Ahora, especialmente, ese que tiene que hablar con él y
animarle, es posible que tenga que darle ánimos desde lo
positivo y no desde esas apreciaciones infundadas que le
machacaban, cada vez que salía al terreno de juego.
Un punto que sabe a poco
Pero, a punto estuvo de que las cosas terminaran peor, en un
encuentro en el que hubo de todo y en el que se repitió el
despiste inicial para encajar pronto un gol.
No sé cómo tendrá que actuar el Psicólogo para que salgan
centrados y concentrados, pero, de momento, ahí estuvo su
actitud inicial.
La segunda mitad tuvo los giros más variados y el mejor
juego del Ceuta en muchos partidos.
Llegó el empate, se dominó y a falta de tres minutos para el
final la “terapia” de la concentración volvió a fallar con
el 2-1.
Se había roto todo el trabajo. La “operación fracaso”
asomaba por las rendijas del inmovilismo de la entidad, y
estábamos metidos en la recta final para irnos de vacaciones
de Alfonso Murube en el mes de mayo.
Sin embargo, aún había tiempo. Se llegó al descuento y en el
minuto 94, en el último suspiro, “San” Modeste salvó la
cabeza a más de uno y dejó aparcado el fracaso para otro
día. Aunque no llovía, ese frescor del gol de Modeste fue
más milagroso que si hubieran traído agua del Jordán.
Misma situación
Las cosas están como estaban. El Ceuta a cuatro puntos del
cuarto clasificado, el Polideportivo Ejido y, eso sí, con un
partido menos por delante.
Eso es lo malo, no haber sabido aprovechar el resbalón de
Granada, Jaén y Polideportivo Ejido, que tampoco pasaron del
empate. Y es que el Melilla, que volvió a ganar, no parece
que tenga contrincantes para arrebatarle ese primer puesto.
Ésta debió ser la jornada del “reencuentro”, pero se quedó
en eso:” No haber perdido más terreno, aunque tampoco se
ganara nada”.
Y hay que volver a lo que ya hemos comentado, semana tras
semana, y es que no hay razón para no estar dentro de los
cuatro primeros, con la flojedad y la irregularidad que
tiene el grupo.
Tenemos que seguir con lo mismo, esto es, mirar las
actuaciones propias y, al mismo tiempo, mirar lo que van
haciendo los demás, teniendo en cuenta que los puntos del
Melilla, ahora ya, tal como están las cosas, pueden ser más
asequibles que lo que parecían hace dos meses.
Se acerca el Caravaca
No sé si con cruz o sin ella. Éste no debería ser un peligro
para el Ceuta, pero ahí está, también, y a la hora de la
verdad puede ser otro de los que te rompa el “pasodoble”,
aunque ese ya esté roto, porque sigo sin creer en los
Comités y veo difícil hacerse con los puntos del
Polideportivo Ejido.
Hasta tanto, ahora hay que esperar al Estepona, uno de los
fáciles, en teoría, pero que ya en la primera vuelta le dio
un buen recorrido al Ceuta, al otro lado del estrecho, en la
Costa del Sol.
Para el Estepona, arañar algo del Alfonso Murube es vital,
si es que no quiere irse, de nuevo a la tercera división,
por lo que habrá que respetar al máximo su visita del
próximo domingo.
Ya no voy a hablar de finales, porque esas terminologías
comienzan a sonar a tópicos. Ahora habrá que hablar de
puntos sumados, si se suman y nada más.
Esperemos que en el Estepona el hermano de José Tomás no
llegue a Ceuta en plan artista o en plan “matador” y termine
con las ilusiones que hay aún de alcanzar al cuarto
clasificado o al tercero.
Semana de menos “pasión”
Es lo que ha hecho el tanto de Modeste, que la semana no
haya sido de Pasión y que, en ese sentido, haya quedado un
poco descafeinada.
Haber perdido hubiera significado “atizar” todas las alarmas
y haber hecho acopio de “mucha tila”. El empate con gol de
Modeste, no lo olvidemos, ha dejado sin hacer su gran
mercado a los vendedores de hierbas tranquilizantes y
sanadoras.
Ahora ya, salir de la Semana Santa más cerca del cuarto
lugar, sería ir acercándose a los objetivos. Seguir a cuatro
puntos del cuarto será la recomendación para hacer los
números suficientes y ver cómo se puede encarar un nuevo
proyecto.
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