El armador del ‘Rhone’ no contesta a los requerimientos de
la Federación Internacional de Transportes (ITF) para que
resuelva el problema de los salarios impagados a la
tripulación. De esta manera, si bien el puerto de Ceuta ha
sido ya liberado de la carga contaminante del quimiquero, el
buque deberá permanecer inmovilizado hasta que el
propietario no deposite el aval que permita levantar el
embargo.
El armador del buque quimiquero Rhone, amarrado al puerto de
Ceuta desde el pasado mes de diciembre, no ha mostrado la
misma diligencia para resolver el problema del impago de los
salarios a su tripulación que para trasvasar la carga de
lignosulfato de sodio que portaba el buque turco, según ha
denunciado a este periódico el coordinador en España de la
Federación Internacional de Transportes (ITF), José Manuel
Ortega.
El portavoz de la ITF apuntó que el sindicato turco todavía
no ha conseguido una respuesta del banco propietario del
barco, Yapi Kredit Financial, para negociar el abono de los
salarios impagados. Sin embargo, esta es una situación que
no sólo afectará a la tripulación del quimiquero, sino
también al puerto de Ceuta. No hay que olvidar que los
juzgados ceutíes han decretado tres embargos sobre el buque
turco. El de mayor cuantía por el impago de los salarios a
los trabajadores, pero también otros dos por no abonar las
cantidades adeudadas a un proveedor de combustible turco y
otro ruso. De esta manera, el barco debe permanecer
inmovilizado.
“La decisión de levantar el embargo y permitir la marcha del
barco sólo corresponde al juez. Y este no podrá tomar esta
decisión hasta que el armador no deposite el crédito para
pagar las cantidades adeudadas o al menos un aval”, expresó
con rotundidad José Manuel Ortega.
En todo caso, el representante de los intereses de la
tripulación ha vuelto a manifestar su predisposición a
llegar a un acuerdo extrajudicial que permita a los
trabajadores cobrar todo o parte de los salarios que se le
deben y al puerto de Ceuta liberarse de la carga que supone
tener atracado el Rhone, habida cuenta de la experiencia de
otras embarcaciones como el Globe.
Ortega apuntó que esta sería la mejor de las soluciones
porque dejar que la reclamación de los salarios continúe el
trámite judicial supondría alargar el proceso durante,
quizás, años, con el perjuicio añadido que ello supondría
para los tripulantes.
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