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economía - DOMINGO, 25 DE ABRIL DE 2010


joaquín aranda. archivo.

entrevista / JOAQUÍN ARANDA
 

«El modelo económico de Ceuta
me recuerda ahora al de la
España de los años cincuenta»

El catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia Joaquín Aranda asegura que la ciudad es “una superviviente” que actualmente tampoco necesita “una gran revolución” económica para desarrollarse
 

CEUTA
Gonzalo Testa

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Catedrático de Métodos Cuantitativos para la Economía de la Universidad de Murcia, Joaquín Aranda (Assilah, 1952), jefe también del Servicio de Estudios de Caja Murcia, regresará mañana a “casa” para, a partir de las 12.30 horas, pronunciar una conferencia bajo el ambicioso título de ‘La Economía de Ceuta’ en el Salón de actos del Conjunto Monumental de las Murallas Reales invitado por la Consejería de Economía y Empleo. Aranda, que dejó la ciudad autónoma en XXX, mantiene desde hace tres años una prolífica relación con la localidad que le vio nacer. Hace tres años la Cámara de Comercio le encargó hacer una prospección sobre la conveniencia y viabilidad de entrar en la Unión Aduanera. Ahora, la CECE le ha pedido que le ponga cifras al peso de Ceuta en la economía del Norte de Marruecos.

Pregunta.- Ha elegido un título muy ambicioso para su conferencia: ‘La Economía de Ceuta’. ¿Se puede resumir?

Respuesta.- Es el típico título de ‘pon lo que quieras que ya contaré yo lo que pueda’... [Risas] Me planteo esta cita como una oportunidad para hablar de cómo está la situación económica, de cómo hemos pasado 2009 y de cómo está Ceuta haciendo un recorrido a largo plazo desde 1995 para analizar las tendencias y pararnos un poquito más en los últimos ejercicios. Me interesa ver la evolución del PIB por habitante, que ha progresado mucho, explicar las razones por las que esto ha sido así y concretar en cuáles de los principales indicadores económicos nos estamos quedando cojos y en cuáles seguimos avanzando.

P.- ¿Es usted de los economistas que ya ven brotes verdes o todavía no?


R.- Creo que, a nivel nacional, la economía española ha tocado fondo en el primer trimestre de este año. La gran pregunta es cuánto tiempo seguiremos en el suelo. Creo que los brotes verdes hay que asociarlos a tener delante cosas que hagan evidente que comenzamos a remontar y ese despegue, por ahora, no lo veo claro.

P.- Si comparamos lo que ha sido la crisis en Ceuta y en el resto de España, ¿qué diferencias y qué similitudes encuentra?


R.- Creo que la evolución de la crisis en Ceuta tiene un poco de retardo, seguramente por el peso del sector público en la ciudad. Se trata, en cualquier caso, de décimas de diferencia. El amortiguador público en la ciudad ha actuado y debería poder seguir actuando para que la actividad económica en Ceuta se sostenga este año. Lo que no podemos esperar es que el sector privado actúe de locomotora, algo que al menos en lo que queda de año no hará con total seguridad.

P.- ¿Usted cree que alguna vez, pronto o tarde, el sector privado será locomotora económica de Ceuta?


R.- Hoy día no. El sector privado necesita de una estrategia general clara que no le corresponde diseñar. Ese es un trabajo de toda Ceuta. Hay que empezar a profundizar en cosas que se han hecho y poner en marcha otras estrategias a largo plazo.

P.- ¿A qué se refiere?


R.- Le pongo un ejemplo: el Turismo. El sector no ha evolucionado mal, al contrario, y si vemos la estadística de viajeros y pernoctaciones encontraremos cuestiones positivas. Sin embargo creo que el factor de atracción de Ceuta como destino turístico no está ni mucho menos perfilado. La ciudad ha ganado mucho en términos estéticos y de comodidad y quienes la visitan se asombran, pero persisten problemas como el del precio del barco o la baza que tiene que jugar el sector privado.

