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OPINIÓN - MARTES, 30 DE MARZO DE 2010

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Se ha cambiado el bajar al Cristo de Medinaceli, “El Señor de Ceuta”, desde el Príncipe a Automovilismo, lugar de donde volvió a salir en procesión, recorriendo las principales calle arrastrando, como es habitual, a una innumerable penitencia detrás de él. Es algo, que no significa ninguna novedad en la procesión del Medinaceli.

Dejando por unos momentos, al Señor de Ceuta, nos vamos a trasladar a Málaga donde, de la misma forma, el pasado sábado salió en procesión “El Cautivo”, nombre con el que se conoce en la capital de la Costa del Sol al Medinaceli.

Y aunque algunos se hayan extrañado, a mí personalmente y en persona, no me ha causado extrañeza ninguna que setenta mil personas, acompañarán en penitencia a la imagen en su recorrido. Porque sigo insistiendo que aunque se diga que esto es un Estado aconfesional, las tradiciones del pueblo español, pese a todo cuanto se diga, se siguen manteniendo.

Por la sencilla razón de que de un plumazo, no se puede acabar con algo, que muchísimos españoles han mamado de pequeño. Esas tradiciones tan nuestras, que llevamos arraigadas, no existe fuerza alguna, con capacidad suficiente, para quererlas dejar apartadas de nuestra forma de ser.

Esto no es ser meapilas, ni capillitas, ni nada que se le parezca, es de una lógica aplastante. Las ideas que se tengan, sobre estas tradiciones, por pensar lo contrario a las mismas, no va a encontrar nunca el apoyo del pueblo español que cada Semana Santa se lanza a la calle, a revivir esa época del la cristiandad.

Debajo de los “pasos”, van costaleros de distintas creencias o ideas políticas que, en esos momentos, en los momentos de sacar a hombros los ”pasos” de su cofradía, dejan a un lado sus convicciones o ideales políticos, para portar esas imágenes por las que sienten devoción.

Puede parecer una contradicción, la que esos costaleros tengan ideas políticas diferentes a la celebración de la Semana Santa, pero es una realidad incuestionable. Por poner un ejemplo, que entendamos todos, tenemos el de Antonio Bandera, que nadie duda de cual es su idea política y, en Semana Santa, deja todo para venir a Málaga, a portar sobre sus hombros a su venerada imagen.

Hemos puesto este ejemplo por se un personaje popular y conocido en el mundo entero. Pero como él hay muchísimos españoles que, con las mismas ideas políticas que Bandera, son costaleros de diferentes cofradías. Y por supuesto, no se le ocurra a usted decir algo que pueda ofender a su Virgen o a su Cristo.

La Semana Santa, digan lo que digan sobre ella, seamos un país aconfesional, se seguirá celebrando a pesar de cuanta oposición se pueda hacer de la misma.

Es algo tan nuestro, es tan tradicional, que prohibirla sería el mayor de los errores que puede cometer político alguno. El pueblo, en estas tradiciones tan nuestras, es en la única ocasión que verdaderamente es soberano.

Les dejo me voy a ver “El Encuentro”. Por cierto, para que todos nos enteremos, le acompañará la Legión.
 

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