Es un un hecho que el Estado
conoce perfectamente los números en los que económicamente
se mueve la Ciudad Autónoma. El Plan que recientemente le
fue remitido a la Administración Central sobre el
saneamiento y la estabilidad financiera no fue en absoluto
corregido. Sencillamente por la muestra de coherencia
existente entre la capacidad de endeudamiento y los altos
índices de ingreso que Ceuta, como Ciudad Autónoma, es capaz
de generar. Un potencialidad sin parangón en municipios de
la misma o superior entidad que nuestra ciudad. El bien
entendido modo de endeudamiento que aplica el Ejecutivo se
basa fundamentalmente en el muy básico concepto de generar
actividad (obra pública) con el que dinamizar un sector
económico que genera dinamismo ‘per sé’ (contratas,
subcontratas...). En definitiva, inversión pública
dinamizadora endógenamente, capaz de mantener puestos de
trabajo y generarlos, lograr una notable mejora en la
calidad de la prestación de servicios públicos en base a
ello, y lo que por ende, significa estrechar las diferencias
existentes -en este capítulo- con el resto de territorios de
nuestra nación. Esa es la fórmula anticíclica. Con ello, el
comportamiento de la economía en la devastadora crisis -por
ejemplo- en Ceuta ha sido mucho más llevadera que en el
resto del país. Quizá por ello, Zapatero -el Gobierno
central- haya anunciado a bombo y platillo, sólo hace dos
días, una inyección de más de 17 mil millones de euros -a la
economía española- de inversión pública en infraestructuras.
En el caso de Ceuta, la famosa deuda viva de 195 millones de
euros con el que se cierra 2009 es fácil y razonablemente
entendible. Eso sí, se debe dejar a un lado la demagogia
barata en la que se incurre con excesiva y lamentable
frecuencia en esta Ceuta de nuestras entretelas. La
rehabilitación del antiguo cuartel del ‘54’ y la
construcción de tres parkings subterráneos con los que se
dará cobertura a una necesidad de los barrios ceutíes y que
se beneficiarán -además- de una ostensible mejora en sus
espacios públicos, se llevan casi 100 millones de esa deuda,
cuyos métodos para saldarla están perfectamente esteblecidos
y con capacidad de sobra para hacerlo, como así se ha
reconocido.
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