Hace poco más de dos meses se registraba un hecho histórico:
la apertura del ‘Hospital Universitario de Ceuta’. El nuevo
centro sustituye al antiguo hospital de la Cruz Roja, que
después de casi 41 años de funcionamiento quedaba cerrado el
pasado mes de febrero con el traslado a las nuevas
instalaciones, caracterizadas por su amplitud y modernidad.
Fue en el año 1969 cuando el recién clausurado centro
hospitalario abría sus puertas, aunque sus inicios se
remontan a casi una década antes. En el año 1960, estaba en
funcionamiento el ya desaparecido hospital ‘Jesús, María y
José’ perteneciente a Cruz Roja, y que estaba ubicado en
Real 90. La antigüedad de sus instalaciones y los escasos
medios de los que disponía, provocaban que la sanidad ceutí
no estuviera a la altura que demandaba la ciudad. Por ello,
el Ayuntamiento de Ceuta cedía a la institución humanitaria
un terreno ubicado en la zona de Las Balsas para la
construcción de un nuevo hospital. La Comisión Permanente
del Consistorio ceutí acordaba el 8 de junio de 1960 la
venta del solar que contaba con 3.540 metros cuadrados. La
misma se efectuaba al precio simbólico de una peseta por
metro cuadrado. De este modo, el Ayuntamiento renunciaba al
“beneficio que indudablemente podría obtener si la
enajenación se realizara al mejor postor en pública
subasta”, pero los gobernantes de la época entendían que la
construcción del nuevo hospital reportaría “indudables
beneficios a la ciudad en diversos aspectos sanitarios,
social, laboral y comercial”. La compara-venta del terreno
se llevó a cabo en agosto de 1969.
Inauguración
Nueve años después de la cesión por parte del Ayuntamiento a
Cruz Roja, y tras la construcción del edificio, el 19 de
mayo de 1969 se producía la inauguración oficial del nuevo
hospital. El acto contó con la presencia de las principales
autoridades de la ciudad y destacados dirigentes de la
institución humanitaria. Entre ellos, Enrique de la Mata
Gorostizaga y Eustasio Villanueva, presidente y
vicepresidente de la Asamblea Suprema de Cruz Roja Española;
Casilda Ampuero, presidenta de hospitales; y Juan José
Aracama Gorosabel, inspector médico general de la Asamblea
Suprema. Con la presencia de numerosos invitados, el acto se
inició con la bendición de las instalaciones a cargo del
vicario general de la Diócesis, Isidro Conde y Conde, quien
ofició posteriormente una misa en la capilla del hospital.
A continuación, y guiados por el director del centro,
Antonio Ballesteros Velasco se procedió a visitar las
instalaciones.
El alcalde y a su vez presidente de la Asamblea de Cruz Roja
en Ceuta, José Zurrón fue el encargado de abril el turno de
intervenciones. En su alocución agradeció a los máximos
responsables de la institución humanitaria la construcción
del hospital, del que dijo, tan necesitado estaba la ciudad.
José Zurrón destacó públicamente que el impulsor “moral y
material” del proyecto había sido Alfredo Galera Paniagua,
gobernador general de los Territorios de Soberanía Española
en el Norte de África, y que la construcción del nuevo
hospital había contado con el apoyo tanto de la Asamblea
Suprema de Cruz Roja como del Ayuntamiento y de sus
antecesores – Francisco Ruiz Sánchez y Alberto Ibáñez
Trujillo- al frente de la gestión municipal.
También intervino Juan José Aracama, inspector general
médico de la Asamblea Suprema de Cruz Roja Española, quien
manifestó que el nuevo hospital suponía un modelo en el
ámbito sanitario.
Por su parte, Casilda Ampuero, presidenta de hospitales de
la Cruz Roja se mostró emocionada por los recuerdos
personales que le despertaba Ceuta, ciudad en la que años
antes había fallecido su marido, el general Enrique Varela
A continuación tomó la palabra el máximo dirigente de la
Cruz Roja Española. Enrique de la Mata Gorostizaga destacó
que el nuevo centro estaba dotado con un material “excelente
y moderno”, comprometiéndose a que la institución
humanitaria continuara prestando su ayuda a la ciudad en
todos los ámbitos que fuera necesario. El acto de
inauguración concluyó con las palabras del comandante
general y gobernador militar de Ceuta, Fernando Rodrigo
Cifuentes.
Posteriormente, los invitados al acto celebrado en el
hospital de la Cruz Roja asistían a un almuerzo que se
celebraba en el Centro de Hijos de Ceuta. Tras el mismo, el
alcalde de la ciudad y delegado gubernativo, José Zurrón, le
imponía la ‘caballa de oro’al presidente de la Asamblea
Suprema de Cruz Roja Española.
Instalaciones
El edificio, actualmente cerrado a la espera de concretar un
nuevo uso, consta de siete plantas. En sus inicios el
hospital de la Cruz Roja quedó distribuido del siguiente
modo:
En la primera planta se ubicó la recepción, sala de rayos X,
farmacia, salón de actos, cuarto del médico de guardia, sala
del capellán y el departamento de revelado de radiografías.
