Bravo por RetroMadrid 2010! En las
instalaciones de la Facultad de Informática de la
Universidad Complutense de Madrid, servidor ha podido
revivir la informática como cultivo y cultura en su más
grandioso nivel creativo. El entorno, marco del pensamiento,
fue un lugar propicio para desarrollar las ideas. Las
actividades, muy diversas e innovadoras, todas ellas fueron
una fiesta de arte para los sentidos. Los expositores,
igualmente causaron asombro entre las gentes, lástima que no
puedan perdurar los artilugios en una sala. A propósito,
¿para cuándo un museo nacional de informática en España? Las
charlas, un divertimento de lucidez. Los organizadores, una
juventud entusiasta y entusiasmada por la informática,
perteneciente a la Asociación de Usuarios de Informática
Clásica. El evento genial. Todo se desarrolló
ingeniosamente, alrededor de una atmósfera de máquinas y
sueños, de historias y diálogos que motivaron poder revivir
y vivir pasados, presentes y futuros, ante un público que
mira más allá del mercado informático, convencidos de que
hoy es básico educar desde las nuevas tecnologías de
información y conocimiento.
La informática como cultura es un saber necesario e
imprescindible para seguir avanzando en el mundo. Es cierto
que los engaños que se producen a través del espacio
cibernético son incontables, van desde el oportunismo al
disfraz, pasando por la perversión, pero existen también
muchos viandantes, ciudadanos del continente digital, a la
captura de lo auténtico, capaces de facilitar la
comunicación y el diálogo entre todos. Lo que precisa este
planeta cada vez más interconectado e interdependiente
merced a las redes informáticas, es seguridad contra los
ataques de saboteadores informáticos, y al mismo tiempo
infundir confianza en cualquier transacción. Quizás por
ello, sea más preciso que nunca instaurar una cultura
mundial de seguridad cibernética.
La cultura informática más que considerarla, hay que
consolidarla en el ámbito educativo, difundiéndola y
extendiéndola desde los valores humanos. En este sentido,
considero una acción altamente positiva que la Unión
Europea, a través de Europeana combine la ventaja
competitiva de Europa en tecnologías de la comunicación y
creación de redes con nuestro rico patrimonio cultural. Los
europeos podrán ahora acceder a los increíbles recursos de
nuestras grandes colecciones de manera rápida y fácil en un
espacio único. Se dice que Europeana es mucho más que una
biblioteca, es un verdadero motor que inspira a los europeos
del siglo XXI a emular la creatividad de sus antepasados más
innovadores, como los artífices del Renacimiento. Imaginen
las posibilidades que ofrece a estudiantes, amantes del arte
o investigadores tener acceso en línea a los tesoros
culturales de todos los Estados miembros, poder buscarlos y
combinarlos. Ésta es una demostración clara de que la
cultura ocupa un lugar central en la integración europea y
la informática ha de contribuir a ello.
Además, a mi juicio, en RetroMadrid 2010 se desempolvaron
los videojuegos de su mala imagen, subrayando el proceso
creativo de un arte. Al respecto, se organizó una
revolucionaria combinación audiovisual de músicas e
imágenes, a cargo de “IUP Duet” y Paola Tognazzi. Fue
realmente deslumbrante el pentagrama de sonidos con el ritmo
del concierto y la visualización de los grafos. No se podía
hacer mejor. Desde luego, la habilidad lleva consigo un
encuentro de sensibilidades difícilmente narrables con
palabras. También participamos en RetroMadrid 2010 de una
retrolimpiada en familia porque, evidentemente, el juego no
tiene edad y observamos que se precisan ciertas destrezas
mentales, y vimos también que el juego contribuía a
comunicarse entre las personas participantes, y que algunos
adultos parecían liberados de la carga de estrés que le
salía por los ojos.
Sin embargo, no seríamos justos si obviáramos decir que la
mayoría de estudios hechos sobre violencia y videojuegos
apoyan el argumento de que hay un nexo entre comportamiento
agresivo en los niños y juegos violentos, puesto que jugar
con los videojuegos es algo interactivo, implica práctica,
repetición y el ser recompensado por numerosos actos de
violencia, no cabe duda que intensifica un aprendizaje
cuando menos agresivo. Precisamente, hace unos días leíamos
en la prensa que una niña de tres años fallecía al confundir
una pistola real con una de la consola Wii. Tal vez no
debería estar la pistola al alcance del bebé, pero a lo
mejor no la habría confundido si tampoco hubiese jugado con
la consola. Al fin y al cabo, pienso que no se trata de
condenar los videojuegos a priori, sino de conocerlos y de
actuar en consonancia según las edades. Bien se podría
establecer algún tipo de control o asesoramiento, sobre
estos programas informáticos creados para el
entretenimiento, no para el entrenamiento violento, basados
en la interacción entre una o varias personas, tampoco para
el individualismo, sino para la socialización.
Asimismo, en RetroMadrid 2010, se ha tenido muy en cuenta la
perspectiva histórica de los veinticinco años de Windows,
los primeros sistemas de enseñanza asistida por computadora,
y los veinticinco años del juego Super Mario Bros; juego que
fue récord de ventas y que popularizó el personaje de Mario,
convirtiéndolo en un icono para la posterioridad. El juego
describe las aventuras de dos fontaneros, Mario y Luigi,
ambos deben rescatar a la princesa Peach, del Reino
Champiñón, que fue secuestrada por el rey de los Koopas,
Bowser. En todo caso, a mi me parece muy bien reflexionar
sobre las raíces de la informática; porque es en las raíces
profundas de este fenómeno tecnológico, donde siempre
aparecen los genuinos valores de la cultura. En suma,
RetroMadrid 2010 ha vuelto a reescribir la cultura
informática o la informática como cultura, y esto es un
mérito grande, sobre todo para poder aprovechar las
lecciones del pasado.
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