sociedad - LUNES, 5 DE ABRIL DE 2010

CEUTA
Gonzalo Testa
ceuta@elpueblodeceuta.com

La Consejería de Medio Ambiente tiene previsto que el próximo 21 de abril inicie su trabajo el foro de debate y reflexión del que debe salir un texto definitivo de Plan Integral de Gestión de Residuos Sólidos Urbanos para Ceuta y, como resultado directo del mismo, la opción final de Planta de Tratamiento para la ciudad, sobre la que se viene debatiendo desde hace más de una década. El proceso se asentará en criterios “eminentemente técnicos y medioambientales” y no políticos. El departamento de Bel ha encargado a la Fundación ISR, a Septem Nostra y al Instituto de Estudios Ceutíes el pilotaje del trabajo de ese órgano.

La Consejería de Medio Ambiente de la Ciudad Autónoma tiene previsto celebrar el próximo 21 de abril la primera ponencia del foro de reflexión y debate del que debe salir el texto del Plan Integral de Gestión de Residuos Sólidos Urbanos local y, como resultado del mismo, una decisión definitiva sobre el modelo de la futura planta de tratamiento de residuos de Ceuta, según informaron ayer fuentes del Ejecutivo presidido por Juan Vivas a este periódico.

La intención del departamento que lidera Yolanda Bel es que dicho proceso se asiente sobre criterios y argumentos “fundamentalmente técnicos y medioambientales, no políticos”. Así, Medio Ambiente cederá a entidades “alejadas del ámbito partidista” la labor de pilotaje de dicho debate.

Las organizaciones elegidas para ello son el Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos (ISR), la asociación conservacionista local Septem Nostra y el Instituto de Estudios Ceutíes (IEC), en este último caso a través de la figura de su Decano de la Sección de Ciencias, José Luis Ruiz García.

El programa electoral con el que el Partido Popular ganó las elecciones autonómicas de 2007 se comprometía a poner en marcha durante esta legislatura “el Plan Integral de Residuos Sólidos” y a dar “una solución definitiva al tratamiento y eliminación de los residuos urbanos en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente”.

Tras un año de deliberaciones la consejera de Medio Ambiente anunció el año pasado su intención de recurrir a ISR para tutelar un foro de debate en el que, con la participación de asociaciones de vecinos, entidades ecologistas y agentes sociales se adoptase una decisión definitiva que, de partida, descarta recurrir a la incineración de residuos.

Bel ha apuntado en diferentes ocasiones que la alternativa preferida es apostar por la última tecnología disponible con Cataluña como referente principal. El Plan Nacional Integrado de Residuos 2008-2015 aprobado por el Ministerio de Medio Ambiente, advierte de que para las basuras generadas debe priorizarse la reutilización y la valorización, que comprende todo procedimiento que permita el aprovechamiento de los recursos contenidos en ellos.

Dentro de este patrón de gestión encajan el reciclaje, consistente en la transformación de los residuos dentro de un proceso de producción para su fin inicial o para otros fines, incluido el compostaje y la biometanización; y la valorización energética (incineración, gasificación, pirólisis...).

“Es seguro es que será una planta y que esa planta incluirá módulos para el triaje, separación y reciclaje”, avanzó hace un año Bel, que prevé que la instalación, a ubicar en el Monte Hacho, donde actualmente se encuentra la planta de transferencia, tendrá en cualquiera de los casos un coste de entre 40 y 50 millones de euros para los que se cuenta con la colaboración financiera del Ministerio de Medio Ambiente, que en 2009 ya consignó una partida de 25 millones de euros para construir una incineradora.

Los ecologistas recelan, sin embargo, de los planes institucionales. Cuando la consejera habló por primera vez del perfil que entrevé para la futura planta Greenpeace denunció que tras sus palabras podía encontrarse, en realidad, una central de biogás para la “valorización” de los residuos orgánicos, que no se encuentran entre los clasificados por Bel como “recuperables” (esto es, el papel, plásticos, metales, textiles y cueros, residuos de jardinería municipal y otras fuentes de materia orgánica, maderas, neumáticos fuera de uso, vidrio, y vehículos fuera de uso).

“Como la palabra incineración suena muy mal, ahora los interesados en instalar ese tipo de plantas utilizan el término valorización cuando en realidad se trata de lo mismo”, desconfía Ecologistas en Acción, que apuesta por una planta de compogás para cada una de las ciudades autónomas que generaría energía a través de los gases emitidos de los residuos orgánicos y convertiría la basura en un fertilizante natural “que se podría comercializar posteriormente”.

La alternativa ecologista pasa sentar las bases del Plan Integral pasa por ‘las 3 R’ (Reducir, Reutilizar, Reciclar) a partir de una recogida selectiva desde el origen dividida en cuatro fracciones: orgánica, papel, cartón y envases.

Modelo melillense

“La normativa nacional y europea establece claramente los pasos a seguir”, explica el presidente de Septem Nostra, José Manuel Pérez Rivera, quien recuerda que Ceuta y Melilla son las regiones “en las que la producción de residuos por habitante sigue creciendo de forma más alarmante”.

“En primer lugar”, expone la asociación ceutí los principios con los que participará en el foro, “hay que incidir en la concienciación ciudadana para reducir el volumen de residuos generados”. Después, en la separación de los mismos.

A partir de ahí se proponen distintas alternativas para los residuos orgánicos e inorgánicos. Reaprovechando todo lo que se pueda y contando con las particularidades ceutíes, Septem Nostra considera que no debe descartarse el traslado a la Península de aquello que sea imposible tratar completamente para no recurrir ni a la incineración ni a la habilitación de vertederos.

Para lo demás hay distintas alternativas. Con los primeros se apuesta por el compogas. Con los segundos, a falta de industrias locales, explorar distintas alternativas de reutilización, incluidas vías de colaboración con el país vecino como las que ya se han implantado en Melilla.

“Decenas de fronterizos pasan diaria y extraoficialmente por la frontera melillense toneladas de cartón, metales, plásticos, madera y neumáticos y en Beni-Enzar existe una cooperativa legalmente constituida y con ayuda de Cooperación Internacional Italiana (Coopi), con posibilidades de trabajar con Melilla”, explica Guelaya, homóloga de Septem Nostra en la ciudad hermana, aunque Pérez Rivera asume que dicha solución exigiría la colaboración del país vecino.
 

ISR, “líder indiscutible” en conocimiento sobre residuos

El Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos (ISR) es una fundación privada, de ámbito ibérico y proyección supranacional, formada por un centenar de patronos “entre los que se cuentan de manera equilibrada personalidades y expertos mundiales, administraciones públicas, entidades privadas y agentes sociales”. La fundación trabaja en tareas relacionadas con la sostenibilidad, el uso de los recursos y el medio ambiente. Actualmente es, según se precia en su página web, “líder indiscutible en conocimiento acerca de estos sectores de actividad, prolongando su labor de excelencia medioambiental a España y Portugal, Europa, la cuenca mediterránea, Latinoamérica y a los territorios insulares del planeta”. La labor de la fundación incide “en la mejora de la calidad de vida de las personas, optimizando el aprovechamiento de los recursos y potenciando el desarrollo sostenible de la sociedad”. Para ello emplea expertos multidisciplinares del máximo nivel “y la tecnología más avanzada disponible, atendiendo siempre a sus señas de identidad de rigor técnico, científico, económico y ambiental; pluralismo, tolerancia, interlocución, reflexión e independencia”. Entre otros trabajos el ISR se ha encargado de “estudiar, debatir y concertar” los principios del Plan Integrado de Gestión de Residuos de Navarra.