Me lo presentó el gerente de este
periódico: Ángel Muñoz. Fue cuando la Feria de Tapas
de julio de 2009. Y, sin apenas prestarle atención, pude
darme cuenta de que Karim Bulaix gusta de figurar. O
sea, que no le desagrada en absoluto destacar en cualquier
ambiente. Sentirse objeto de la atención de los demás. En
suma: que necesita ser tenido como persona importante. Y
está en su perfecto derecho de ser así.
Karim Bulaix cumple a rajatabla
con esa regla no escrita que dice que es más fácil ser
amable que desagradable. Y a su simpatía va unida una
facilidad asombrosa para poder estar sonriendo a
conveniencia, durante el tiempo que él lo considere
oportuno. Y qué decir de su exquisita educación. De modo que
es muy difícil, por no decir imposible, que cause una
primera mala impresión ni siquiera en sus peores días.
-¡Vaya manera que tiene usted,
De la Torre, de esgrimir el botafumeiro en honor del
consejero delegado del Hotel Ulises!
-Espere, hombre, que las cosas no
son como empiezan sino como terminan.
Verá usted... A todo lo dicho de
KB hay que sumarle la ambición desmedida que deja ver en
todas sus acciones. Necesita como el comer sentirse
importante y destacar en lo que sea y cuantas más veces
mejor.
Y de semejante ambición se han
dado cuenta profesionales expertos en tejemanejes.
Profesionales de la mentira que acuden prestos allí donde
ven posibilidades de obtener ganancias a cambio de emplear
malas artes para que KB pueda conseguir un cargo más para su
colección. No olvidemos que, amén de ser consejero delegado
del Ulises, es también presidente del Consorcio Estación
Náutica de Ceuta, y presidente del sector de Hostelería de
la Confederación
Ahora, KB aspira a ser Presidente
de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación. Y le
asiste todo el derecho del mundo a enfrentarse con el actual
presidente, Luis Moreno Naranjo (persona atiborrada
de experiencia sobre el organismo y conocedor de la
coyuntura y de las singularidades de Ceuta). Aunque deberá
hacerlo en buena lid. En confrontación limpia y honrosa. De
lo contrario, se expone a quedar en situación desairada.
De cualquier manera, y
aprovechando la ocasión, creo conveniente recordarle a KB
que las prisas nunca son buenas para nada. Y mucho menos en
esta ciudad donde no han sido pocos los que han llegado
dispuestos a poner una pica en Flandes y se han visto
desbordados por las circunstancias negativas.
Y puesto ya a dar consejos,
siempre tan denostados, no me importa decirle a KB que es
joven y que tiene mucho tiempo por delante para que se vayan
cumpliendo todos sus deseos.
Pero antes de conseguir esos
logros tan ansiados por él, antes de que se haga realidad
esa necesidad que tiene de ser reconocido por lo que
representa, deberá hacer todos los esfuerzos posibles para
domeñar sus desbocadas urgencias por obtenerlos. De no ser
así, KB, además de fracasar en su empeño, seguramente habrá
de probar la hiel de unas derrotas que siempre acaban por
dejar secuelas. Pues no todo el monte es orégano en esta
tierra.
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