PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales

 

ACTUALIDAD - JUEVES, 22 DE ABRIL DE 2010


casquillos de bala en el puerto. f. raso.

INMIGRACIÓN, PRESIÓN EN EL PUERTO
 

La Guardia Civil se bate casi a
diario con los inmigrantes
alrededor del Puerto

Los ilegales, que se escabullen por las
escolleras, ponen a prueba a diario a las fuerzas de seguridad y a los sistemas de impenetrabilidad establecidos en zona portuaria
 

CEUTA
Antonio Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La Guardia Civil se las ve diariamente con los inmigrantes ilegales que pululan por los alrededores de la zona portuaria en busca de una oportunidad para ‘colarse’ en el interior y encaramarse bien a un camión, bien a un buque para alcanzar su objetivo de llegar a las costas de la Europa continental. El permanente ‘juego de las carreras’ entre la Benemérita y los ilegales se sustentan en no pocas ocasiones con el sonido de múltiples salvas (disparos con balas de fogueo) para tratar de amedrentar a los que se escabullen por las escolleras hacia el dique de poniente. A los habituales argelinos y asiáticos, se les une ahora los subsaharianos.

Incapaces de evitar que los inmigrantes se aproximen, a través de las escolleras de poniente, a las vallas instaladas a lo largo de todo el dique y, por tanto, el consiguiente intento de acceso a zona portuaria, la Guardia Civil debe emplearse casi a diario, con la colaboración de la policía portuaria, para disuadir a los ilegales.

Los agentes de la Benemérita deben responder con el sonido de sus armas, cargadas de balas de fogueo, para intentar acogotar a los numerosos inmigrantes que, escondidos entre los grandes bloques de la larga escollera, procuran acercarse lo más posible a la zona de Hércules saluda la entrada y salida de los buques. Eso en uno de los flancos donde la presión es evidente. El otro punto se sitúa en las proximidades de la zona de preembarque, camiones fundamentalmente. Cualquier resquicio o posibilidad es válida para estos individuos que intentan desesperadamente alcanzar, como sea, las costas de la Europa continental. Es la versión más cruda de una inmigración a la que las puertas no les suponen obstáculo.

El Puerto adopta sus medidas de seguridad, que son notables. La Policía Portuaria patrulla constantemente las zonas de mayor presión. Obstáculos construidos con vallas de extraordinaria altura y sistemas de videovigilancia en los lugares más estratégicos para un mayor control mantienen el interior del puerto libre de la presencia de irregulares. Pero afuera, tras las vallas, en las cercanías de las obras de ampliación de muelle de Poniente y en las abruptas escolleras, la presencia es notable.

Los ilegales que alcanzan su objetivo juegan al ratón y al gato con las fuerzas de seguridad. Algunos de ellos se chotean literalmente de los agentes, a los que, en un juego del absurdo, retan para que les puedan coger.

EL PUEBLO ha sido testigo de choteos de este calibre. Los inmigrantes conocen que las Fuerzas de Seguridad no se emplean con dureza y ello les sirve para insistir de manera permanente. Pese a todo, los agentes cumplen -a veces con descorazonamiento- con un trabajo que no produce resultados.

“De vez en cuando hacemos una redada importante, pero esto no sirve de nada”, comenta un ya desesperado miembro de seguridad que se las tiene que ver diariamente con este “estúpido juego” que resulta en ocasiones peligroso.

En zona portuaria, los agentes tratan no sin esfuerzo de controlar una masa de irregulares que bien por la zona de embarques, bien por las escolleras tratan de ganar “lo que ellos consideran su libertad”. Se trata de una labor callada, apenas reconocida pero que sirve para que el pulmón económico de Ceuta pueda respirar aliviado.

“¿Cómo se permite que se puedan acercar tanto al puerto?”, se pregunta un camionero que certifica que “ahora se ven también negros que miran a los camiones como si los radiografiaran”.

Dos en un camión

La agencia EFE colgó ayer un teletipo, que no ha sido confirmado a EL PUEBLO por la Guardia Civil, sobre la detección de dos subsaharianos en los bajos de un camión en la jornada del martes.

El trabajo policial es constante. Los controles de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía son evidentes, y los de la Policía Portuaria también, pero el comentario de los que se lo curran sobre el terreno es siempre el mismo “son más, esto es grande y sólo podemos asustarles dejándonos ver para que corran hacia otro lado”.
 


Protección para el puerto con medidas
razonablemente válidas y definitivas

Si el Puerto de Ceuta es la zona que debe desarrollar una expansión capaz de arrastrar por sí misma a la ciudad en general, la permanente presencia muy numerosa de inmigrantes en los alrededores de los muelles, dificulta enormemente esta labor. Si la decisión política es la de que el Puerto avance para recuperar terreno en el espacio económico del Estrecho, no debe permitirse la inseguridad que para el normal desarrollo de las operaciones portuaria supone el que decenas y centenares de individuos en circunstancias de ilegalidad merodeen por la zona. Al pan pan, y al vino vino. El tráfico de mercantes, los camiones de distribución y la labor general del puerto debe realizarse con garantías y seguridad, lo que añadido a la calida de la prestación de servicios, se convierte en el mejor escaparate para el fomento y desarrollo de estos nichos de negocio que dinamizan la actividad portuaria y, por ende, la de la ciudad. La permanente imagen de inmigración casi colgada a los barrotes de los límites portuarios no beneficia a este desarrollo y, además, provoca una labor policial que, por baldía, causa impotencia entre los agentes encargados de jugar a las carreras.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto