El representante del Ministerio Fiscal en la ciudad solicitó
6.000 euros de multa para una mujer que supuestamente golpeó
un vehículo que se encontraba estacionado dentro de un
garaje en la barriada del Príncipe. La defensa, por su
parte, pidió la absolución de su cliente ya que esta negó
completamente los hechos reconociendo haber discutido con el
propietario del aparcamiento pero sin dañar el coche.
Una mujer se sentó ayer en el banquillo de los acusados del
Juzgado de lo Penal número 1 por un presunto delito de daños
que, en su versión de los hechos, negó en todo momento. Por
su parte, el representante del Ministerio Fiscal en la
ciudad solicitó para ella una pena de 6.000 euros de multa
mientras que el abogado de la acusación particular pidió
2.160 euros por el supuesto delito y más de 4.000 euros en
concepto de indemnización para el perjudicado.
Por su parte, la letrada de la defensa alegó que su cliente
no había tenido nada que ver con los hechos denunciados y
manifestó que no existían pruebas de huellas dactilares
sobre el vehículo dañado ni se recogía en el atestado
policial que la misma hubiera confesado ser culpable, por lo
que solicitó la libre absolución de su patrocinada.
Los hechos recogidos en el escrito de acusación del
Ministerio público se produjeron el 11 de diciembre de 2008,
sobre las 23:30 horas, en un garaje ubicado en la barriada
del Príncipe, cuando un vehículo todoterreno apareció
totalmente dañado por varios golpes que incluyeron la rotura
de los cristales delanteros y traseros, más los laterales. A
este respecto, la acusada manifestó que en la citada fecha
entró en el aparcamiento con su vehículo con dificultad
puesto que otro “estaba mal aparcado y no me permitía el
paso”. Minutos más tarde, la imputada reconoció haber
discutido con un joven que se encontraba en el garaje
solicitando ver al propietario del aparcamiento. “Es verdad
que discutí pero aparqué mi turismo y me fui a casa, sin
más”, advirtió.
En calidad de testigo intervino en el juicio el propietario
del aparcamiento situado en el Príncipe, quien manifestó que
él se encontraba en la tercera planta del recinto y que lo
informaron de lo que estaba ocurriendo, sin enfrentarse a la
procesada. “Llegué a dicha zona por las puertas traseras del
aparcamiento y desde arriba la vi subida en el coche.
Entonces llamé al Cuerpo Nacional de Policía porque tengo
más denuncias contra ella por incendios dentro de mi
negocio, que se ve repercutido por tales infracciones”,
relató el testigo, que añadió que la persona que lo informó
de lo ocurrido era su primo que estaba por allí de visita
porque “era la fiesta del cordero”.
Este último también declaró en calidad de testigo presencial
y reveló haber visto a la acusada subida en el techo del
coche con un pitón en la mano golpeando los cristales. “No
me quise acercar porque estaba gritando muy agresiva con el
pitón en la mano. Así que llamé a mi primo para que viniese
a solucionar lo que estaba ocurriendo. Simplemente estuve
allí porque tenía mi camión guardado con mercancías que iba
a llevar para Marruecos no porque esté contratado”,
advirtió.
El perito judicial también asistió al juicio para mostrar a
través de fotografías que el turismo dañado no estaba
ubicado en una zona conflictiva y mostrar la rotura de todos
los cristales. Además, por los golpes dedujo que era un
objeto flexible sin punta. “Podría ser una cadena, una barra
o un pitón pero recto no era el objeto por los daños
ocasionados, debía ser algo más elástico”, apostilló.
Pese a la existencia del atestado policial, los agentes no
fueron citados para el acto del juicio, que tras la
intervención del perito, quedó visto para sentencia.
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