Me encuentro con Rafael Corral,
presidente de la Casa de Ceuta en Barcelona, en la Redacción
de este periódico, y lo primero que se me viene a la memoria
son las emociones vividas cuando los ceutíes, residentes en
Cataluña, decidieron premiar a ‘El Pueblo de Ceuta’. Por tal
motivo, decido transcribir literalmente la columna publicada
el 17 de noviembre de 2009.
“El sábado pasado por la mañana, a medida que me iba
acercando a ese enorme distrito de San Martí, donde tiene su
sede la Casa de Ceuta en Barcelona, sentí el aguijonazo de
la emoción, porque la memoria me funciona aún como si fuera
un reloj suizo. Por tal motivo, caí en la cuenta de que en
ese enorme distrito (lo avalan 270.000 mil habitantes)
comencé yo hace muchos años a vivir una etapa profesional,
repleta de ilusiones, que duró mucho tiempo. En esa
jurisdicción de San Martí y concretamente en la Plaza Mare
Nazaría March, comprobé nuevamente que no hay más patria que
el lugar de nacimiento donde fueron posibles las vivencias
de la niñez y adolescencia. Y que suelen aflorar cada dos
por tres con el paso de los años. No había más que mirar a
las caras de los ceutíes allí reunidos y oírles...
De recuerdos de Ceuta me estuvo hablando Julio Ríos
Gavira, presidente de la Federación de Casas Regionales
y entidades Culturales de Cataluña, mientras bebíamos la
copa de la amistad tras la misa Rociera; celebrada con
motivo de los actos correspondientes a un aniversario más de
la Casa de Ceuta. Julio, tan querido y respetado en tierras
catalanas, llegó a conmoverme cuando me confesó cierto deseo
suyo cuando llegue el momento...
Finalizado el primer acto del día, motivado por cumplirse
treinta celebraciones del Día de Ceuta en la Ciudad Condal,
quedaba el segundo. Cuyo motivo principal era entregarle al
editor de este periódico el premio ‘Caballa del Año 2009’. Y
allá que no reunimos en un céntrico hotel donde el nombre de
Ceuta no se les caía de la boca a los comensales.
El editor de ‘El Pueblo de Ceuta’ no se distingue
precisamente por su deseo figurar. Procura por todos los
medios pasar inadvertido. Y es harto difícil que haga
ostentaciones públicas de nada. Pues bien, ese forma de ser
caló bien pronto entre los asistentes al acto. Y fue motivo
de comentario generalizado. Hasta el punto de que Rafael
Corral, presidente de la Casa de Ceuta en Barcelona,
dijera en un corrillo que el propietario del periódico
galardonado tenía la virtud de hacerse notar sin tener el
menor deseo de aparentar. La sentencia, pues, de RC fue
inmejorable.
Juan Vivas presidió la cena y vivió con entusiasmo la
entrega del galardón a este periódico. Y destacó que la
distinción a ‘El Pueblo de Ceuta’ por parte de la Casa de
Ceuta, era el justo reconocimiento a la labor de un hombre
que ha sabido mantener el periódico contra viento y marea.
Sin titubeos. Y, sobre todo, teniendo siempre una línea de
conducta carente de vaivenes. Entregado el premio, tomó la
palabra el editor y expuso, con brevedad y sencillez, la
vida de su periódico que está a punto de cumplir 15 años.
Eso sí, su sobriedad exponiendo proyectos no mermaba la
ilusión de cuanto aventuraba. Los socios de la Casa de Ceuta
en Barcelona, presidida por Rafael Corral, consiguieron
emocionarnos”.
Sirva ahora la columna de noviembre como bienvenida a esta
vuestra tierra, durante la Semana Santa.
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