P.- Hace tres años, en el informe ‘Ventajas e inconvenientes de una posible integración de Ceuta en la Unión Aduanera’, decía usted que el escaso éxito de la ciudad en su lucha contra el paro era “el hecho diferencial más claro en relación con la economía española”. ¿Debemos acostumbrarnos en Ceuta a vivir con tasas de paro como las actuales?


R.- La persistencia del paro en la ciudad se debe a varios factores. A diferencia de lo que ocurre en el resto de España durante los últimos años en Ceuta no han crecido de la misma manera actividades de mano de obra intensiva como la Construcción, la Industria o los Servicios sin cualificación. Esa gran capacidad de generación de empleo de baja calidad no la ha tenido Ceuta salvo en la Construcción y con un peso relativo mucho menor. La ciudad autónoma, que carece de actividades con este perfil, no puede absorber a la cantidad de gente que se incorpora al mercado de trabajo, mucho mayor que en el resto del Estado.

P.- ¿El modelo económico de la Ceuta que hemos conocido está definitivamente agotado?


R.- Ceuta, y yo la conozco muy bien, es una superviviente. Tuvo su primera época dorada cuando recogió todo lo que venía del Protectorado; después una segunda con el boom del ‘paraguayo’ como centro de ventas de mercancías que no había en la Península, que terminó con la Unión Europea. Pero Ceuta se buscó la vida por otro lado, con el producto asiático, y ahora se la busca en buena medida con el comercio atípico hacia Marruecos. La ciudad me recuerda hoy, reconvertida en un espacio de servicios para sí mismo, a la España de los cincuenta: un comercio para la población local, que tiene un nivel de vida razonable, en algunos segmentos superior incluso a la media; una industria básica de abastecimiento... Así, nos encontramos con una parte de reconversión que la hace sostenible y otra dirigida a los visitantes, tanto de la Península, aunque sean menos de los que se desearía, como del país vecino. Eso no tenemos por qué cambiarlo. Si metes eso, el Turismo, empresas de generación de valor añadido a partir de la posible reforma del REF, la Estación Náutica... Ceuta no necesita una gran revolución.

P.- La Ciudad está basando el modelo económico local del futuro en tres grandes ejes que son la posible entrada en la Unión Aduanera, la reforma del REF y conseguir un trato singular de las instituciones europeas. ¿Cuál de esos objetivos le parece que tendría una trascendencia mayor?


R.- Cuando yo presenté aquel trabajo sobre la Unión Aduanera planteaba dar ese paso como una oportunidad. ¿Unión Aduanera? Sí, pero no sólo eso. En paralelo hay que trazar una estrategia de diferenciación similar a la que diseñó Canarias. Hay que trabajar en un paquete de medidas completo porque el efecto multiplicador de las mismas en conjunto será mucho más eficiente que la suma de las partes.

P.- ¿Sigue pensando que la integración en la Unión Aduanera “sería un impulso al estatus actual de la ciudad, como territorio comunitario, que la conformaría como frontera sur de la UE” y que “contribuiría y no poco, a eliminar las múltiples incertidumbres, reales o no, sentidas o percibidas, pero permanentes, que rodean a la ciudad de Ceuta y, sobre todo en relación con las continuadas reivindicaciones de Marruecos”?


R.- Las incertidumbres con Marruecos van a existir siempre y todos sabemos por qué, así que no nos compliquemos. El tema de la Unión Aduanera con respecto al comercio con el país vecino no tendría efectos económicamente significativos y su efecto sobre el coste de la vida en la ciudad tampoco debería ser significativo si se estudia, como planteamos en el estudio, implantar algo similar al Impuesto General Canario (IGC), que viene a ser algo así como un IVA reducido.

P.- ¿Usted cree que Ceuta está preparándose adecuadamente para la culminación del proceso de desarme arancelario entre Marruecos y la Unión Europea?


