Cada vez me aferro más a cuanto he
escrito sobre la cantidad de politiquillos de medio pelo y
personajillos del tres al cuarto que, como los pollos de
granja, nacieron en cuanto nuestro país llegó la Democracia.
Toda una avalancha de indocumentados y personajillos de
segunda fila se apuntaron o crearon sus propios partidos,
con el único fin de favorecer sus intereses, pues ni han
tenido ni tienen la menor idea de los que es y para lo que
se mete uno en política..
Sus ideas sólo eran exclusivamente ver cuánto podían sacar,
del Estado de Derechos y Libertades en su propio beneficio,
sin importarles un comino que a la política se llega con
espíritu de sacrificio, para tratar de estar al servicio de
los demás y solucionarles sus problemas, tratando de
encontrarles una vida mejor.
Con esta idea y sin la más mínima idea de lo que es y
significa ser político, nada de extrañar que se hayan dado y
se sigan dando tantos y tantos casos de corrupción por poner
el cazo para ver cuánto puede caer en él.
Si nos fijamos detenidamente, las grandes inteligencias
españolas, que como las meigas haberlas haylas están
dedicadas a otros menesteres que no son la política. Pues
para desgracias del pueblo español, cuando llegó la
Democracia a nuestro país, se agarraron a la política,
desembarcando en ella, salvo excepciones, gente de tercera
división e incluso de regional.
Y ya me contarán qué es lo qué podía suceder, si a toda esa
fauna se le daba un carguito y empezaban a decir “nosotros
los políticos”. Eso era tanto como darle la gorra y el pito
con bastón de mando a cualquier mindundi que, con esos
instrumentos, más la frase de “nosotros los políticos”, se
creían los reyes del mundo ante cuyo poder nada le frenaría
a la hora de recoger las comisiones depositadas en el cazo,
Sería una injusticia generalizar y, jamás he tratado de
cometer ninguna injusticia, por suerte para los españoles la
inmensa mayoría de la clase política española no está metida
en la corrupción, sólo esa fauna de personajillos de tres al
cuarto y politiquillos de medio pelo.
Gürtel, los roldanes, Filesas, Malayas, Marbella, las
comisiones y prevaricaciones reflejan la categoría de esa
fauna a la que nos estamos refiriendo y que tanto daño le
están haciendo a la auténtica clase política de nuestro
país.
Los 50.000 folios del caso Gürtel, es una idea de lo que
algunos entienden que la política es un negocio y no a la
dedicación de la defensa del interés general de los
ciudadanos.
Mientras todo esto ocurre en distintos puntos de España, los
ciudadanos de a pie contemplamos con asombro, como esta
fauna de políticos? de tercera división y regional, se está
enriqueciendo al costa de todos nosotros.
Los políticos de verdad, los auténticos, los que saben de
que va la cosa, deben de hacer algo para acabar, de una vez
por todas, con esta fauna de sinvergüenzas sin escrúpulos
que se enriquecen a costa de todos los españoles.
|