Desde pequeño tenía muy claro que quería ser músico. Era su
vocación, y lo consiguió. Salvador Niebla (Ceuta, 1960) se
marchó a tierras catalanas con tan sólo tres años, aunque ha
seguido ligado a su ciudad natal, en la que permanecen sus
raíces familiares.
Lleva más de cuarenta años en la música, un mundo siempre
complicado, pero en el que ha obtenido el reconocimiento
popular y profesional. Una dilatada carrera musical, avalada
por sus numerosos trabajos en el cine, televisión o teatro.
Desde hace ocho años es el compositor del equipo Nacional de
Natación Sincronizada, que tantos éxitos ha cosechado para
el deporte español.
Ha compartido escenario con grandes grupos o artistas de la
talla de Joan Manuel Serrat, Hilario Camacho, Lola Flores,
Ana Belén, Rocío Jurado, Miguel Ríos o Rocío Dúrcal, entre
otros muchos.
Ha compuesto o participado en la grabación de importantes
anuncios publicitarios para marcas tan conocidas como Adidas,
Seat, Honda, Campsa, Freixenet, o el spot de ISDOL, que se
alzó con el ‘León de Oro’ de Cannes y el ‘Sol de Plata’ en
San Sebastián. Está considerado uno de los mejores
bateristas del país.
Pregunta.- ¿Cómo se introduce en el mundo de la música?
Respuesta.- Somos una familia bastante grande, y tuve la
suerte de que mis hermanos ya estaban metidos en el mundo
artístico. Tengo hermanos pintores, otro es escultor, otro
es guitarrista… Tuve la suerte de nacer en el seno de una
familia donde había una tradición artística. A los siete
años vi una batería y me enamoré de ella. Fue como un
flechazo. Por el gran sacrificio que hay que hacer, creo
mucho en la actitud vocacional cuando te dedicas al arte.
Dominar cualquier instrumento requiere muchos años y si no
hay una vocación detrás es muy difícil mantenerlo. Mis
inicios fueron como los de otros muchos chicos que se
acercan a este mundo, y se quedan totalmente asombrados de
lo que es la música en sí. Estudié en el conservatorio de
Gerona, y así di mis primeros pasos en la música.
P.- Desde el año 1975 y hasta 2009, dentro de su amplia y
variada faceta musical, ha participado y grabado más 150
CD’s…
R.- Soy muy inquieto y eso me ha llevado a querer aprender
de mucha gente. He tenido la opción de tocar con músicos
increíbles y aprender de ellos, y todo esto me ha permitido
tener un importante listado de trabajos.
P.- Una inquietud musical que le ha generado interés por
diferentes estilos: jazz, flamenco, rock o música comercial.
Incluso ha realizado incursiones en el mundo del teatro,
ballet y cine…
R.- Llevo más de cuarenta años en esta profesión y sigo
siendo igual de inquieto. En los últimos años me estoy
especializando en musicología para investigar folclores de
todo el mundo. Soy muy curioso y me gusta aprender. Siempre
digo que soy un estudiante perpetuo.
P.- En su camino se ha encontrado con grandes músicos.
¿Algún artista que le haya marcado?
R.- Ha habido cuatro personas que han sido muy importantes
en mi carrera, y que han marcado mi camino. Primero fue mi
hermano Eduardo, guitarrista excepcional y que me ayudó a
abrirme camino en este mundo. Después Mario Lecaros, un
pianista chileno que estuvo en Barcelona a finales de los
años 70 y principios de los 80, y que depuró mi manera de
tocar y me ayudó a acercarme a otros estilos. El siguiente
fue Max Suñé, guitarrista muy conocido en España,
guitarrista de un grupo histórico como fue Iceberg, y que me
ayudó muchísimo en mi aprendizaje. Y por último destacar a
John Albert Margó, artista con el cual llevo más de
veinticinco años trabajando, del que no he dejado de
aprender y aún hoy me sigue sorprendiendo.
