Los vecinos de Fuerte Mendizábal cortaron durante una hora
la zona de tierra por la que los camiones que están
realizando el movimiento de tierras para el emplazamiento de
la futura cárcel tienen que pasar. Y es que se quejan del
“polvo” que estos vehículos provocan y además no se les da
ninguna solución y lo que solicitan es que “por lo menos
echen agua al camino para no levantar tanta polvareda”.
Los vecinos de Fuerte Méndizabal pararon ayer durante una
hora los camiones que están trabajando en la zona en el
movimiento de tierras para la construcción de la nueva
cárcel. La razón que dieron los habitantes de las casas
colindantes es que el polvo que dejan es “insoportable”.
Agentes de la Guardia Civil se personaron en el lugar para
aconsejar a los vecinos que presenten una “denuncia formal”
para evitar que haya problemas mayores.
Y es que, la desesperación de estos vecinos es “grande.
Tenemos un hijo de cinco meses y así no se puede vivir.
Llevamos así un año. Lo único que pedimos es que pasen agua
por el camino ya que nosotros dejamos pasar a los camiones.
Hablamos con ellos y nos dicen que nos pondrán agua para que
no se levante el polvo, pero no lo hacen”.
Los vecinos afirman que el polvo que levantan los
transportes es lo peor de todas las obras y que incluso no
pueden ni sacar la ropa al balcón ya que “se queda más sucia
de lo que estaba”. Lo único que solicitan es que para que no
se levante tal cantidad de tierra, se eche agua en el
camino: “Además hay algunos que van embalados y no respetan.
No podemos abrir las ventanas”.
Tres familias son las que están viviendo en las casas
cercanas a la construcción de la nueva cárcel: “Entendemos
que tienen que pasar, pero que hagan lo que les pedimos. Me
he puesto en medio de la calle y me da igual, si quieren
pasar, que pasen”. Otra de las vecinas afirmó resignada que
no tienen “ni un minuto de tranquilidad, trabajan hasta por
las noches”.
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