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Tiene razón el consejero de
Economía de la Ciudad Autónoma, Guillermo Martínez, cuando
denuncia que “los discursos catastrofistas y destructivos
que desde algún sector político se quieren transmitir son
infames y poco aportan al objetivo de disminuir la tasa de
paro y fomentar el tejido productivo local”. No se trata,
desde luego, de vivir en una utópica fantasía que no refleje
la complicada realidad económica que no sólo Ceuta sino
también el país y el resto del mundo atraviesan actualmente,
pero tampoco de retorcer la realidad por mero interés
partidista. Es hora, como también pidió Zarrías esta semana,
de arrimar el hombro y de aportar propuestas e iniciativas
que generen confianza, intangible básico para salir de la
crisis. Lo otro sólo la prolonga.
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La ciudad busca atractivos con los
que incentivar su potencial desarrollo turístico y los tiene
muy cerca. El yacimiento de La Cabililla de Benzú es, sin
duda, uno de ellos. Tras ocho años de investigaciones los
expertos, como hoy relata el arqueólogo Darío Bernal, son
conscientes del tremendo potencial de una zona en la que se
han encontrado algunos de los escasísimos depósitos
paleolíticos que se pueden hallar no sólo en esta zona sino
también en toda Europa. Y queda mucho por conocer todavía.
Las instituciones deben buscar fórmulas para que no sólo los
ceutíes sino también al otro lado del Estrecho se conozca
este valiosísimo Patrimonio local. La Consejería de Cultura
pondrá la primera piedra con una exposición sobre él. El
resto del Gobierno debe seguir su camino.
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OPINIÓN / EDITORIAL