En la segunda, se encontraban las salas de cirugía
destinadas a Beneficencia. En la tercera planta, se hallaban
las especialidades médicas y diferentes servicios
dependientes de la Seguridad Social. La cuarta planta se
destinó al servicio de maternidad de la Seguridad Social y
Beneficencia. En la quinta, se ubicaron dos quirófanos que
quedaban visibles; varias salas destinadas a recuperación,
aplicación de escayolas, anestesia, servicio de incubadoras;
y el despacho del director. En la sexta planta, se hallaban
dieciséis habitaciones (con dos camas cada una de ellas)
destinadas a los pacientes de pago, departamentos para
diferentes servicios y salas de espera. La séptima y última
planta, estaba ocupada por la comunidad religiosa que
atendía a los enfermos.
U.V.I
Después de dieciséis años de funcionamiento, el hospital de
la Cruz Roja experimentó un nuevo salto cualitativo con la
incorporación de la U.V.I. (Unidad de Vigilancia Intensiva),
servicio que venía siendo demandando desde hacía bastante
tiempo, y que fue ubicado en la quinta planta, junto a los
quirófanos y al servicio de maternidad. La U.V.I. contaba
con una capacidad para siete personas, aunque en el momento
de su inauguración estaba equipada para la atención máxima
de cuatro enfermos. La inauguración de este nuevo servicio
se produjo el 12 de abril de 1985. Al igual que ocurriera
con motivo de la apertura oficial del centro hospitalario,
el acto inaugural reunió a las principales autoridades de la
ciudad y destacados miembros de la Cruz Roja Española. Entre
los asistentes, Manuel Peláez, delegado del Gobierno en
Ceuta; Francisco Fráiz, alcalde la ciudad; Cristina Macaya,
vicepresidenta de la Asamblea Suprema de la institución
humanitaria; y José Rodríguez, director del Hospital
Militar, quienes fueron recibidos por José Ríos Claro,
máximo dirigente de la Asamblea Provincial de Cruz Roja en
Ceuta y José Tirapo, director-médico del hospital. En la
propia U.V.I, el presidente de Cruz Roja en Ceuta mostraba
la satisfacción que suponía contar con este servicio
especializado, y destacaba la colaboración que Delegación
del Gobierno, Ayuntamiento y otras entidades habían prestado
a la Asamblea de Cruz Roja, haciendo realidad –manifestó- la
puesta en marcha de la Unidad de Vigilancia Intensiva.
José Ríos también se comprometía a seguir realizando los
cambios necesarios al objeto de ofrecer una “mejor
asistencia sanitaria”.
Por su parte, el doctor José Tirapo, director del centro
hospitalario hacía hincapié en material con el que contaba
la U.V.I, subrayando que se había dotado con el material
tecnológico más moderno.
Escuela de Enfermería
Coincidiendo con el acto desarrollado en la Unidad de
Vigilancia Intensiva, también se inauguró oficialmente la
Escuela Universitaria de Enfermería. En la puerta principal
del edificio universitario, una representación de alumnos le
entregaba un ramo de flores a la vicepresidenta de la
Asamblea Suprema de la Cruz Roja y posteriormente a Aurora
González, hija de Federico González Azcune, doctor
fallecido, y que tras una propuesta municipal, daría nombre
a la Escuela. Después de la intervención del alcalde de la
ciudad, quien recordó la etapa como concejal de Federico
González Azcune, su hija descubría una placa.
Futuro
La apertura del Hospital Universitario de Ceuta el pasado
mes de febrero, ha provocado la clausura del antiguo
hospital de la Cruz Roja, que actualmente se encuentra
cerrado. El 16 de diciembre de 1988 el Instituto Nacional de
Salud y la Asamblea Provincial de Cruz Roja firmaban un
convenio a través del cual, el antiguo Insalud –actualmente
Ingesa- asumía la gestión del centro hospitalario. El
acuerdo está aún en vigor, por lo que el primer paso que
debe darse es la devolución por parte del Ingesa del
hospital a la institución humanitaria, que deberá decidir el
uso que le dará a las instalaciones. Y esa es la gran duda
que muchos ciudadanos se plantean: ¿Qué va a ocurrir con el
antiguo hospital?. José Duran, actual presidente de la Cruz
Roja en Ceuta asegura que se “están llevando a cabo las
negociaciones a nivel nacional entre las dos partes –Ingesa
y Cruz Roja- para que se produzca la devolución del
hospital”. Una vez superado este trámite, “se analizará qué
actividades o qué uso se le puede dar al edificio”.
Cruz Roja está abierta a “cualquier propuesta”, aunque la
preferencia es que “su uso fuera socio-sanitario”. Una de
las posibilidades que maneja la institución humanitaria, es
“centralizar todas nuestros departamentos en Ceuta (Centro
del Día, Emergencias, Punto de Encuentro, Ayuda a domicilio,
etc..”.
José Durán reconoce que es muy complicado determinar el uso
final del antiguo hospital: “Hay que sentarse con las
administraciones, tanto con la Central como la Ciudad
Autónoma, para ver todas las posibles utilidades. Habría que
valorar –prosigue el presidente de la Cruz Roja en Ceuta-
todas las alternativas, y planificarlas con antelación”.
Las negociaciones para la devolución del hospital, supone
según Durán, un proceso lento, ya que “intervienen varios
organismos, hay que realizar un inventario de todo el
material, y decidir como se va a efectuar”. Estas
circunstancias conllevan que se desconozca cuando se
producirá de forma definitiva la recuperación, por parte de
Cruz Roja, del antiguo hospital. De momento, el edificio de
siete plantas que durante más de cuatro décadas acogió el
centro hospitalario, se mantiene cerrado a la espera de un
nuevo uso.
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