Mal lo tiene que tener la Dirección territorial del INGESA
(o más bien su director, Don Jesús), cuando tiene que echar
mano de la caballería, entiéndase, sus aliados “políticos”
UGT y PSOE.
Curioso es que tenga que venir la representante de más alto
nivel en sanidad de UGT a “respaldar la gestión de la
dirección territorial del INGESA”. Para esta representante
ugetista, Pilar Navarro, todo está bien, la plantilla es
suficiente, el modelo de apertura del nuevo hospital
adecuado, y las negociaciones entre INGESA y sindicatos
fenomenal. No sé si sus afiliados, representados, del
Hospital opinan igual, no sé si recoge el sentir de los
trabajadores o el de sus compañeros “directivos”.
También es curioso que, “tras un silencio autoimpuesto”,
ahora el Sr. Carracao, secretario general resultante de una
lucha interna fratricida y cainita del PSOE, se dé cuenta de
que en la calle hay movilizaciones. Pero Sr. Carracao, no
desde hace 2 meses, sino desde hace mucho más tiempo; y
curiosamente, si se repasa hemeroteca, los motivos son los
mismos, que no cambian cuando cambia el color del partido en
el poder. Mejores condiciones laborales, equiparación con el
resto de trabajadores del SNS, mejores instalaciones,
equipamiento, organización, reconocimiento de la realidad
asistencial teniendo en cuenta la situación fronteriza y la
población flotante, etc., esas, y no otras, han sido
nuestras reivindicaciones. Y esas reivindicaciones han sido
siempre bajo la premisa de la defensa más acérrima de un
sistema sanitario público, universal y de calidad. Nuestros
criticas, en nada van contra el “sistema público”, y creo
que nadie lo entiende así.
Tampoco contra los profesionales, que con su sobreesfuerzo
compensan los déficits. Nuestras críticas son contra la
gestión de unos directivos, que si que velan por intereses
oscuros, personales y políticos. No somos nosotros números
dos de ninguna fuerza o partido político. No somos nosotros
los que nombramos a nuestros familiares o amigos cargos
directivos. No somos nosotros los que hemos obtenido un
nombramiento sin pasar por una prueba selectiva (oposición,
concurso-oposición o análogo). Nuestra única motivación es
la obligación que tenemos de demandar y exigir la mejora de
las condiciones de trabajo de nuestros representados y
consecuentemente la mejora de la calidad del servicio
prestado;
Quizás por su juventud o por su falta de interés, el Sr.
Carracao no recuerda todas las movilizaciones que se han
realizado en demanda de una sanidad digna, en demanda de un
hospital nuevo, infórmese de la ya desaparecida “Plataforma
por la sanidad” donde estábamos sindicatos, asociaciones y
partidos y que llegamos a protagonizar hasta un encierro en
el antiguo Hospital de la Cruz Roja. Hemos sido igual de
críticos con un color que con otro. Hemos visto la situación
igual, y no como nuestros directivos, antiguos combativos
sindicalistas algunos, que hasta un día antes de su
propuesta de nombramiento veían las cosas de una manera y al
día siguiente todo estaba bien.
Como siempre hemos dicho, no se resuelven los problemas
negándolos. Sólo reconociéndolos, dimensionándolos
adecuadamente, se pueden tomar medidas, medidas que en
función de los recursos, habría que priorizar. Unos se
podrán solucionar en el momento y otros se pospondrían, pero
negándolos sólo empeoramos. La falta de recursos humanos es
innegable, podemos diferir en la cuantificación, que va a
depender de la cartera de servicio que se quiera prestar,
pero que existe déficit, no. Y señores del INGESA, saben
perfectamente que hemos entregado documentos con detalle
pormenorizado del déficit de personal, grupo a grupo, tanto
en especializada como en Primaria. Que no se terminó el Plan
de ordenamiento de recursos humanos.
Y en cuanto a la negociación en Mesa sectorial, esa
negociación que la ugetista Pilar Navarro dice que está
abierta, es una tomadura de pelo, desde hace muchos años,
anterior a este gobierno, y a la hemeroteca me remito para
no extendernos mucho.
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