Los neumáticos en desuso no tienen la consideración de
residuos peligrosos pero son objeto de un meticuloso
tratamiento para permitir bien su reutilización o bien su
reciclaje y valorización energética y material. Sin embargo,
sólo el 9 por ciento de los neumáticos fuera de uso se
vuelven a vender en el marcado de ocasión y recauchutado,
mientras que el resto, una vez triturado y granulado, sirve
para determinados usos constructivos o producir combustible
de sustitución
Los neumáticos fuera de uso no tienen la consideración de
residuos peligrosos, según la decisión 96/350/CE, que tiene
su trasposición en la Orden del Ministerio de Medio Ambiente
304/2002. En el listado europeo de residuos los neumáticos
en desuso aparecen con el código LER 160103.
Como informaba el lunes este periódico, la empresa Ecoceuta
recogió el año pasado cientos de toneladas de neumáticos en
desuso. Sin embargo, su gestión corresponde a la firma
Signus Ecovalor. Según explicó a este periódico la portavoz
de esta última empresa, Isabel López-Rivadulla, sólo el 9
por ciento de los neumáticos que se recoge en los talleres,
función que en la ciudad asume Ecoceuta, son reutilizados
para su venta en el mercado de ocasión y recauchutado,
cantidad que en todo caso disminuye en valor absoluto un 16
por ciento frente a 2008, principalmente por la caída
general del mercado de reposición. El resto es objeto de
reciclaje y valorización material o energética.
Los neumáticos que no se reutilizan son triturados y
granulados después de separar el acero, la fibra y el
caucho. Una vez superado este proceso pueden ser objeto de
numerosas aplicaciones: rellenos y bases de campos de césped
artificial, tartán de pistas deportivas, suelos de seguridad
de parques infantiles, aplicaciones ornamentales, suelas de
calzado, pantallas acústicas, combustible de sustitución,
entre otras. Además de potenciar estas aplicaciones ya
bastante consolidadas, es necesario desarrollar nuevos
mercados para los materiales procedentes de los neumáticos
fuera de uso), a fin de garantizar el máximo aprovechamiento
de todos los que se generan anualmente, siendo a la vez
capaces de reducir el coste global del proceso. Alguna de
estas otras aplicaciones son: polvo de caucho en asfaltado
de calles y carreteras, aplicación en obra civil y material
para acerías de arco eléctrico y fundiciones, dado el
excelente valor como combustible alternativo en cementeras.
Diferenciando los neumáticos que son objeto de una
valorización material y los que lo son energéticamente, el
primero de estos usos atañe al 63 por ciento de los
neumáticos, mientras que el 28 por ciento sirve para la
producción de combustible sustitutivo.
Contra el fraude
Signus también ha puesto en marcha un plan de actuaciones
dirigido a la lucha contra el fraude y ha realizado un
importante esfuerzo en diversos ámbitos de actuación.
El fraude consiste fundamentalmente en no asumir la
responsabilidad sobre la gestión del residuo generado por
los neumáticos nuevos, usados o recauchutados que se ponen
por primera en el mercado de reposición impuesta por el
RD1619/2005 y por lo tanto, perseguible legalmente. También
constituye fraude, en este caso al sistema, el hecho de
realizar una clasificación de los neumáticos fuera de uso,
previa a su recogida.
En el primer caso, el fraude tiene diferentes orígenes, como
las adquisiciones intracomunitarias o importaciones de
neumáticos que no se declaran. Estas adquisiciones se
realizan, bien a través de la venta tradicional o a través
de la venta on-line. Otro fraude está en la venta de
neumáticos procedentes de desguaces.
|