P.- Da la sensación que la música para un spot publicitario
o la sintonía de un programa televisión no obtienen el
reconocimiento del público…
R.- La tecnología ha simplificado mucho las cosas, y la
calidad de la música ha bajado sensiblemente, pero la década
de los 80 o 90 se hacían anuncios increíbles. Explicar una
historia en veinte segundos y transmitirla con una armonía
es muy difícil y requiere una capacidad de síntesis
increíble. Tuve la suerte de trabajar en el campo
publicitario y hacer anuncios muy importantes para Seat,
Honda, Freixenet. Fue un terreno que me ayudó mucho a la
hora de componer músicas con mucha fuerza, y que en muy poco
tiempo logren conectar con el público.
P.- Uno de sus grandes éxitos está ligado a la Selección
Española de Natación Sincronizada porque usted compone los
temas para el equipo nacional liderado por Gemma Mengual…
R.- Estoy trabajando actualmente junto a Anna Tarrés en la
preparación de la música para los campeonatos del Mundo y
las próximas Olimpiadas de Londres. Es un ballet acuático.
Cuando comencé a colaborar con ellos hace más de ocho años,
intenté crear historias dentro de la piscina. La natación
sincronizada está en esa línea entre el deporte y el arte,
por ello es importante explicar una historia y que cuando la
gente se siente a verlo, disfrute de un espectáculo. En los
últimos años se han conseguido grandes éxitos con temas muy
peculiares como por ejemplo el homenaje a Dalí o con
‘África’. Estamos trabajando en el próximo ballet acuático
que es ‘Alicia en el país de las maravillas’, y lo que se
está buscando es que esa historia, que es muy conocida,
poder desarrollarla en la piscina.
P.- ¿Se adapta la música a las nadadoras o viceversa?…
R.- Lo primero que se hace es crear un tema. Una vez está
decidido, desarrollo una serie de estructuras rítmicas,
armónicas y melódicas y se van adaptando a los ejercicios en
la piscina. A veces me dicen que necesitan más compases, y
es como realizar un traje a medida. La única diferencia es
que en ocasiones, el personaje que se pone el traje te pide
que la manga sea más larga de lo normal, y poco inusual,
pero es cuestión de acostumbrarse a trabajar con esas
perspectivas. Para mí era un mundo totalmente desconocido,
pero llevo más de ochos años, y acabas acostumbrándote. Es
un placer trabajar con ellas, que ha demostrado que son unas
número uno en el mundo.
P.- Ha recibido varias distinciones y premios que reconocen
su trayectoria musical y profesional. Incluso está
considerado uno de los mejores bateristas a nivel nacional…
R.- Eso dicen, pero yo nunca me creo estas cosas. Para mí
evidentemente es un gran honor que la gente o las revistas
especializadas a través de sus votaciones populares me
consideren uno de los mejores del país, pero hay otros
muchos bateristas que están realizando trabajos a nivel
instrumental de mucho mayor nivel. De todas formas uno se
siente muy orgulloso cuando te dicen algo así.
P.- Desde 1999 viene trabajando en un proyecto denominado
Virtual Drummer School. Se trata de la primera escuela
virtual de ámbito mundial dedicada al estudio de la batería
y la percusión. Un proyecto pionero, ya consolidado, y al
que se han sumado como profesores grandes bateristas…
R.- Tengo una hija de seis años, y la Virtual School es como
mi segundo hijo de diez años. Cuando yo comencé a estudiar
batería, había muy poca metodología, y era muy difícil tener
acceso a información sobre este instrumento. Se me ocurrió,
después de estudiar en Estados Unidos, unir mi pasión por la
tecnología o Internet con el intentar transmitir los
conocimientos de grandes bateristas a jóvenes de todo el
mundo, que a veces tenían dificultades para obtener
información, y que con este proyecto se les ofrecía la
posibilidad de estudiar con grandes maestros. Yo he sido el
que he tirado de las riendas, pero hay otra mucha gente que
ha colaborado, y que ha hecho que este proyecto sea un
referente mundial porque no hay otra escuela como la nuestra
en todo el mundo.
P.- ¿Cuántos alumnos pueden tener ahora?
R.- Tenemos actualmente más de 57.000 estudiantes
registrados de 120 países, y contamos con un elenco de
profesionales y bateristas de fama internacional como Luís
Conte, percusionista de Madonna. Cuando comencé hice un
listado del que podría ser el ‘dream team’, y de esos quince
bateristas que incluí en la lista, doce forman parte de la
escuela.
