Tan
sobrado de arrogancia como carente de toda ilusión que no
sea la de obtener un escaño de concejal, lleva ya muchos
días relamiéndose de gusto. No sería aventurado decir que el
placer que siente está por encima del orgásmico.
Al padrecito de los pobres le
llega su disfrute cada mediodía. Cuando sus manifestantes
consiguen que la circulación se convierta en un caos. De los
manifestantes no tenemos nada que decir. Están en su derecho
de pedir trabajo. Pero no en el de cortar las calles y hacer
que los autobuses dejen de circular durante media hora. Con
la gente atrapada en su interior.
El padrecito de los pobres,
mientras la fanfarria atruena la calle con sus notas
chillonas, va recibiendo llamadas de sus subordinados que le
ponen cachondo. Éxito es la palabra mágica. Es, sin duda, su
momento más feliz del día. Es cuando se siente el hombre más
poderoso de la tierra.
El padrecito de los pobres, cuando
se ve rodeado por sus mandados, acostumbra a recordarles
que, al fin, se la están metiendo doblada a Juan Vivas
y a José Fernández Chacón. Y todos gritan alborozados
la ocurrencia del gerifalte. Lanzan sus hurras y le cantan
lo de Marcial: "¡Tú eres el más grande!". Y, claro,
ante esa entrega, es imposible que no sienta que se le
humedece la entrepierna a la par que pierde por instantes la
noción del tiempo.
El padrecito de los pobres está
lampando porque un día las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
pierdan los nervios por cualquier circunstancia y se echen
para adelante. Y, al menor rifirrafe, tendríamos a la
península, y parte del extranjero, clamando contra la
barbarie de las autoridades de Ceuta.
El padrecito de los pobres
tardaría nada y menos en llamar a Ignacio Fernández Toxo,
secretario general de CCOO, para que se pusiera al frente de
una protesta generalizada en la ciudad por el ataque
desmedido (?) de los guardias. Y Fernández Toxo, que es de
natural agradecido y sumiso, vendría raudo a presidir una
multitudinaria manifestación que tuviera a la ciudad sumida
en estado de alerta roja en todos los sentidos.
El padrecito de los pobres y
Fernández Toxo parece ser que han pactado hacer experimentos
de manifestaciones en Ceuta. Dado que es el único sitio de
España donde hay parados. Así, cuando FT vino a Ceuta lo
primero que hizo es hacerle una higa al alcalde y otra al
delegado del Gobierno. Por ser los culpables de que Ceuta,
en un momento donde la economía española es excelente y
sobran empleos por doquier, aquí haya los parados que hay.
Todo lo contrario que en Melilla, donde hasta los más
necesitados pasan sus vacaciones en la Costa Azul.
José Antonio Carracao ha
sido el primero que le ha dicho al padrecito de los pobres
que es ‘pernicioso’ para Ceuta. Y lo que ha conseguido es
que el muchacho se haya vuelto a mojar la entrepierna. Ya
que su mayor disfrute es cuando lo tachan de malo. De muy
malo. A ser posible más malo que Richard Widmark en
‘El beso de la muerte’.
Lo peor de todo es que Juan
Luis Aróstegui, como padrecito que es de los pobres,
sabe que llegará un día en que a esos pobres se les
hincharán las... narices al darse cuenta de que están siendo
manipulados por un tío que sólo busca obtener un escaño de
concejal a cualquier precio. Y puede armarse un lío.
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