Y ahora, precisamente, cuando
estamos en el comienzo de temporada y cuando el Domingo de
Resurrección es uno de los días, de esta época del año, en
el que más festejos se dan, especialmente en plazas de
primera, como Madrid o Sevilla.
El Domingo de Resurrección, una vez dejada atrás la Semana
Santa, es el punto de arranque, de verdad, de la temporada
taurina en España. Atrás han quedado ya las fiestas de la
Magdalena en Castellón o Fallas en Valencia, Valdemorillo
(una fiesta reciente que va cobrando un poco más de fuerza),
Olivenza y algún otro festejo más suelto.
A partir del domingo ya hay que empezar a echar la vista
sobre Sevilla, con dos semanas de festejos y a continuación
Madrid, con más de 30 tardes de toros, a los que siguen
Corpus, Burgos, Segovia, Pamplona y así hasta finales de
octubre.
Esto, de por sí, es ya un refuerzo que hace mover miles de
millones de pesetas, cientos de personas, que sin ello
estarían mirando al sol, portes de ganados y carne,
imprentas preparando la publicidad a toda prisa, y todo lo
que estas cosas llevan consigo.
De Andalucía ya sabemos, sin dudarlo, está, estuvo y estará
con la fiesta de los toros, Madrid fue una de las primeras
en salir a la arena, con su propia presidenta de la
Comunidad en apoyo de la Fiesta Nacional. Otro tanto hay en
Murcia, Valencia, Pamplona, Castilla-León y todos los
etcéteras que uno quiera ir poniendo.
Y hablando de Castilla-León, ahora, remata la faena con el
mejor estoqueador de todos los tiempos, Santiago Martín “el
Viti”, al que acaba de proponer para distinguirle con el
premio Castilla y León de las Artes.
Un buen gesto de la Junta, que el diestro de Vitigudino
considera que:” Se trata de una distinción meritoria para la
Fiesta, más que a mi persona”.
Está visto que la seriedad de SM “el Viti” era grande cuando
se vestía de luces y es grande y merecedora de toda
consideración ahora, a sus 72 años de edad.
Esta seriedad es propia de su carácter de nacimiento, pero
creo que un poco, también, de ese mundo que él ha vivido de
una forma muy especial, porque salir al ruedo, para él, no
era un jolgorio, ni mucho menos. Él salía siempre serio, no
perdía de vista ni un solo movimiento de los que había sobre
el ruedo y la seriedad le marcaba, aun más, para hacer mejor
las cosas, en ese terreno que pocos como él dominaban.
Hoy mismo, tres semanas después de que fuera propuesto como
candidato al premio de Castilla y León de las Artes, no ha
cambiado el carácter y la sencillez, pero una sencillez que
se transforma en arte, en el suyo:” Prefiero ser cauto y
hasta que no se haga oficial no me puedo manifestar al
respecto”. Un hombre cabal.
Y él que lo fue todo, pero en la parte buena, de la fiesta
de los toros, remata una de sus faenas con el volapié hasta
la empuñadura:”Sigo pensando que mi figura dentro del
conjunto de la Fiesta sigue siendo poco más que
insignificante; prefiero pensar que es un reconocimiento a
una profesión que forma parte de mi vida”.
Sencillo, discreto, sin dar que hablar, ahora que se lleva
tanto eso, para saber terminar con una media cambiada
así:”Personalmente, jamás he conocido un momento con tantos
ataques como los que está sufriendo ahora la Fiesta. Una
situación que duele”. Ni una palabra más alta que otra, ni
un reproche a los “anti”, es un señor del mundo de los
toros, sin más.
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