Hay gente que se mete en un charco
sin haber llovido, y eso le pasó al director general de
Unipublic, Javier Guillén, al hablar de la Vuelta a España y
la posibilidad o imposibilidad de que una de sus etapas
discurriera por terrenos de Ceuta.
Javier Guillén y, posiblemente, algunos de los que están a
su lado, parece que no conocen la verdadera realidad de la
geografía de Ceuta y no sé si sabe donde está situada, qué
es Ceuta y qué tiene que ver con Marruecos, a parte de
vecindad.
Creo que habló por hablar y eso no trae buenos resultados,
peor incluso cuando está hablando en Madrid, desde donde se
ve demasiado lejos el Estrecho de Gibraltar.
Por eso se ha confundido, me quedo con eso, en vez de
decirle que por eso “metió la gamba”, para ser un poco
suave.
Lo que sí podemos decir es que, hoy por hoy, sería casi
imposible, y he dicho “casi”, que una de las etapas de la
Vuelta Ciclista a España discurriera por Ceuta, por dos
razones, las dos únicas, no la que él esgrimió. En primer
lugar, porque no hay extensión suficiente para programar una
etapa en toda regla, con unas carreteras en condiciones, sin
tener que estar discurriendo por la ciudad, en su mayor
parte. Ésta sería una dificultad muy grande que desluciría
la prueba, salvo que se organizara aquí, precisamente, una
contra el reloj que permitiría, mucho mejor, que esa etapa
se corriera por los verdaderos dominios de Ceuta. Eso se
podría organizar, pero sería mucho menos vistoso y sólo
comprensible para los más avezados en ciclismo, pero la
vistosidad desaparecía. Hasta aquí, lo factible, con las
dificultades incluidas.
En segundo lugar, y esto si que sería, prácticamente
insalvable, está la poca capacidad hotelera para acoger a
todo el personal que se desplaza en una Vuelta a España,
partiendo de más de 120 corredores, casi cien personas entre
técnicos, mecánicos y directores deportivos; azafatas,
árbitros, cronometradores ..., cientos de periodistas de
radio, prensa, televisión, fotógrafos etc, etc. Aquí si que
habría una imposibilidad de acoger a tanto personal, además
de a todos los componentes que la caravana publicitaria que
acompaña. Y es que, Algeciras, por ejemplo, está cerca, pero
para acoger a todas estas personas está demasiado lejos, y
pasar al otro lado de la frontera es más complicado,
todavía.
El problema, pues, está aquí, en esto, un problema que, por
ejemplo, no tiene mi pueblo, de donde saldrá este año la
etapa del 17 de septiembre, y no es que allí haya plazas
hoteleras para tantas personas, pero sí que hay lugares a
15, 20, 35 y 60 kilómetros, a los que se llega con
facilidad, por medios propios, sin las trabas que puede
tener una frontera y que en 25 minutos o media hora te has
podido desplazar, sin problema alguno.
Si Javier Guillén hubiera conocido la auténtica realidad de
lo que es Ceuta, de donde está y de sus posibilidades, no
hubiera tenido que recurrir a la “chorrada” de si iban a
molestar o no al otro lado de la frontera, cosa que no venía
a cuento.
Manifestaciones de este tipo deben servir para que desde
Ceuta, Turismo especialmente, se de una imagen, de verdad,
de donde estamos, qué es lo que tenemos y qué es lo que aquí
se puede hacer.
En más de una ocasión he dicho eso de que hay a quien “le va
ancho el traje” y, cada vez que aparece una circunstancia de
este tipo, estoy más convencido de que, todavía, no se ha
sabido “vender” con claridad la auténtica realidad de Ceuta.
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