P.- Quizás ahora no, pero en su día este proyecto fue muy
arriesgado…
R.- Ahora mismo ver vídeos en Internet es algo muy normal,
pero en el año 2000 no lo era tanto, y cuando le hablabas a
la gente de este proyecto, me decían que era una locura.
Siempre me han gustado los retos, y en esto quizás influyó
mucho mi padre que era corredor de maratón. Me gustan los
grandes retos y enfrentarme a cosas de largo plazo.
Comparando los retos con el atletismo, prefiero un maratón
de cuarenta y dos kilómetros a una carera de cien metros.
P.- ¿Qué le queda por hacer en el mundo de la música?
R.- Muchísimo. Espero seguir teniendo esta actitud curiosa y
que me siga interesando por el aprendizaje. Hay una frase
que me gusta mucho y que dice: “daría todo lo que tengo por
saber la mitad de lo que no sé”, y creo que hay muchas cosas
por aprender. Ahora que estoy estudiando folclores del
mundo, escucho sonidos de cualquier país, y me doy cuenta
que hay instrumentos, que para nosotros pueden ser extraños,
pero que te permite seguir aprendiendo de este lenguaje
universal que es la música.
P.- Después de que la industria discográfica haya
experimentado las consecuencias de la piratería, ¿cómo
definiría el momento en el que se encuentra la música en
nuestro país?
R.- Es imposible hablar de la situación del panorama musical
nacional, y hacerlo de forma diferente del panorama global
del mundo. Hay que generalizar porque la crisis es a nivel
mundial. Viajo mucho por varios países; y en Estados Unidos,
Francia o Inglaterra la situación es prácticamente la misma.
En Francia, el Estado apoya mucho la música, y aquí en
España, la industria musical nunca ha tenido el apoyo por
parte de los Gobiernos y sólo les interesa para hacerse una
fotografía con un artista conocido. Un ejemplo muy claro de
la situación actual es que no hay un solo programa de música
en directo, y desde hace años, ni siquiera un programa de
música enlatada. Esto es impensable en Inglaterra o en
Francia. Pienso que estamos en una época de gran crisis
dentro de la música, y que está afectando mucho a la
industria.
P.- ¿Cree que esta situación actual ha provocado, quizás
obligada por la piratería, a que la industria se preocupe
menos por el producto final?
R.- Las nuevas tecnologías han tenido mucho que ver en la
situación que vivimos actualmente. La gente joven suele
escuchar una música muy popular, y que tristemente tiene un
nivel de calidad bajísimo. Desde la creación del fonógrafo
hasta nuestros días, siempre se ha ido buscando la máxima
calidad: la gramola, los discos de vinilo, etc… Sin embargo,
en los últimos años con el nacimiento del reproductor mp3,
se antepone la cantidad a la calidad. Lo importante es tener
diez mil canciones aunque suenen peor, y esto dice mucho de
la situación actual de la música.
P.- ¿Qué piensa de la SGAE (Sociedad General de Autores
Españoles)?
R.- Soy socio de la SGAE, pero no un defensor a ultranza, y
últimamente está recibiendo muchas críticas, pero hay que
reconocer que ha hecho mucho. El gran problema que tiene la
SGAE es que no sabe explicar cuál es su labor dentro de la
sociedad. Pero la música necesita ahora más que nunca mucho
apoyo, porque si no va a quedar para una minoría.
P.- ¿En que proyecto o proyectos está trabajando ahora
mismo?
R.- Estoy centrado en varias cosas. Por un lado estoy
trabajando con un bajista camerunés, Armand Sabal-Lecco, que
ahora mismo está de gira con Alejandro Sanz, y que
pretendemos formar un grupo. Otro proyecto es la grabación
del nuevo trabajo discográfico con uno de mis hermanos, en
Inglaterra. En el plano didáctico estoy desarrollando un
método global de la batería en el que llevo trabajando desde
hace tres años. He acabado recientemente la música de dos
películas que se van estrenar en TV3. Son proyectos muy
diferentes.
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