El Juzgado de Instrucción número 5 de Ceuta ha citado, en la
fase de diligencias previas, al vicario de Ceuta, Francisco
Correro, y al agente inmobiliario Moisés Bentata para que
declaren como imputados por un presunto delito de estafa en
la venta de un local comercial. La acusación particular
corresponde a Antonio Luis Ferrer, quien alega ser
propietario de este establecimiento, ubicado en la esquina
de Gómez Marcelo con el Paseo de las Palmeras. Según el
denunciante, el local fue adquirido por su padre en 1976 y
la iglesia, a cuyo nombre figura inscrita la finca desde
1917, se opuso en 2004 a un expediente de dominio a su
favor.
El vicario general de Ceuta, Francisco Correro, y el agente
inmobiliario Moisés Bentata han sido citados a declarar como
imputados por un presunto delito de estafa. Ambos han sido
citados para el próximo 14 de julio por la titular del
Juzgado número 5 de Ceuta en el curso de las diligencias
previas abiertas para esclarecer las circunstancias en las
que, como representante de la Administración Apostólica de
Ceuta, Correro vendió a Bentata un local situado en el Paseo
de las Palmeras del que el denunciante, Antonio Luis Ferrer,
se declara propietario.
Según consta en la documentación a la que ha tenido acceso
EL PUEBLO, la denuncia que ha dado lugar a esta citación se
interpuso el 1 de agosto de 2007 después de que Ferrer se
viera, cinco meses antes, desposeído “por la fuerza” de
dicho local. Según se relata en la denuncia, y explica el
afectado el 16 de marzo de 2007 Ferrer se encontró con que
las cerraduras y candados del local, que su padre adquirió
en el año 1976 y que hasta entonces había tenido alquilado a
terceros, habían sido “violentados” y sustituidos por otros.
En el exterior figuraba un cartel de la inmobiliaria Bentata
que ponía el local “en alquiler o venta”. Tras conocer que
el vicario, en representación de la Administración
Apostólica de Ceuta, había procedido a la venta del local
“por precio que desconozco” -señalaba- a la citada
mercantil, interpuso en primer lugar una demanda de “tutela
sumaria de la posesión” que llevó a Bentata a “allanarse” en
cuanto a la devolución de las llaves, a la que accedió, y en
la que Ferrer le reclamaba daños y perjuicios. Con
posterioridad, interpuso la denuncia que ha dado lugar a la
apertura de las diligencias previas en el Juzgado número 5.
Le devolvieron las llaves
Entre los documentos que acompañan a la denuncia, entre
ellos, la escritura de compraventa de esta propiedad por
parte del padre del demandante en el año 1976, figura de
hecho el remitido por el representante legal de la empresa
denunciada accediendo a su solicitud de devolución de las
llaves del local objeto del litigio, aunque no a la
reclamación de daños y perjuicios causados por la privación
de la posesión que le reclamaba Ferrer.
Asimismo figura en el expediente la nota del Registro de la
Propiedad solicitada por Ferrer en la que se recoge que se
encontraba “pendiente de despacho” un documento de
compraventa que llegó por fax a las 14.00 horas del día de
la solicitud. El documento era la escritura otorgada el 16
de marzo de 2007 por la que la Administración Apostólica de
Ceuta vende a Incoce S.L. (sociedad mercantil de Bentata) la
finca en litigio.
La historia de esta propiedad viene recogida en el amplio
expediente que obra en el juzgado y que comienza con el
contrato privado de compraventa por 1.900.000 pesetas del
local y la vivienda situada sobre él por parte del padre del
demandante, Joaquín Ferrer, a los Ibáñez Trujillo, quienes
se lo habían alquilado casi 40 años antes. A la muerte de su
progenitor, Ferrer heredó la propiedad, que su familia ha
gestionado tanto con negocios propios, primero como
concesionario de coches Fiat, como alquilándolo a terceros
para diferentes usos comerciales. Fue entonces cuando el
heredero trató de regularizar la inscripción de la finca,
que los Ibáñez Trujillo y su padre no culminaron, mediante
la promoción de dos expedientes de dominio para la
“reanudación del tracto sucesivo”. En el primero, iniciado
en 1996 no se inscribió la finca a su nombre pues, tal como
consta en la documentación, hubo un error por parte de su
representante legal, que solicitó este trámite no para el
local comercial y la vivienda de la primera planta del
edificio, sino para la totalidad de la finca, por lo que el
juzgado no pudo llevarlo a efecto, ya que, como se hacía
constar en el auto, “el propio promotor del expediente
reconoce que la edificación (que tiene tres plantas) no le
pertenece en su totalidad”.
La iglesia reclama
Con posterioridad, en 2004 y tras cambiar de representación
legal, Ferrer inició un nuevo procedimiento en el mismo
sentido. Esta vez, y a diferencia de lo ocurrido con el
expediente de dominio de 1996, cuando a pesar de los
requerimientos correspondientes a quienes pudieran estar
interesados nadie reclamó en contra de su intención, la
Administración Apostólica de Ceuta a través del vicario
general, se opuso a la solicitud “de reconocimiento de la
venta inicial y de las sucesivas transmisiones” de la finca,
que en 1917 estaba inscrita a nombre de la iglesia y al no
existir “en los archivos de la misma constancia de dicha
venta”. Esto ocurrió en 2004, por lo que la inscripción de
la finca a nombre de Ferrer se le denegó en esta ocasión por
oponerse la administración eclesiástica. No obstante, Ferrer
continuó disfrutando de la posesión efectiva del local hasta
la ocupación forzosa y sin aviso que denunció en marzo de
2007.
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En el solar había una casa inscrita en 1917 a nombre de la
iglesia
Hasta los años 40, cuando los
Ibáñez Trujillo construyeron el actual edificio de las
Palmeras en el que se ubica el local por cuya venta por
parte del vicario se ha interpuesto una denuncia, había en
el solar una casa baja propiedad de la iglesia. Al parecer,
y según relató el padre del demandante, esta familia llegó a
algún acuerdo de compra con la autoridad eclesiástica y de
hecho, construyó el solar, tras el derribo de la edificación
original el inmueble de tres plantas actual, a pesar de lo
cual, no se modificó la inscripción registral de la finca,
que había sido practicada el 12 de mayo de 1917 a nombre de
la iglesia. No obstante, y a lo largo de todo el siglo XX se
produjeron diversas transmisiones, primero entre distintos
miembros de la familia Ibáñez Trujillo, que lo alquilaron
durante más de 30 años a Ferrer, quien con posterioridad, en
1976, se lo adquirió mediante contrato de compraventa
privado.
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