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La iniciativa de la Agencia para
el Desarrollo Económico y Social de Ceuta (ADESC) supone una
nueva mirada hacia Marruecos como eterno lugar de
oportunidades para Ceuta. El hecho de que ninguna de las
1.200 empresas españolas instaladas en el vecino país sea
ceutí es elocuente de lo poco que se mira desde la ciudad
autónoma hacia un lugar en el que la cooperación
internacional al desarrollo está abriendo cada día nuevas
vías de negocio. Propuestas como la presentada ayer por esta
organización junto con otros proyectos como el de la Escuela
de Negocios promovida por la Ciudad Autónoma y que busca
atraer alumnos marroquíes, son buenos ejemplos de cómo pasar
del mundo de las “posibilidades” al de la tan necesaria
acción, máxime en tiempo de crisis.
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OPINIÓN / EDITORIAL
