Mentiría si dijeses que no soy un
amante de los animales. De hecho soy socio protector de la
Sociedad Protectora de Animales y Plantas. No me gustan las
personas que se dedican a hacer daño a los animales sin
motivo que lo justifique, porque no hay justificación alguna
para hace daño a unos pobre animales indefensos que no hacen
daño a nadie.
No tienen justificación alguna,
esos que les compran a sus hijos un perro cuando llega
Navidad, Reyes o su cumpleaños para poco después
abandonarlo. Por la sencilla razón de que nadie le ha puesto
como obligación el adquirirlo.
El perro es, simple y llanamente,
un animal que necesitas ciertos cuidados como ser vivo que
es y no un peluche que cuando se rompe se le puede tirar a
la basura. Quien no esté dispuesto a hacerse cargo de esas
obligaciones que no compre un perro para regalárselo a su
niño. Mucho mejor que le compre un peluche y asunto
concluido.
No hace muchas fechas, en
Valladolid, unos "valientes" mayores de edad y cuatro
menores mataron a un centenar de gallinas a golpes, Según
han confesaron, jugaron "al fútbol y al tenis con los
animales".
Una salvajada que como premio, a
la misma, se les imputan delitos de daños y maltrato animal.
El Código Penal castiga el maltrato o muerte de animales
domésticos con penas de tres meses a un año de prisión e
inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio
de profesión o comercio que tenga relación con los animales.
Una pena que le hecho de la muerte
de estos animales, no lo hayan cometido, estos salvajes, en
Suecia. Allí se iban a pasar a la "sombra" unos pocos de
años que les permitiría pensar, con toda la tranquilidad del
mundo, qué daño le habían hecho las pobres gallinas para ser
muertas, porque estos machotes decidieron jugar la fútbol y
al tenis con sus cuerpos.
Y pregunto, dentro de mi
desconocimiento, cuánto deberán de pagar al propietario de
la granja de esas gallinas ponedoras. Porque me imagino que
algo tendrán que aportar de sus bolsillos, estos "valientes"
para compensar las perdidas, que sin razón alguna, ha tenido
el propietario de las gallinas ponedoras.
Y es que, nos guste o nos deje de
gustar, esta época que nos ha tocado vivir, tal y como está
la situación rodeada por esta fauna de asesinos, violadores,
delincuentes, asaltantes que además de robar, en ocasiones
poca cosa, maltratan a los propietarios de las viviendas
asaltadas, a veces con muertes incluidas, no es una época
para tirar cohetes. Más bien para dar que pensar, en qué
estamos haciendo mal, para que menores y adolescentes tengan
ese comportamiento.
Hay qué cambiar las leyes, Hay qué
endurecer las penas, Con toda sinceridad no lo se. Lo que si
se, con toda certeza que o tomamos medias o esto se nos va
de las manos sin que podamos ponerle freno ello.
Y más vale pronto que tarde,
puesto que cuanto más tiempo pase, más difícil será enmendar
la situación ¿O no? |