R.- Se prepara como puede. La ciudad tiene muy poca capacidad de maniobra ahí. En Ceuta la oferta no genera demanda, sino al revés. En todo caso ese desarme arancelario, que ya debería haberse concretado en parte y no se ha hecho, no creo que tenga un efecto tan significativo. Hay muchas cosas detrás de eso, entre otras la propia capacidad del país vecino para financiar su Comercio Exterior, y lo que no entre por un lado tendrá que hacerlo por otro, porque lo que sí tiene es una demanda muy importante.

“¿Contrabando? No, comercio”

P.- ¿Entonces tampoco debemos pensar en despedirnos de la imagen de los porteadores y de todo lo que ello conlleva, en términos de actividad económica?


R.- El mundo de la actividad económica es uno y el de los porteadores es otro. Para este último sí hay que buscar una solución. No basta con que a Marruecos se le llene la boca diciendo que no puede permitir el contrabando de Ceuta. ¿Se puede llamar así a la entrada de mercancías con un policía en la puerta? No, eso no es contrabando, es comercio permitido, atípico, como queramos llamarle, pero que lo que no hace es pagar el impuesto de aduanas de entrada en Marruecos, entre otros, lo que permite a cierto segmento de la población marroquí acceder a ciertos productos.

P.- ¿Es imprescindible o no, entonces, que lleguemos a tener una aduana comercial con el país vecino?

R.- Inexcusable no hay nada. Mejoraría la situación y las perspectivas económicas de la ciudad, eso sí.

P.- ¿Esas estrategias de desarrollo de las que hablaba antes deberían dirigirse de manera primordial al otro lado del Tarajal o al otro lado del Estrecho?


R.- ¡A todas partes! Mis planteamientos son muy liberales. Yo creo en la libertad de comercio porque es una de las palancas que mueve el crecimiento económico. Una libertad de comercio razonable entre Ceuta y Marruecos sería buena para ambas partes, estoy convencido, y en otro contexto económico considero que tendría una solución fácil y rápida. Lo que chirría es la política.

P.- Recientemente se ha planteado la posibilidad de apostar por un enlace marítimo con Tánger-Med como alternativa a esa difícil instalación de una aduana comercial en el Tarajal. ¿Le parece viable?

R.- Estamos hablando de meterle los costes de dos fletes a la mercancía.

P.- ¿Difícilmente viable entonces?

R.- Siempre habrá algún producto con el que se pueda realizar ese tipo de transacción porque Ceuta lo que sí tiene es una gran capacidad de compra y mucha experiencia en los mercados internacionales, con lo que podría obtener precios muy competitivos para compensar ese sobrecoste. En ese contexto se puede atisbar cierta viabilidad.

P.- ¿Está muy, un poco o nada al tanto de la reforma del REF que propone el Gobierno ceutí?

R.- Conozco el tema y el proyecto y me parece muy importante. Si no me equivoco estamos hablando de una reducción del 50% sobre el 50%.

P.- Hay quienes dicen que eso, a los ojos de Europa, no situaría casi como un paraíso fiscal

R.- Un paraíso fiscal no es un sitio donde no se pagan impuestos sino donde no te miran los impuestos. Eso es contra lo que está la Unión Europeo. Ahora, contra que dentro de su contexto puedan existir sitios que por su especial significación, que por ser semiultraperiféricas, gocen de ciertos beneficios, no. Es una forma de atraer inversión, empresas y profesionales.

P.- ¿Le parece que sería, entonces, un paso significativo lograr la aprobación de ese nuevo REF propuesto?

R.- Yo creo que hay muchas personas que, pudiendo y sabiendo que pueden pagar el 100% de sus impuestos en la Península o el 25% en Ceuta, se plantearían irse a la ciudad. Lo mismo digo de todas las empresas a las que no les suponga un coste muy grande intalarse o reinstalarse en la ciudad porque ello les reportaría unas ventajas muy importantes. Y a su vez ellas lo repercutirían sobre la ciudad, ya fuera en forma de empleo o de actividad económica.
 

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