Hasta 1927, año en el que Trasmediterránea incorporó dos
barcos con propulsión a motor, estuvieron operando en el
estrecho de Gibraltar antiguos yates adaptados al transporte
de pasajeros y mercancías
En la primera o segunda década del siglo XX era impensable
que en la línea marítima entre Ceuta y Algeciras se pudiera
disponer de tantas rotaciones, como ocurre en la actualidad.
En aquellos tiempos operaba en el Estrecho de Gibraltar, la
Compañía Valenciana de Vapores de Correos de África que
disponía de pequeños vapores, que en realidad eran antiguos
yates transformados y adaptados al transporte de pasajeros y
mercancías. Según recoge un artículo firmado por Manuel
Rodríguez Barrientos (capitán de la Marina Mercante) y
publicado en la Revista General de Marina Mercante (2005);
el Ministerio de Fomento en aplicación de la Ley de 14 de
junio de 1909 y por Real Decreto de 8 de abril de 1910
convocó un concurso para la adjudicación de las
comunicaciones correspondientes al tercer cuadro del grupo
C, consistentes en los servicios que unían los puertos del
sur de la Península con los del norte de África, así como la
línea regular de Barcelona a Canarias. Se habían creado tres
grupos de itinerarios de servicios marítimos subvencionados
por parte del Estado en favor de los concesionarios que
suscribiesen la prestación de dichos servicios. Los del
grupo C (servicios marítimos de soberanía) fueron
adjudicados a varias sociedades.
A la Compañía Valenciana de Vapores Correos de África se le
asignaron los servicios de comunicaciones marítimas entre
los puertos del sur de la Península y los del norte de
África y, además, veinticuatro travesías anuales con salida
desde Barcelona con destino a Santa Cruz de Tenerife o Las
Palmas, y con escalas en diversos puertos españoles y
marroquíes, tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo.
La Sociedad Navegación e Industria se hizo con los servicios
de comunicación del Archipiélago Canario con la Península,
acordando realizar cinco expediciones mensuales de ida y
vuelta desde Cádiz a Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas.
Vapores de Correos de África
En el año 1910, con la intención de optar al concurso
público propuesto por el Ministerio de Fomento era
constituida la Compañía Valenciana de Vapores Correos de
África, empresa surgida de la fusión de dos navieras
valencianas: La Roda Hermanos y Compañía Valenciana de
Navegación. La nueva compañía solo contaba con doce buques,
por lo que se vio obligada a adquirir siete barcos más,
puesto que eran diecinueve los que necesitaba para poder
prestar los servicios que le fueron adjudicados. En Italia
compró tres vapores (‘A. Lázaro’, ‘J.J. Sister’ y ‘V. Puchol’),
y en Inglaterra otros cuatro (‘Ausías March’, ‘Barceló’,
‘Luis Vives’ y ‘Jorge Juan’). En este último país también
adquirió dos yates: ‘Lady Torfrida’ y ‘Asteria’, renombrados
posteriormente ‘General Fernández Silvestre’ y ‘J.B. Llovera’.
Ambos buques, transformados en vapores, prestaron sus
servicios en las líneas del Estrecho de Gibraltar.
Posteriormente, en 1913, la Compañía Valenciana de Vapores
Correos de África compró el ‘Sentida’ -renombrado ‘Teodoro
Llorente’- y que también operó en esta misma zona. Los
barco, de similares características, fueron construidos en
la década de 1880 en los astilleros D. & W. Henderson Ltd,
en Meadowside (Glasgow).
La incorporación de estos tres buques significó un gran paso
en la historia de las comunicaciones marítimas en la zona
del Estrecho, principalmente entre las ciudades de Ceuta y
Algeciras. La demanda del transporte de pasajeros y
mercancías quedaba cubierta con la puesta en marcha de estos
buques. La inversión económica de la compañía concesionaria
de los servicios marítimos suponía un nuevo avance en la
constante evolución que había experimentado esta línea
marítima en las dos últimas décadas. Especialmente desde
1894, que se inauguraba el primer muelle de Algeciras.
El buque ‘Teodoro Llorente’, con una eslora de 221, 3 pies y
una manga de 28,1, operó prácticamente toda su vida en el
Estrecho, excepto en 1.924, año en el que pasa a realizar
servicios en la línea semanal Barcelona-Ibiza-Palma y en
ocasiones en la línea que unía Tarragona y Palma. En el año
1929 fue retirado de servicio y desguazado en Barcelona,
después de más de cuarenta años de navegación. Por su parte,
el ‘J.B. Llovera’ -según recoge el libro “Historia de la
flota” publicado por Juan Carlos Díaz Lorenzo-, el 22 de
septiembre de 1926 durante su travesía entre Tánger y
Algeciras se hundió en aguas del Estrecho de Gibraltar
después de ser abordado por el vapor ‘A. Cola’, que había
partido desde el puerto de Ceuta con rumbo a Larache. Los
tripulantes y pasajeros fueron rescatados y trasladados al
puerto de Algeciras por el ‘A. Cola’, que solo había sufrido
pequeños daños.
