Ha llovido ya, pero el otro día
acariciado por la brisa marina camino de Tánger, a la altura
de Alkasarseguer, saltaron en la memoria los recuerdos de
uno de mis viajes a la ciudad de Melilla, en el transcurso
del cual tuve ocasión de “perrear” a mi aire por el Cabo
Tresforcas echando un vistazo a los herrumbrosos restos del
U-Boot 617 Clase VII (la más numerosa, con setecientas siete
unidades construidas entre 1936 y 1944), que al mando del
Kapitänleutnat de la Kriegsmarine Albrecht Brandi, fue
seriamente dañado por la aviación inglesa con base en
Gibraltar en septiembre de 1943, cuando navegaba en
superficie por aguas neutrales de soberanía marroquí a solo
tres millas de la costa, logrando pese a todo sobrevivir al
ataque y encallar en la costa poniéndose a salvo su
tripulación, que sería internada en el cuartel legionario de
“Tauima”, en Nador y más tarde evacuada a Sevilla y Málaga.
Reconozco que desde muy joven el arma submarina despertó en
mí cierto interés, por ello intento seguir en lo posible su
evolución. Así pues y a la vista de la nueva base naval
marroquí de Alcasarseguer, en avanzado estado de
construcción, reflexionaba sobre la excelente ubicación
estratégica elegida por Marruecos: protegida por sus aliados
norteamericanos (Rota), ingleses (La Roca) y españoles, al
abrigo de cualquier amenaza de Argelia. Esto es importante,
pues en ningún caso las fuerzas armadas argelinas se
atreverán a flanquear el Estrecho de Gibraltar, reservando
en todo caso su potencia de fuego marino y aéreo para las
bases navales marroquíes de Nador y Alhucemas, muy
expuestas, además del abrigo del pequeño puerto de Yheba
(antiguo Puerto Capaz). A Marruecos no debe estar haciéndole
mucha gracia la incorporación en 2009 de un nuevo submarino
Clase Kilo-Plus modelo 636 a la armada argelina, a la que
debe unírsele otra unidad a lo largo de este año, formando
una nueva escuadrilla con los dos modelos más antiguos Clase
Kilo modelo 877. Bien es verdad que Marruecos tampoco se
está quedando de brazos cruzados: la Marina Real está
viviendo un acelerado proceso de modernización con la
adquisición de cuatro corbetas SIGMA y una fragata FREMM,
equipada con los más modernos medios de lucha antisubmarina,
que deberá estar operativa en 2012 y a la que solo le
faltarían, digamos que cuatro submarinos. Esto si el pedido
no está ya cociéndose. En todo caso, con submarinos o sin
ello, en pocos años el Reino de Marruecos tendrá al fin en
breve plazo una fuerza naval digna de tal nombre.
El rearme del Maghreb es un hecho. Sin duda Marruecos y
Argelia son al día de hoy países amigos de España y la Unión
Europea, pero ¿qué pasaría si sus regímenes son abatidos por
el islamismo radical…?; ¿o caen bajo una dictadura militar
que, como solución a sus problemas, solo vislumbraría una
fuga hacia delante…?. Torres más altas han caído. España,
que en los años treinta del pasado siglo tenía una fuerza
submarina (doce unidades, clases B y C) a la altura de las
armadas más modernas, adolece en la actualidad de serias
deficiencias en este campo: los cuatro sumergibles SSK de la
clase Agosta, con treinta años de antigüedad, están
desfasados y al menos dos de ellos con serios problemas de
mantenimiento. El “Tramontana”, botado en 1984, a punto
estuvo de acabar en el fondo del mar con sus sesenta
tripulantes en diciembre de 2008, tras sufrir una seria vía
de agua en los pasacascos navegando a trescientos metros de
profundidad a unas 15 millas de Cartagena. Faltan aun tres
años para que la Armada reciba el primero de los cuatro
submarinos S-80, dotados de la tecnología más vanguardista y
capaces de mantenerse en inmersión hasta dos semanas
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