Los sábados, pensando en que el
domingo me toca descansar en esto de pegarle a las teclas,
me da por pensar en cosas que existían en nuestra tierra
hace tiempo y que, en algunas ocasiones, guardan relación
con los momentos actuales.
Cuando nuestra Caja de Ahorros, esa que nunca debimos perder
y que tanto y tanto ayudó a solucionarle problemas a los
ceutíes, incluso muchos de los ceutíes, son propietarios de
una vivienda gracias a esa Caja de Ahorros que, insisto,
jamás debimos perder. Un siglo de estos, con cierta
documentación que obra en mí poder, igual les sacamos los
colores a algunos personajillos. Pero eso será otro día.
Bien, lo que les quería decir sobre nuestra Caja de Ahorros
es que, cuando estaba sita en la casa de los Dragones, a su
alrededor tenía un letrero luminoso que decía; “ahorre,
ahorre, ahorre”. Y cierto día escribiendo, en plan de broma
puse lo que decía el letrero, añadiendo en el escrito una
pregunta ¿de dónde?. Pues la verdad, aunque en aquella época
algunos conseguían tener sus ahorrillos en la mencionada
entidad, a otros no nos quedaba ni una pela para poder
ahorrar.
Hoy, con los tiempos que corren, con esa crisis galopante
que estamos padeciendo, que nos dicen que ya estamos al
salir de la misma, pero que no se ve salida por ningún
sitio, me encuentro con la noticia de que “el miedo a la
crisis eleva el ahorro a su nivel record”.
No se de dónde habrá salido semejante noticia, en la que se
nos dice que ahorramos mas que nunca. Quizás mi pregunta
cuando el anuncio luminoso de la Caja de Ahorros de Ceuta,
vendría aquí como anillo al dedo ¿Pero de dónde?.
La noticia dice que los temores de las familias españolas a
las consecuencias de la crisis, en particular a la perdida
de empleo, han disparado la tasa de ahorro hasta niveles
nunca vistos en una década.
En el último trimestre del pasado año los hogares ahorraron
47.741 millones de euros, esto es, casi uno de cada cuatro
euros de la renta de la que disponían.
Si esta noticia la hubiese publicado “La Codorniz” en su
época, el personal la hubiese considerado uno de sus más
celebrados chistes. Ya se sabe que “La Codorniz era la
revista más audaz para le lector más inteligente”. Y mucha
inteligencia y más humor hace falta para tomarse en serio la
noticia. Porque la misma, sabiendo la crisis que estamos
atravesando, no se la cree ni el gachó que asó la manteca
colora.
La clase media que es la que mantiene un país y una de las
pocas clases que puede ahorrar algo, en los momentos
actuales, no sólo no puede ahorrar nada, sino que tiene
dificultades para llegar a final de mes.
Vamos a ser serios, que “La Codorniz” ya hace años que no
existe. Los niños, hoy día, nacen con los ojos abiertos y
sus papás pasan de contarles cuentos, prefiriendo regalarles
una maquinita esa de marcianitos o un ordenador para que se
metan en Internet. Imagínate, amigo mío, cómo se pueden
creer los cuentos los que tienen doce años.
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