto es suficiente.
El plan, previsto para la próxima década, abarca todos los
ámbitos de la educación, desde los más pequeños hasta la
Universidad, pasando por los docentes y ha sido elaborado a
partir de 131 documentos. Para los maestros, Educación
plantea la creación este mismo año de un Estatuto del
Docente, que recoja los derechos y deberes de los maestros.
¿Y el reconocimiento de su autoridad?
Además de los representantes de las Comunidades Autónomas y
los partidos políticos, el Ministro también recibió a los
Sindicatos y las Confederaciones de Padres y Madres. En
general, los dos colectivos recibieron con optimismo el
documento. Las organizaciones sindicales, Asociación
Nacional de Profesores de Enseñanza, la Central Sindical
Independiente y de funcionarios, la Confederación Sindical
de Trabajadores de la Enseñanza… todos coincidieron en
destacar que la propuesta inicial mejora la educación,
aunque con matices. En resumen, aquellos que han visto
mejoras en beneficios de sus propios intereses, aunque
demasiado “blando”, están de acuerdo.
El líder de la oposición, Sr. Rajoy, realizó unas duras
declaraciones –calificadas en medios educativos como una
forma de dar por roto el pacto- manifestó que las medidas
para alcanzar un pacto educativo son insuficientes y “no
entran en lo fundamental”… acusó al Sr. Ministro de no haber
sido capaz de superar las presiones de su partido y de
personal que piensan más en los términos de sectarismo que
en mejorar la educación.
Por otra parte, afirmó el Sr. Rajoy, que el texto no recoge
sus exigencias, entre ellas las de garantizar la enseñanza
del castellano (español) e impulsar programas comunes en
todas las Comunidades autónomas. Que la propuesta incluye
varias medidas que el PP puede aprobar, pero que no entran
en lo fundamental. Subrayó que el problema de estas medidas
es lo que falta, lo que no tiene, y reprochó al Gobierno que
“no ser valiente y coja el toro por los cuernos”.
En síntesis, en la Comisión Nacional de Educación del PP, el
sentir general era contrario a la propuesta realizada por el
Gobierno, pero diferían los argumentos, que en algún caso,
fueron “subido de tono”.
Por el lado del Gobierno, el Sr. Ministro aseguró que él “ni
presiona, ni se deja presionar”. Y continuó: “Yo lo que he
encontrado en el PSOE es mucho apoyo a lo que pienso y
defiendo”. Ahora es el momento de analizar el documento y el
texto, y no de hacer grandes declaraciones. Lo que me
importa es lo que dice el contenido de los doce objetivos y
las acciones que proponemos”.
El fecha 6 de Octubre de 2009, con el título “El optimismo
del Sr. Ministro”, di a conocer, en las páginas de este
diario, en primer lugar, su idea sobre la posibilidad de un
Pacto sobre la Educación, que permita conjugar los legítimos
intereses encontrados, y que precisa nuestro presente y
futuro como país…
Mostré mis escepticismo, en especial cuando conocí las
manifestaciones del Presidente del Partido Popular: “Quienes
liquidaron la Ley de Calidad de la Enseñanza (LOCE), los
mismos que han impuesto la asignatura del puro
adoctrinamiento, como la EpC, y son capaces de garantizar la
libertad lingüística, deben reflexionar. (Para el Sr. Rajoy,
nada nuevo. Sólo la imposición de su rechazada LOCE).
El titular de Educación se dio un plazo hasta finales de
2009, para contactar la viabilidad del Pacto. Después ha ido
dando distintos plazos hasta llegar al “parto”, ocurrido el
jueves día 22 del saliente mes de Abril, para que el
siguiente “¿definitivo?” sea el día 6 de Mayo del presente
año.
Desde el momento de la publicación del “acuerdo posible” del
Sr. Ministro (14/06/09) he realizado un estricto seguimiento
de las evoluciones del mismo. Veinte documentos, juntos a
gran número de artículos relacionados con el tema, forman mi
archivo. Desde el primer artículo del Sr. Ministro, bajo el
título “Por el Gran Pacto educativo en España” hasta los
diecinueve de expertos en la materia, dos puntos de
encuentro se produjeron: en primer lugar la ineludible
necesidad de salir del encharcamiento en que se encuentra
nuestra educación; en segundo lugar, que la política no
interviniera en el proceso educativo, es decir, que los
políticos que entren en la “negociación” se desvinculen de
la política cosa que, al parecer, sería difícil.
De los veinte documentos, algunos relacionados
exclusivamente con la Universidad, me llamó poderosamente la
atención, el de D. José Antonio Marina, filósofo y escritor,
muy comprometido con la educación. Así se manifiesta en una
parte de su exposición: “El sistema educativo es un
diplodocus dormido al que hay que despertar. El gran Pacto
Educativo nos implica a todos. Recordaré, una vez más, que
lo más sabio que he oído sobre educación es un proverbio
africano que dice: “Para educar a un niño, hace falta la
tribu entera”. Y de ahí se deriva otro lema inevitable:
“Para educar bien a un niño, hace falta una buena tribu”.
Pues, manos a la obra.” Por mi parte, ¡Suerte Sr. Ministro!
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