Un compañero del periódico,
señalándome la primera plana donde decimos que se llevan el
Balearia dejando a Ceuta sin cinco rotaciones diarias, me
dice qué es lo qué me parece el asunto.
Mí contestación no se hace esperar, mira es lo más normal
del mundo, Ceuta pinta menos que yo en la Capilla Sixtina.
La solución más rápida y más fácil que existe es contestarse
a la siguiente pregunta, dónde hace falta un barco y de
dónde lo cogemos. La solución, la mejor de ella, para no
calentarse mucho la cabeza de los mandas, se lo quitamos a
Ceuta y asunto concluido.
Mí querido compañero esto es así, desde tiempo inmemorial y,
por supuesto, nada ni nadie lo va a cambiar mientras Ceuta
siga siendo Ceuta y se nos siga considerando ciudadanos de
segunda división, más bien del grupo cuarto, que es donde
milita nuestro equipo representativo.
Y como hoy es domingo y estas cosas me ponen mal cuerpo,
porque me veo impotente para solucionarlas, permíteme
compañero que me dedique a escribir de otras cosas que me
hagan, al menos, sonreír durante un buen rato.
La verdad es que, no se me va de la cabeza el asunto de
quitarnos el barco y las cinco rotaciones entre los puertos
de Ceuta y Algeciras o viceversa, por muchas vueltas que le
doy al asunto para olvidarme del mismo. Oye, no es por nada,
nos han quitado un barco y cinco rotaciones.
Lo que si te puedo asegurar que cuando empiece la OPE, no
nos quitan ningún barco y aumentan las rotaciones. Como
diría cualquier catalán, la pela, es la pela. Y hasta ahí
podíamos llegar. Los barcos no se mueven de Ceuta aunque lo
diga el lucero del alba.
Pero vamos, amigo mío, tú no te extrañes de nada de lo que
veas y lo que te queda por ver. Igual un siglo de estos, en
los que estemos más tranquilos, viene alguien y dice que se
quiere llevar la catedral, que queda como más mona colocada,
por un suponer, en una plazoleta de “Matalaburra de Abajo”.
Si piensas que eso es imposible, y que la catedral no se va
a mover de donde está, eres un iluso. La catedral,
dependiendo del manda que lo ordene se irá a “Matalaburra de
Abajo”, y será colocada en la plazoleta a la que ha sido
destinada.
Todas esas cosas, por supuesto, me duelen y me hacen que el
alma se rompa en múltiples cristalitos de colores. Lo que no
me dolería, querido amigo y compañero, es que a un manda le
diese por llevarse, un siglo de estos, el reloj que hay en
le Mercado Central de Abastos.
Es más le quedaría eternamente agradecido, por llevarse ese
reloj que “anda” menos que un caballo de mármol. Para mí,
que lleva parado más años que le primer yogurt que se comió
Noe, cuando el asunto del diluvio.
Pues ya verás como, ese tema no hay un manda que lo toque.
Ya que el reloj no le vale para nada. Claro, lo digamos muy
fuerte vaya a haber un manda que lo quiera como cosa
decorativa. Si eso sucede, no tengas la menor duda que el
reloj, “parado” y todo, se marchará a otros lugares.
|