Los test para la detección del VIH que están realizando de
manera completamente anónima y gratuita catorce farmacias de
Ceuta en virtud del convenio suscrito con la Ciudad Autónoma
son una muestra de los avances producidos en las técnicas de
identificación de la enfermedad desde que comenzara la
crisis del Sida.
El test Determine HIV, más conocido como test de detección
rápida del VIH, han logrado acortar las esperas que debía
soportar el paciente para conocer los resultados de la
prueba, pues ahora se dispone de un diagnóstico en apenas
quince minutos y suponen un punto de inflexión en la
historia de las técnicas de localización del virus.
Sin embargo, test de una larga trayectoria continúan siendo
moneda común en el sistema sanitario. Tal y como explica el
farmacéutico Antonio Ruiz, de la botica Arcos, en la mayoría
de los casos se sigue utilizando las pruebas
inmunoenzimáticas, las archiconocidas Elisa y EIA, que
también se realizan a partir de la correspondiente muestra
de sangre. “La prueba de detección rápida tiene la misma
sensibilidad que las inmunoenzimáticas, que en cambio
necesitan de un lector específico. Sin embargo, las últimas
tienen la ventaja de que se pueden reconocer muchas muestras
a la vez y resultarían de fácil conservación en el tiempo”,
continúa el farmacéutico.
También existen otros métodos directos: el cultivo vírico,
la determinación del antígeno P24 en plasma o suero o la
demostración del genoma vírico mediante tecnología de
biología molecular (PCR). En todos estos casos, como en el
supuesto de las pruebas inmunoenzimáticas o la Determine HIV,
si da positivo se precisa la realización de un segundo test
con la técnica específica Western Blot que detecta el
antígeno específico de interés.
La prueba que se realiza en las farmacias de Ceuta consta de
una tarjeta de ensayo Determine HIV, recubierta del antígeno
recombinante del VIH-I y del VIH-II y de péctidos
sintéticos.
Otro elemento es el tampón de arrastre, con PH que no
reacciona ni altera la muestra de sangre, que se extiende
sobre la tarjeta de ensayo. Otros elementos impresicindibles
son los tubos capilares para transportar la muestra de
sangre, la lanceta para obtener la gota necesaria y los
guantes de látex como medida de seguridad para que no haya
un traspaso de sangre del paciente al farmacéutico que
realiza la prueba.
Una vez que la muestra de sangre se ha extendido sobre la
tarjeta de ensayo y esta ha sido impregnada con el tampón,
se señalan los marcadores del antígeno del VIH y de los
posibles anticuerpos que haya podido generar el organismo,
de manera que si da color rojo se obtiene un resultado
positivo a la infección por el virus del sida.
El farmacéutico comenta que, normalmente, los pacientes ya
suelen estar informados de los factores de riesgo y las
formas de prevención de la infección por VIH. Si no, se les
informa en el acto.
Antes de realizarse la prueba, el paciente debe firmar un
documento de consentimiento informado, en el que se le
advierte que, de dar positiva la prueba, esta debe ser
confirmada con otros análisis más específicos en un centro
de referencia al que le derivará el farmacéutico,
normalmente el Plan Sobre el Sida. También se le informa que
si la prueba da resultado negativo significa que no está
infectado. Finalmente, se le invita a adoptar medidas
preventivas para evitar ser infectado o infectar a otras
personas.
Las pruebas son completamente anónimas. Al paciente se le
asigna un número de registro y, en virtud de este número,
puede recoger los resultados de la prueba poco después.
Mientras se obtiene el resultado, se realiza al paciente una
encuesta voluntaria a efectos estadísticos, en la que se le
pregunta por su sexo, su edad, su residencia, su país de
origen, si se ha realizado alguna prueba anteriormente, cuál
fue su resultado y cuáles son los motivos por los que ha
decidido realizarse el test de detección.
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