Me había prometido no volver a ver
jamás el programa de la primera 59”, y no se por qué razón
me dio por volver a ponerlo y escuchar a todos los
intervinientes que, por pura lógica, unos comparten el tema
que se trata y otros todo lo contario. Son ls reglas del
juego del mencionado programa de la Primera.
El tema trataba sobre el régimen dictatorial impuesto por
los Castros en Cuba. Mientras los oponentes a las dictaduras
mostraban su disconformidad con los hermanos Castros, única
dictadura hereditaria. Los otros, por supuesto, iban a favor
del régimen que impera en Cuba.
Escuché todo cuanto se decía a favor y en contra del régimen
dictatorial cubano, impuesto por los hermanos Castros que
tienen sometidos al pueblo cubano al hambre y la miseria,. Y
pobre de aquel que ose llevarles la contraria. Ya saben lo
que sucede, le meten en la cárcel y ahí te puedes pudrir.
Algunos presos de conciencia, como es el caso de Zapata han
llevado hasta sus últimas consecuencias su repulsa al
régimen cubano, entregando su propia vida. Es más, ya hay
otros cubanos dispuestos a seguir sus pasos hasta las
últimas consecuencias, perder sus vidas en una huelga de
hambre.
Porque aunque le resulte difícil entender, a ese personaje
que dijo que Zapata ya estaba así de delgado antes de
empezar la huelga de hambre, prestándole todo su apoyo a
Fidel, en Cuba hay hambre para dar y repartir. Dos horas en
una cola para poder adquirir un par de huevos. Por supuesto
para aquellos que tienen el poder adquisitivo para
comprarlos.
Pero lo que más me impacto de todas las declaraciones,
realizadas por todos aquellos que dicen luchan contra las
dictaduras, menos las de los hermanos Castros, que ese
régimen para ellos no es una dictadura sino pura democracia
donde la libertad de expresión y los Derechos Humanos, son
defendidos a capa y espada por estos hermanos demócratas
donde los haya, fue cuando uno de estos defensores de los
Castros largó que más dictadura fue la guerra de Irak en la
que nosotros participamos.
Esta pobre criatura, aún no se ha enterado que España mando
un buque hospital que llegó a Irak cuando la guerra había
terminado, ayudando a salvar muchas vidas, ninguna de las
cuales murió por haberse puesto en huelga de hambre por le
derribo del dictador.
Este pobre hombre, aún no se ha enterado que el Muro de la
Vergüenza no existe y que cuando “mamá Rusia” se abrió al
mundo, dejando atrás la más férrea de las dictaduras, en ese
paraíso sin igual, había grandes mafias y miles de personas
que morían de frío y hambre en las calles del paraíso, sin
contar la enorme cantidad de alcohólicos que pululaban por
las calles del más grandes de los paraísos del mundo
mundial.
Y no te cuento cuando mi amigo en París, en la fiesta de “Le
Humanité”, vio aparecer a Carrillo y como venía en el
mercedes con cristales tintados y cuatro guardaespaldas,
rompió el carne del partido comunista.
Los dictadores son dictadores todos, no unos sí y otos no,
según convenga a la idea de cada uno. Y los cuentos de los
“paraísos”, se los dice a los niños de pecho,
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