El tribunal de la Audiencia Provincial condenó ayer al
homicida que apuñaló a un hombre en 1989 en una de las
calles paralelas a la Comisaría de Los Rosales. Por tales
hechos, el acusado debería hacer frente a 4 años, un mes y 3
días de prisión aunque fue puesto en libertad ya que por
aquella época ya cumplió dicha pena en prisión preventiva.
Además, el procesado deberá indemnizar a la familia de la
víctima con 120.000 euros aunque se declaró insolvente.
Cuatro años, un mes y tres días de prisión fueron las penas
dictadas por el tribunal de la Sección VI de la Audiencia
Provincial para un hombre sentado en el banquillo de los
acusados que reconoció ser el autor criminal de un homicidio
cometido en 1989, concretamente, el 12 de abril de dicho
año.
El juicio se celebró bajo los términos de la conformidad
propuesta por la representante del Ministerio Fiscal en la
ciudad, por lo que el acusado fue puesto en libertad ya que
el tiempo de la condena coincidió con lo que en su momento
ya cumplió en prisión preventiva el procesado, que consiguió
esta “rebaja” por el atenuante muy cualificado de dilaciones
indebidas, que baja dicha pena en dos grados. Además, el
imputado debería indemnizar a la familia de la víctima en la
cuantía de 120.000 euros aunque se declaró insolvente.
Al parecer, los hechos se produjeron el 12 de abril de 1989
en la calle Narvaez Alonso, en una de las inmediaciones
situadas justo enfrente de la Comisaría Los Rosales. De la
discusión suscitada entre víctima y acusado, este le propinó
dos puñaladas con un cuchillo de 17 centímetros que le
atravesaron el corazón y la zona abdominal a la víctima, que
murió al instante pese a su intento de defensa con un hacha.
Además, y resultando curioso, el procesado fue detenido el
pasado 19 de marzo al ser sorprendido en la ciudad con
varias papelinas después de que hubiera permanecido en busca
y captura durante más de 20 años. Según explicaron en la
sala, el procedimiento no había prescrito ya que al obedecer
al Código Penal de la época, aún le quedaban dos años de
vigencia ya que en 1993, meses después de salir de prisión,
el condenado fue citado judicialmente pero, a partir de esa
fecha, permaneció en paradero desconocido hasta su posterior
detención el pasado mes.
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