La presidenta del TC, María Emilia
Casas, ha denunciado la actitud de “sectores políticos y
mediáticos” en la campaña montada contra el TC, calificando
de “crisis institucional” la situación que actualmente
“padecemos” en España “y que sufre también el TC”.
Casas ha roto su silencio, ante las descalificaciones que ha
venido soportando el tribunal que preside, como consecuencia
del proceso sobre el Estatuto de Cataluña. Y lo ha hecho no
sólo para exigir “respeto” sino también para calificar de
“desproporcionadas” e “intolerable” la “campaña de
desprestigio” orquestada por “sectores políticos y
mediáticos”.
Casas manifestó que en “modo alguno” puede aceptarse la
“critica interesada e irracional” al TC.” Una institución
que ha servido en casi 30 años de vida para defender la
Constitución a través de su interpretación y aplicación
cotidiana y cuya jurisprudencia ha permitido a los españoles
profundizar sus convicciones democráticas”.
Casas también hizo una gran defensa de nuestra Carta Magna.
”Nuestra Constitución”, dijo “ha sido un éxito y, por tanto,
una excepción en nuestra triste historia constitucional,
porque se ha basado en una concordia, en un consenso
político que la hizo posible”
Es la primera vez que un presidente del TC sale tan
directamente al paso de los ataques al tribunal que preside.
Estas declaraciones de Casas se hacen pública 48 antes de
que el Parlamento de Cataluña debata una proposición para
que el TC sea renovado y no dicte la sentencia sobre el
Estatut en su actual composición por su supuesta falta de
legitimación.
En esa primera reunión de los partidos catalanes, para
solicitar la reforma del Constitucional, no se consiguió
acercar posturas, por los desacuerdos entre el PSC y CIU, a
pesar de que el PSC hizo un gesto de acercamiento a las
exigencias nacionalistas. De no llegar a ningún acuerdo,
entre ambos partidos, CIU se plantea presentar su petición
para la reforma del TC en solitario.
Aquí todos juegan sus cartas ante las próximas elecciones
catalanas, tratando de llevarse al electorado a su lado
arrancando, de esa forma, los votos necesarios para
gobernar.
En este juego cada uno lleva sus cartas, a pesar de que
estas están tan marcadas, que hasta los contrarios saben las
que sus oponentes tienen en sus manos.
Lo único difícil, para todos los que están en el juego, es
conocer quién será el que tire la primera carta sobre la
mesa y cuándo va a lanzar la que guarda en la bocamanga. El
juego se presta a todo pues, en él, está el gobierno de
Cataluña. Y, al parecer, todas las cartas a pesar de estar
marcadas, le dan el triunfo a CIU.
¿Y qué puede suponer este triunfo de CIU, ante el deterioro
que está sufriendo el tripartito?. Pues, aunque algunos les
cueste mucho trabajo creerlo, un vuelco importante en las
próximas elecciones generales, donde Cataluña le puede dar
el triunfo a la derecha.
Ya lo dijo Más, las otras noches en el programa 59”, cuando
le preguntaron si en esta ocasión iría al notario, para no
pactar con Rajoy. Lo dejo claro “las circunstancias son
otras. Eso es lo que se juega en Cataluña, donde cada uno
quiere aparecer como el mayor defensor del Estatut.
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