LUNES. 12
Antonio López Fernández llevaba la mar de tiempo dándome el
esquinazo. Nada más divisarme se cambiaba de acera con la
misma facilidad con que se suele emplear en todo lo que
hace. El gerente de EMVICESA, hábil donde los haya, parecía
no estar dispuesto a someterse a la pregunta que no he
dejado de hacerle cuando ha accedido a pararse en la calle
conmigo. “Antonio: ¿Cómo te las apaña para estar siempre
rodeado de mujeres tan atractivas como interesantes?”. Pero
hoy, en cuanto se ha descuidado lo más mínimo, he cortado su
andar acelerado y le he hecho la pregunta de marras. Y
Antonio no ha tenido el menor inconveniente en decirme que
para él todas las mujeres tienen su aquel... Luego, metidos
ya en conversación, me ha dicho que su hermana está a punto
de dar a luz y que él será el padrino de la criatura. Eso
sí, cuando le digo que es más que probable que Francisco
Márquez deje de ser diputado local para hacerse con un
escaño en el Congreso de los Diputados, tuerce el gesto.
Pero pronto reacciona y me contesta que la vida sigue y que
a él no le queda más remedio que continuar trabajando.
MARTES. 13
Con Alfonso Conejo no hablaba yo desde que tuvo a bien
entregarme una carta que leí con verdadero placer. Tal es
así que no dudé en responderle en estas páginas. Pero de eso
hace ya bastantes semanas. Por lo que hoy me alegro de verle
y así se le digo. Alfonso me recuerda la de veces que he
escrito acerca del catarro que padecí fechas atrás. Y me
pregunta si me han quedado secuelas. Y le digo que no. Pero
su pregunta me hace extenderme. Mira, Alfonso, de vez en
cuando hay que propalar que uno padece de algo o que está
agobiado por algún problema, de manera que la gente se
compadezca un poco de uno. Ya que si me ven alternando casi
todos los días y luciendo palmito a mis 71 años, hasta los
que no me tienen ojerizas pueden caer en la tentación de
ponerse en mi contra. Y, puesto ya a contarle, no tengo el
menor inconveniente en referirle la anécdota que se le
atribuye a Agustín de Foxá, conde de Foxá. Estrenaba éste
‘Baile en Capitanía’, comedia dramática, en Madrid. Con gran
éxito. Y en uno de los intermedios, en la sala de espera,
comenzó a quejarse de su úlcera de duodeno a los que venían
a felicitarle. Cuando uno de sus amigos, extrañado de lo que
oía, le dijo que por qué mentía de manera tan descarada, Foxá respondió más o menos así: “Soy conde, vivo la mar de
bien, y encima mi comedia tiene éxito. De modo que si no me
quejo de algo, como tú comprenderás, me expongo a ganarme
más enemigos de los que ya tengo”.
MIÉRCOLES. 14
Llevaba mucho tiempo sin hablar con Luis María Fernández. Y
hoy me lo he encontrado charlando con un empleado del Centro
de Menores donde él desempeñó el cargo de subdirector
general. Anda Luis María con mejor semblante que nunca y más
alegre que unas castañuelas. Nada que ver con la persona que
tuvo que soportar una persecución de un sindicato que le
había colocado en el punto de mira de su atención
permanente. Cierto es que no hablamos de ese asunto, sino
que la conversación transcurrió por cauces futbolísticos.
Deporte del cual LMF es un buen aficionado. Es decir, que
sabe lo que dice cuando se trata de opinar al respecto.
También intenté sonsacarle información interna del Partido
Popular en Ceuta. Pero me topé con alguien dispuesto a no
decir ni mu del asunto. Lo cual demuestra que nuestro hombre
no es de los que largan cuando han dejado de soplar para él
los vientos alisios de la política. En fin, que me satisface
haber podido hablar con Luis María Fernández. Y, sobre todo,
haber comprobado que goza de buena salud y del sosiego
conveniente.
JUEVES. 15
Hace quince días, más o menos, visité con Mohamed Chaib
a
dos amigos que estaban en el hospital. Pues nos enteramos de
que se habían indispuestos. Así que hoy me he alegrado
enormemente al ver a Pedro Orozco tan sonriente como siempre
y preparado para trabar conversación. Ya que él fue uno de
los que tuvo que estar bajo vigilancia médica unos días. Por
cierto, que le pregunté a Pedro si en la habitación del
hospital se dedicó a pintar. Porque junto a la cama vi
algunos cuadros pintados con acuarela. En fin, que mi
estimado Pedro ya está como un roble. Aunque bien es cierto
que guardando ese régimen que hará posible que el corazón no
le juegue malas pasadas. Es curioso lo que me ocurre con PO:
conociéndolo desde hace bastantes años, no lo había tratado
hasta hace nada... Y resulta que en cuanto nos vemos tengo
la impresión de que es una amistad de esas que suelen
celebrarse como de toda la vida. Bueno, amigo, que te cuides
lo que debas cuidarte para vernos muchas veces y compartir
cháchara.
VIERNES. 16
El jueves, como bien saben quienes me leen, estuve en el
Debate del Estado de la Ciudad, y me senté a la vera de José Luis Morales. Con quien llevaba mucho tiempo sin coincidir
y, por tanto, sin hablar. José Luis, que siempre fue muy
amable conmigo, amén de facilitarme mi labor cuando
desempeñaba cargo público, lo primero que me dijo es que si
me había dado cuenta de la alegría que rezumaba Juan Vivas.
Quien departía en ese momento con algunos miembros de su
gobierno. Es la alegría, me dijo, de quien se sabe arropado
por los suyos y volverá a presentarse a unas elecciones que
ganará nuevamente por mayoría absoluta. Luego hablamos de
otras cosas que no vienen al caso contar. Pues no están los
tiempos para que los hombres hagamos públicos ciertos
comentarios. Y acabamos refiriéndonos a Mohamed Alí. El
cual, y es de justicia decirlo, se ha convertido en un
orador de mucho cuidado. Se maneja en el atril con tanta
soltura como contundencia. Sin renunciar a mostrarse
irónico, sin excesos, para suavizar sus denuncias. Morales y
yo, sin embargo, lamentamos que se haya sometido a la
voluntad de Juan Luis Aróstegui.
SÁBADO. 17
A Fatima Hamed Hossain, secretaria general de la Unión
Demócrata Ceutí, la he venido oyendo y leyendo pero jamás
había tenido la oportunidad de hablar con ella. Sabía, eso
sí, que es una mujer con la que merece la pena hablar. El
jueves pasado, durante un descanso del Debate del Estado de
la Ciudad, coincidimos y conversamos unos minutos. Le dije
que me había gustado la primera intervención de Mohamed Alí.
Para ella la intervención del líder del partido había sido
brillante. Fue entonces cuando le comenté que me parecía un
error que su partido hubiera pactado con el PSPC. Y hasta me
atreví a pronosticarle que llegaría el momento en el cual
Mohamed Alí se arrepintiera del paso dado. FH me respondió
que no entendía por qué ese hombre, se refería a Juan Luis
Aróstegui, está tan mal visto en la ciudad. Tiempo tendrá
ella de darse cuenta de cómo es el dirigente sindicalista.
En fin, que la secretaria general de UDCE me causó una
magnífica impresión.
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