Trasmediterránea
La Compañía Trasmediterránea quedaba constituida el 25 de
noviembre de 1916 fruto de la fusión de cuatro navieras:
Compañía Valenciana de Vapores Correos de África, que poseía
dieciocho buques; Ferrer Peset Hermanos (Valencia) que
aportó quince barcos, Línea de Vapores Tintoré (Barcelona)
que contaba con una flota de siete vapores; y Sociedad
Navegación e Industria (Barcelona), que poseía cinco buques.
Un total de 45 vapores conformaron la primera flota de la
Compañía Trasmediterránea, que fue incorporando otras
unidades hasta convertirse en pocos años en unas de las
empresas navieras más importante de la época. Meses después
de su creación (1 de enero de 1917) comienza a operar en las
zonas adjudicadas por el Ministerio de Fomento a las
compañías Valenciana de Vapores Correos de África y Sociedad
Navegación e Industria, por lo que la línea marítima entre
Ceuta y Algeciras, a partir de entonces quedaba cubierta por
Trasmediterránea, que continuó prestando sus servicios con
lo viejos vapores que hasta el momento realizaban la ruta
entre ambos puertos. La expansión de la naviera fue
constante con la adquisición de nuevas empresas: Compañía
Anónima de Vapores Vinuesa (Sevilla), Compañía Marítima
(Barcelona), Compañía Mahonesa de Vapores (Mahón) y Compañía
Isleña Marítima (Palma de Mallorca). Las inversiones
permiten a la Compañía Trasmediterránea obtener todas las
comunicaciones marítimas de soberanía incluidas en el grupo
C de la Ley de 1909. En 1926 la flota superaba los setenta
buques.
El crecimiento de la empresa llevó consigo la transformación
de algunos de sus barcos, sustituyendo las calderas de vapor
por el motor de combustión diésel, dotando a los buques de
considerables mejoras técnicas.
Nuevos barcos
La Compañía Trasmediterránea continuaba mejorando su flota y
ofreciendo un mejor servicio a los pasajeros, que no
solamente viajaban más cómodos sino que también veían
reducido el tiempo de las travesías. Sin embargo, en la zona
del Estrecho todavía estaban operando los antiguos vapores
adquiridos años atrás a la Compañía Valenciana de Vapores
Correos de África. Los buques no estaban a la altura del
servicio que pretendía ofrecer Trasmediterránea, por lo que
en su afán de modernizar su flota, encargó a la empresa
Unión Naval de Levante la construcción de tres barcos con
propulsión a motor. De los tres nuevos buques, el ‘General
Sanjurjo’ y el ‘Miguel Primero de Rivbera’ fueron destinados
a las líneas de Estrecho. Posteriormente con la proclamación
de la II República, fueron renombrados como ‘Ciudad de
Ceuta’ y ‘Ciudad de Algeciras’.
‘Ciudad de Ceuta’
La Compañía Trasmediterránea desembolsó un total de
3.145.569 de las antiguas pesetas en su adquisición. Fue
botado el 1 de agosto de 1928, realizando las primeras
pruebas en el mar apenas un mes después (4 de septiembre).
