Ha pasado una semana del trágico
suceso, en el que dos hermanitos queriendo ver un barco en
medio de una fatalidad se han marchado para siempre. Mi
pluma no podía quedar impasible, ha sido un golpe para todos
los ciudadanos caballas, a todos nos ha unido el dolor y la
desazón por cuanto dos criaturas no merecían un destino tan
fatal. 25 años ha pasado que el puerto ceutí se cobraba unas
vidas al caer un vehículo al agua, fue el verano de 1985,
cuando una hormigonera se precipitó en el Muelle Alfau, en
un momento de desesperación del conductor en un acto de
quitarse la vida. Las aguas del puerto han vuelto a teñirse
de luto, no había lujosos cruceros ni grandes mercantes, ni
siquiera nuestros barcos de guerra, no había hoteles
flotantes ni lujosos yates, un barco marcado para siempre,
el Rhone, tan fantasmagórico en la oscuridad de la noche,
que ni siquiera tiene luces en cubierta. Ay Virgen del
Carmen, que llegaste tarde y no pudiste sacarlos a tiempo,
mi sobrino se lamenta en sus juegos e interrogaciones, le
faltan dos amigos de la clase, dos que faltan en la foto, la
profesora les dice que están en el cielo, al menos Virgen
del Carmen, a ILIAS y NAIRA dales el consuelo que cuando
llegue la Feria, que la Virgen de Africa los coja de la mano
y los baje a que se monten en los cacharritos.
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