Antes de comenzar la reflexión de
hoy, debo recordar los últimos datos conocidos como
consecuencia de la precaria situación socio económico que
experimenta nuestro país. El número de desempleados supera
los 4.504.338, entre los cuales 1.220.000 corresponden a
familias con todos los miembros parados y 1.433.877 a
parados sin ningún tipo de prestaciones. Siete comunidades
autónomas superan el 20% en la tasa de desempleo, seis
provincias superan el 25% y en cinco comunidades los parados
que cobran subsidios superan el 50%. Por tanto, nos
encontramos ante una circunstancia realmente extraordinaria
que requiere de medidas extraordinaria que corrijan el
devenir de nuestra economía sin olvidar, que todo esto se ha
producido como consecuencia de la incapacidad del Ejecutivo
socialista.
Una vez hechas estas puntualizaciones, es momento de
reflexionar sobre las diferentes medidas inconcretas
anunciadas por un Ejecutivo socialista incapaz de asumir las
responsabilidades propias de quien gobierna un país. La
falta de liquidez como consecuencia del incremento
espectacular en el déficit público ha provocado que la
Comisión Europea reaccione exigiendo la adopción de medidas
contundentes encaminadas a contener e incluso reducir el
gasto público, propiciando de esta manera la disminución de
unas cifras que hacen inviable nuestra subsistencia en el
seno de la Unión Europea para lo cual, deberían haberlas
consensuado con todas las autonomías en el marco competente,
el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Sin embargo, la
única decisión adoptada en dicho Consejo fue la creación de
una comisión cuyos resultados no se conocerán hasta el
próximo día 10 de junio. Mientras tanto, el Gobierno
socialista en vez de contener el gasto público reduciendo el
número de ministerios tal y como le instaron en el Congreso
de los Diputados la mayoría de las fueras políticas con
representación parlamentaria, ha aumentado el gasto de
personal un 4,6% y la partida destinada a dichos ministerios
un 8,6%.
Frente a esta incapacidad, nos encontramos con autonomías
que han puesto en marcha diferentes medidas al objeto de
contener el gasto público así como, prestar ayuda a las
pequeñas y medianas empresas a través, de la disminución de
algunos impuestos con la intención de fomentar el incremento
en la contratación. Sin ir más lejos, podría señalar como el
Ejecutivo de nuestra ciudad aprobó en junio de 2008, el Plan
de Austeridad y Contención del Gasto Corriente, el primero
de esta naturaleza adoptado por un gobierno autonómico
además, del Plan de Maximización de Ingresos Públicos y de
Ajustes Fiscales 2010 aprobado en la penúltima sesión
plenaria, instrumentos que evidencian la implicación del
Gobierno de Ceuta en el objetivo obligado de garantizar la
sostenibilidad de las cuentas y de los servicios públicos.
No obstante, no es momento de críticas y enfrentamientos, es
momento de consensuar entre todas las formaciones políticas
comprometidas con el futuro de nuestro país las medidas
necesarias que nos hagan superar nuestra caótica situación
económica. Es el momento de aplicar una “cirugía invasiva”
en nuestro mercado laboral alejando de una vez por todas, el
miedo existente a las movilizaciones sindicales. Es el
momento de contener el gasto por parte de todas las
administraciones al objeto de reducir el déficit público
existente. En definitiva, es el momento de mirar al futuro
con optimismo pero, con la responsabilidad necesaria para
aceptar los problemas existentes y aplicar en consecuencia,
las únicas medidas posibles al objeto de emprender lo antes
posible el regreso a la normalidad.
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