Su primer destino fue una línea que unía diariamente los
puertos de Algeciras, Ceuta y Tánger. La revista The Motor
Ship publicaba en el año 1927 un artículo titulado
‘Mediterranean Passenger Ships’ (recogido en vida marítima),
y en el que aportaba algunos datos técnicos sobre los nuevos
barcos: “Durante sus pruebas mantuvo una velocidad promedio
de 16,2 nudos, lo cual es considerablemente mas elevada que
la estipulada por contrato. Tiene una proa ligeramente
curvada y popa de crucero, castillo de proa y cubierta de
botes que se extiende desde la parte delantera de la
superestructura central hasta la popa. La capacidad total de
las bodegas es de 686 metros cúbicos, equivalentes a 24.228
pies cúbicos. Los tanques de agua dulce están situados en
las bodegas de proa y tienen una capacidad de 10 metros
cúbicos o toneladas. El doble fondo, en la parte trasera del
cuarto de máquinas es utilizado para agua de lastre y tiene
una capacidad aproximada de 16 metros cúbicos; 11,5 metros
cúbicos de agua pueden ser llevados en los cuatro tanques
bajos y 10,9 toneladas de agua dulce en los de las
bodegas. La acomodación para primera clase está en el
entrepuente de proa. Hay ocho camarotes con doble cama y
cada uno de ellos tiene un sofá. En el salón hay sofás que
pueden ser convertidos en 24 camas Pullman. El salón de
fumar de primera clase esta en la cubierta de botes, está
dotado de confortables butacas y sofás, y hay una atractiva
chimenea forrada de madera de roble. La acomodación para
segunda clase consta de tres grandes camarotes, con un total
de 14 camas y un salón con algunas mesas y sofás. El buque
es de doble eje y tiene instalados dos motores Krupp de
cuatro tiempos y seis cilindros. Tienen los pistones un
diámetro de 460 mm y una carrera de 630 mm, entregando una
potencia de 800 b.h.p. a 225 r.p.m. Para el suministro
eléctrico existen dos motores Krupp de cuatro cilindros y 90
cv, uno conectado a una dinamo y el otro a un compresor
auxiliar y otra dinamo. Existe también una planta de
emergencia comprendiendo un motor semi-diesel de 10 cv.
acoplado a un compresor […]”.
Desde 1928 hasta el año 1936 permaneció en la misma línea,
efectuando diariamente una travesía de ida a vuelta entre
Algeciras y Tánger, pasando por el puerto ceutí. El 18 de
julio de 1936 formó parte del denominado ‘Convoy de la
Victoria’ escoltando al cañonero ‘Dato’. Cruzó el Estrecho
desde Ceuta a Algeciras, transportando un contingente de
tropas y material de guerra
En 1953 el ‘Ciudad de Ceuta’, coincidiendo con la llegada de
un buque más moderno: el ‘Virgen de África’, fue destinado a
Canarias. Cuatro años después volvía al puerto de Ceuta,
incorporándose a la línea Ceuta-Melilla y sus puertos
intermedios. Precisamente en esta línea sufrió el 21 de
noviembre de 1958 una importante avería cuando se encontraba
en las inmediaciones del Peñón de Vélez. En 1975 causó baja
en la flota de la Compañía Trasmediterránea, siendo
adquirido por la Asociación Vizcaína de Capitanes de la
Marina Mercante, que lo amarró en Bilbao como sede de la
Asociación, y fue rebautizado como ‘Consulado de Bilbao’.
Finalmente fue desguazado en 1983.
‘Ciudad de Algeciras’
Este buque pasó a la historia por ser el primer barco
construido en la empresa Unión Naval de Levante. La Compañía
Trasmediterránea solicitaba su construcción en enero de
1925, y año y medio después -28 de julio de 1926- se
producía la botadura. Su coste ascendió a 3.018.512 de las
antiguas pesetas. Después de superar el período de prueba,
el 21 de enero de 1927 y bajo el nombre de ‘Miguel Primo de
Rivera’ –rebautizado en la II República como ‘Ciudad de
Algeciras’- fue destinado a la línea del Estrecho de
Gibraltar, uniendo regularmente los puertos de Ceuta y
Algeciras.
El 18 de julio de 1936, se encontraba atracado en el puerto
de Ceuta dispuesto a partir rumbo a Algeciras, pero
suspendió su salida. Esa misma noche emprendió viaje a
Cádiz, acompañando al destructor ‘Churruca’, transportando
al primer Tabor del Grupo de Regulares Indígenas de Ceuta
Número 3. Posteriormente regresó al puerto de Ceuta, donde
permaneció hasta el 5 de agosto, fecha en la que junto a su
gemelo ‘Ciudad de Ceuta’ formó parte del ‘Convoy de la
Victoria’.
El 2 de diciembre de ese mismo año, en el transcurso de la
travesía por el Estrecho de Gibraltar prestó auxilio a un
hidroavión averiado.
Entre el 14 de diciembre de 1936 y el 14 de enero de 1937,
el buque ‘Ciudad de Algeciras’ permaneció en el arsenal de
La Carraca, donde le fue instalado armamento ligero, siendo
reconvertido en un patrullero. Desempeñó sus funciones en el
estrecho, zona a la que regresó tras su desarme, para
reincorporarse a la línea marítima entre Ceuta y Algeciras.
Con la incorporación del ‘Victoria’ y ‘Virgen de África’
fue destinado a Canarias. También cubrió las líneas
Ciudadela-Cabrera- Ibiza y Palma-Mahón. En 1976, se
convirtió en sede social de la Asociación Asturiana de
Capitanes de la Marina Mercante.
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