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					Pese a la resolución judicial por la que se archivaba la 
					causa contra la ex presidenta del Consejo de la Juventud, la 
					Ciudad “sigue esperando” que el organismo juvenil justifique 
					las subvenciones que le fueron concedidas. Así, la 
					responsable del área, Kissy Chandiramani, considera que “una 
					cosa es que la Justicia vea que no hay delito en los gastos 
					y otra que el Consejo haya cumplido con el convenio”. 
					 
					Poco más de un año ha pasado desde que el Consejo de la 
					Juventud (CJCE), el mayor órgano de representación juvenil 
					de la ciudad, desapareciese tras descubrirse un agujero 
					económico que le llevó a esfumarse por supuestos pagos que 
					nada tenían que ver con actividades propias de dicha 
					entidad.
 A fecha actual, la Ciudad “sigue esperando” la justificación 
					de las subvenciones que le fueron concedidas al organismo 
					juvenil y cuya resolución judicial se ha saldado con el 
					archivo de la causa contra la que fuera la ex vicepresidenta 
					del CJCE, Mariam Mohamed. A este respecto, la consejera de 
					Juventud, Deportes y Nuevas Tecnologías, Kissy Chandiramani, 
					ha considerado que “un cosa es que la Justicia no vea que 
					hay delito en los gastos y otra, que el Consejo no haya 
					cumplido con el convenio estipulado para obtener dicha 
					subvención”.
 
 Por ello, el expediente administrativo correspondiente al 
					caso del CJCE continúa abierto, es más, lo seguirá estando 
					ya que según la normativa vigente la Ciudad posee un plazo 
					de cuatro años para poder reclamar dichas cantidades, que 
					superaron los 50.000 euros. Uno de los convenios suscritos 
					entre la Ciudad y el Consejo de la Juventud estaba destinado 
					a la línea telefónica de información sexual, y con cuyo 
					montante económico se debía pagar la nómina y la seguridad 
					social de los trabajadores encargados de su funcionamiento. 
					“Las nóminas sí constan pero la Seguridad Social, no, por lo 
					que se ha incumplido con el convenio suscrito con la 
					Consejería; por ello, debemos reclamar”, aclaró Chandiramani.
 
 La otra parte de los daños colaterales la sufrieron los 
					propios miembros del Consejo de la Juventud, algunos 
					llegando a formar parte de la Comisión Gestora que por 
					aquella época se creó antes de su total desaparición. 
					“Respetamos la resolución adoptada por la jueza pero lo que 
					sí queda claro es que el CJCE se ha cerrado por la mala 
					gestión de Mariam Mohamed y porque el Gobierno de la Ciudad 
					tampoco ha hecho su trabajo”, manifestó Nawal Mohamed, que 
					representó a Jóvenes Demócratas en la Gestora.
 
 Desde Alternativa XXI, declararon en los mismos términos 
					añadiendo que el resultado final de este procedimiento ha 
					sido una “pésima gestión de la ex vicepresidenta, con dos 
					trabajadores despedidos, una entidad de 25 años desaparecida 
					y las asociaciones juveniles que se han quedado huérfanas”, 
					argumentó Emilio Postigo.
 
 Cerrando el círculo de afectados, Miguel Ángel Pérez Triano, 
					en representación de Juventudes Socialistas, añadió que “la 
					Ciudad tiene su culpa ya que ha estado ayudando a salvar a 
					entidades privadas que tenían mucha más deuda y con el 
					Consejo, no hizo absolutamente nada”, puntualizó.
 
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