El paseo de Fuente Caballo podrá disfrutarse finalmente
todos los días del año después de que la dirección de la
obra haya colocado una escollera en tierra. La decisión se
adoptó tras la “preocupación” mostrada desde la Consejería
de Medio Ambiente después de que los responsables de la
actuación advirtiesen, a través de este diario, de que el
sendero debería cerrarse con temporal de levante al no
haberse podido actuar en la escollera a causa de la
presencia de la lapa ferrugínea, protegida.
El nuevo paseo de Fuente Caballo ha sido finalmente
protegido con una barrera de piedras colocadas en tierra. La
solución se ha adoptado después de la “preocupación”
mostrada por la Consejería de Medio Ambiente ante la
advertencia realizada por la dirección de obra el pasado 10
de marzo a través de las páginas de EL PUEBLO, al señalar la
imposibilidad de que, por motivos de seguridad de los
viandantes, se mantuviera abierto durante los temporales. La
causa del peligro estaba, tal como recuerda el ingeniero de
la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar
Vicente Carrión, en la imposibilidad de actuar en la
escollera por la presencia en ella de la Patella ferrugínea,
una especie de lapa protegida y cuya preservación durante
las obras ha sido objeto de vigilancia por parte de la
empresa municipal de Medio Ambiente, Obimasa. Al no haberse
podido recolocar la escollera como estaba previsto en el
proyecto original, las olas batían el paseo, inundándolo y
llenándolo de piedras y arena. El ingeniero de Costas
explica que en esta franja de costa existe un depósito “de
15 centímetros de material de derribo acumulado a lo largo
de los años”, y que saltaba al paseo empujado por las olas.
De ahí que Carrión adviertiera a la Ciudad de que, una vez
que se entregara la obra por parte de Costas y como medida
de prevención, debería optar por el cierre del paseo en
momentos de temporal.
Entre las soluciones que se han barajado con posterioridad y
hasta llegar a la que se ha decidido aplicar se sugirió
también, apunta Carrión, la posibilidad de construir un
“bateolas” de hormigón, pero según señala el técnico de
Costas, se trataba de una opción “antiestética”.
Los responsables de las obras llevan más de dos semanas
observando el comportamiento de la barrera de piedras
colocadas en tierra, que el director del proyecto asegura
está funcionando, aunque todavía con marejadas no demasiado
fuertes. El técnico muestra su satisfacción por este
resultado, pues, tal como subraya siempre que tiene ocasión,
este nuevo sendero litoral, que cuenta también con una plaza
y que ha supuesto la recuperación de la pequeña playa
situada frente al ‘Boquete de la Sardina’, se encuentra muy
protegido de los vientos y será, por tanto, un excelente
lugar para el paseo. El proyecto, que incluye la instalación
de un ascensor, hará accesible además esta zona de la costa
y la playa de la Ribera a personas con problemas de
movilidad.
El Estado ha invertido un millón de euros en estas obras y
su entrega se espera en breve, aunque todavía queda por
solventar otro pequeño escollo, al haberse derrumbado, al
final del paseo, parte del lienzo de la Muralla del Recinto
de la Almina.
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