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sucesos - MIÉRCOLES, 7 DE ABRIL DE 2010


entrada a la audiencia provincial. ep.

tribunales
 

Enfrenta 8 años de cárcel por presuntos robos y alega grave adicción a las drogas

El representante del Ministerio Fiscal pide
penas de prisión por presuntos delitos de robo con violencia, robo en casa habitada y allanamiento de morada además de las indemnizaciones
 

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La Fiscalía solicitó ocho años y medio de prisión para un hombre acusado de un presunto delito de robo continuado en casa habitada, otro de robo con violencia y un tercero, de allanamiento de morada más las indemnizaciones a los perjudicados. El imputado alegó no haber robado nada defendiendo su grave adicción a las drogas.

La Sección VI de la Audiencia Provincial de Cadiz en Ceuta sentó ayer a un hombre en el banquillo de los acusados por tres presuntos delitos: robo continuado en casa habitada, robo con violencia y allanamiento de morada.

Por tales hechos, el representante del Ministerio Fiscal en la ciudad pidió 6 años de cárcel por el primer delito, otro más por el segundo, y un año y medio para el allanamiento, es decir, ocho años y medio de prisión; mientras que el letrado de la defensa solicitó la libre absolución de su cliente en todos los procedimientos aunque, en el caso de una sentencia condenatoria, el ingreso del mismo en un centro para drogodependientes.

La acusación formulada por la Fiscalía se centró en cuatro escenarios claves aunque en tiempos diferentes. El primero, en la barriada Junta Obra del Puerto, el 12 de noviembre de 2008, cuando una pareja de mayores denunció el robo de varios objetos en el interior de su vivienda y, en concreto, dos décimos de lotería. A este respecto, el acusado alegó estar bajo medicación psiquiátrica pero negó haber sustraído los boletos. “Los compré en el mercado de Hadú a un hombre y mi madre estaba conmigo; luego, cuando fue el sorteo, fui a cobrarlos a la cofradía de la Amargura”, explicó el imputado.

La segunda denuncia tuvo lugar el 4 de febrero de 2009 en un domicilio de la calle Juan de Juanes en el que se encontraba una joven, en aquel momento menor de edad, y al parecer, entró el procesado. “La puerta estaba abierta y entré, saludé al padre, toqué al perro y la chica se asustó y chilló. No lo recuerdo muy bien porque estaba con el tranquimacín”, argumentó el acusado.

El tercer domicilio al que al parecer accedió el denunciado estaba en la calle Córdoba y en él se sustrajeron varios objetos, entre ellos, un disco duro. “Es mi vecina del portal de enfrente y no entré a robar porque ese día fui a hacerme los controles de drogadicción”, alegó.

La cuarta denuncia hizo referencia a la calle Padre Cuzco, donde se produjo además, el enfrentamiento entre el acusado y el denunciante. “El sargento de La Legión me debía dinero; me vio fumando en el descansillo de la casa y quiso sacar un cuchilla y me dijo que quitaría de en medio a un yonqui” , manifestó.
 


Ocho testigos sitúan al acusado en los escenarios de los hechos

De las diez personas que comparecieron en la vista oral celebrada en la Audiencia Provincial en calidad de testigos, ocho admitieron haber visto al imputado en los diferentes escenarios que aparecieron en las denuncias. En el caso de los boletos de lotería, la pareja denunciante no vio al acusado en la casa ni se encontraron huellas dactilares, sin embargo, el hermano mayor de la cofradía La Amargura reconoció al imputado como el cobrador de los cupones. Con respecto al caso de la calle Juan de Juanes, la joven que se encontraba en la vivienda confirmó haber visto a este dentro porque “el perro ladraba y él estaba en el salón delante del televisor. Entonces subió por la terraza y se fue. La Policía científica encontró sus huellas dactilares”. Versión que el padre de la joven amplió afirmando habérselo encontrado en la puerta. Con respecto a los supuestos afectados de la calle Córdoba, una testigo presencial confesó haber visto al procesado en su domicilio aunque en dicho momento, estaba inconsciente. “Estaba dormida en la cama y vi a una persona que se parecía mucho a un amigo de mi hermano. Pensé que era él, pero luego, al ver que nos faltaban cosas, deduje que era él, aunque se parecían mucho”, declaró la testigo. Por último, el militar de la vivienda situada en la calle Padre Cuzco alegó que se había encontrado la puerta abierta, “vi una sombra y le pregunté qué hacia allí. Cuando le dije que iba a llamar a la Policía se vino para mi con una navaja y luego salió corriendo”, apuntó.
 

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